Sunday, April 30, 2006

OOOORALES... QUE DECEPCION

Este es el comentario, un comentario harto desencantado por la aparición de la nueva edición del programa de Brozo, el payaso tenebroso en canal 2 de la Ciudad de México hace apenas algunas horas. A lo largo del día lo estuve meditanto, y llegué a la conclusión de que el payaso está cansado.

Originado hace más de década y media en tiempos de la televisión pública (llamada Imevisión) Brozo nació como parte de una oferta de entretenimiento de un programa denominado La Caravana, un programa nocturno de bajísimo presupuesto donde el comediante Víctor Trujillo (junto con su compañero Ausencio Cruz) hacía una serie de sketches cómicos que revelaban un humor inédito en la televisión mexicana. Sacando de la manga personajes irreverentes y que redescubrían la veta de la exclusión social como línea argumental (abandonada desde las épocas de Cantinflas), Víctor Trujillo inventó a Brozo, un payaso lumpen que desde el sótano de la pobreza y la peladez se dedicaba a crear historias que rayaban en lo obsceno, atrayendo al público de la noche televisiva, harto de que ser tratado como un imbécil por programas supuestamente cómicos como el Dr. Cándido Pérez.

Aún me pregunto sobre el motivo de un canal de televisión estatal por sacar a un comediante tan ríspido a la pantalla. Quizá la respuesta se encuentre en algo tan sencillo como la indigencia financiera de un canal que al encontrar un comediante popular, decidió ofrecerle quizá lo único que tenía en lugar de dinero: libertad. Así las cosas, el éxito de Brozo (y otros personajes como la Beba Galván y el Estetoscopio Medina) sobrevivió a la compra de Imevisión y tuvo aliento para sacar un par de programas de variedades nocturnas que, por alguna extraña razón, no llegaron a cuajar y para inicios de la década, Víctor Trujillo ya estaba afuera de la programación televisiva.

Sin embargo, por allí de mediados de la década de 1990 un nuevo canal en la Ciudad de México denominado Canal 40 lo trajo de regreso a las pantallas, pero en un horario dificilísimo, al menos para su estilo de hacer televisión: en las mañanas. Como bien saben, la televisión mañanera tiene que ser lo suficientemente light como para poder digerirse con el cereal de la mañana, por lo que sacar a un payaso pelado a hacer un programa mañanero (reino provilegiado de las recetas de cocina y las entrevistas de estrellitas de moda). Sin embargo, el programa recibe una acogida monumental ya que no duda en sacar partido de la mendicidad de los recursos del canal: cómo olvidar al Capitán Guarniz haciendo el reporte del tráfico con carritos de juguete desde la azotea del WTC o la chacota donde el equipo se la pasaba desayunando conchas y tamales frente a las cámaras o a la legendaria Secretaria (alias Isabel Madow) levantando el ánimo de los teleespectadores (fue esa quizá la única etapa de mi vida en la que me despertaba temprano por voluntad propia).

El desparpajado sentido del humor broziano atrajo multitudes, refrescando las hasta entonces anodinas barras matutinas llenas de noticiarios con pretensiones de shows de variedades. Obviamente eso era dinero contante y sonante, por lo que a inicios de esta década, Brozo ya había sido reclutado dentro de las huestes de Televisa para darle impulso a uno de sus canales más descuidados: el Canal 4 de la Ciudad de México (hogar tradicional de series gringas descontinuadas e informerciales infames). Allí fue donde ocurrió la transformación de Brozo de payaso marginal a personaje de la vida nacional.

En esa época, más o menos, la revista Cambio para la que colaboraba publicó una portada con su rostro pintarrajeado y con el outfit conocido por todos; un saco raído, una playera en garras, una peluca desaliñada y una expresión agresiva perso simpática al mismo tiempo. De pronto, la popularidad del programa fue tal que comenzaron a acudir antes su estudio personajes que en otras condiciones no se acercarían a tal chacota: políticos, intelectuales y artistas de la más alta categoría.

Sin embargo, Brozo se convertiría en algo mucho más importante que un despliegue de tetas y chistes cuando un buen día de 2004 proyectaría un video de corrupción en la cara del protagonista. Este video sería el inicio de una de las crisis políticas más profundas del país, y que a la larga puso a Andrés Manuel López Obrador en el borde de la suspensión de sus derechos políticos un año más tarde. Pero mientras todo eso sucedía, asuntos personales de Víctor Trujillo terminaron por sacar el programa del aire, justo cuando ya tenía contra la pared a todos los noticieros de la mañana y comenzaba a manosearse la idea de colocarlo en la señal nacional del canal 2 de televisión.

Pasaron algunos meses hasta que regresó Trujillo al mismo canal 4, pero ahora con un programa mucho más serio denominado El Cristal con que se Mira. Una especie de show de variedades, pero sin Brozo y sin sarcasmos de por medio. Así las cosas, el antes comediante de la nariz roja y la peluca verde se convirtió en un respetable periodista con aires intelectuales que, dicho sea de paso, logró muy bien construir. Poco a poco la faceta chistosa del conductor fue quedando atrás, salvo ciertos destellos de su pasado.

Ahora el payaso ha vuelto.

Sin embargo, a mi juicio muy personal, parece como si a Brozo algo le hubiera pasado. Quizá no haya sido muy buena idea sacar al payaso del baúl de los recuerdos. Todos lo recordamos en su diálogo cumbre con René Bejarano (¡No me pendejees!) y sacando a Isabel Madow a pasear sus cositas. Ahora todo se ve impostado, los scketches carecen de gracia y sobre todo, al reciclar viejos chistes y momentos antaño graciosos (com el "no mami blue") todo parece como una maquinaria oxidada y forzada a marchar a quinta velocidad. No se si este show fue idea del mismo Trujillo, pero por momentos parece que el espectáculo fue montado más de fuerza que de ganas, como a manera de desquitar un contrato de exclusividad. Espero que todo esto sea desmentido en las semanas por venir, pero la cosa está tan decaída que ni siquiera el sacar a siete mujeres de excelente factura física se sintió la adrenalina de antaño.

Ojala y no sea esta la última carcajada del bufón.

Wednesday, April 26, 2006

EL IMPERIO AMERICANO DE ORIENTE

Sin quererlo, sin quizá siquiera imaginarlo, los Estados Unidos se están haciendo de un imperio al otro lado del mundo. Un territorio de miles de kilómetros cuadrados que va desde las coordilleras de los Himalayas hasta las costas del Mar Rojo. Si tomamos en cuenta que la seguridad de Afganistán e Irak se encuentra bajo el control de los Estados Unidos y que existe la prescencia de tropas americanas en Arabia Saudita, Turquía y Pakistán, podemos hacernos de una idea clara de la enorme cantidad de terreno sobre el que han adquirido control.

El problema con esta enorme extensión de territorio es que no queda claro ni el propósito de este dominio territorial ni el provecho que se obtendría de esta tierra conquistada. Queda muy bien para propósitos de imagen pública decir que esto se hace a nombre de la libertad y de la lucha con el terrorismo. Sin embargo es clarísimo que el costo de la invasión (tan sólo en Irak se gastan entre 500 y 800 millones de dólares a la semana) debe ser compensada con un ingreso generoso proveniente de algo que estas regiones puedan ofrecer. En primera instancia se podría pensar que Irak se le puede sacar petróleo, pero ahora resulta que no se está exportando ni siquiera una fracción del petróleo que se exportaba antes de la invasión a Irak.

Afganistán, bueno, pues a menos que alguien considere que el opio que allí se extrae pueda contabilizarle a los Estados Unidos como ingreso, creo que tampoco está ganando mucho al estar allí, sobre todo porque además del puro gasto de tener prescencia, resulta que otro gasto más se genera (quizá mucho más costoso en términos netos) debido a la pérdida de vidas norteamericanas que mueren sin una idea clara del objeto a defender.

Si como se rumora en algunas partes, Irán es el siguiente en la lista y el gobierno americano lleva esto hasta las últimas consecuencias, los americanos tendrán más de un centenar de millones de vidas bajo su responsabilida en los países invadidos, una tarea que, por lo que se ve después de lo sucedido en Irak y Afganistán, no están realizando de manera eficiente.

Apunte político: de- bates
Hay que tenerlo en claro, un debate político quizá el momento más anticlimática de una campaña electoral. Acicateados por los medios de comunicación, se esperaba que el debate se convirtiera en una versión de Cristina pero con corbata. Si ese era el estándar, evidentemente que no se cumplió con ello. Sin embargo, López Obrador cometió el error de no acudir, y al no presentarse, dejó el espacio libre para que otros brillaran ante el resplandor de su aura escandalosa.

Saturday, April 22, 2006

ASUNTOS VARIOS

¡Viva Napito!
Este fue el mensaje de guerra de los obreros que se lanzaron a la batalla hace un par de días, esgrimiendo su derecho a ser cabalgados por el líder Napoleón Gómez Urrutia, quien por cierto, dicen los díceres, se encuentra en Canadá, gozando la primavera boreal mientras de este lado del mundo, sus agremiados literalmente están dejando el pellejo por él. Al mismo tiempo, una ciudad está semiparalizada, las fuerzas del orden que pretendieron un rescate de instalaciones al estilo Rambo terminaron literalmente arrolladas por la fuerza de los buldózers de los huelguistas.

Para variar, el gobierno se encuentra sistemáticamente abatido por la situación: después de un manejo desastrozo de la caída del líder sindical (operada de un modo tan tosco que nadie puede dudar de la mano del gobierno metida en este asunto), el descabezamiento terminó generando el efecto contrario del que se buscaba originalmente y ahora buena parte de los miembros del sindicato (por buenas o malas razones) se encuentran defendiendo a su charro líder con huelgas y levantamientos que sólo atizan con más intensidad un fuego ya bastante alentado por las torpezas de un gobierno que sólo acierta a lidiar con la crisis... ¡anunciando que el Palacio Nacional se volverá museo!

Pasamontañas precioso
A estas alturas de la vida me sorprende que haya gente que todavía se sienta deslumbrada por el Subcomandante Marcos. 12 años después de que la capucha hiciera su debut en Chiapas, Olallo Rubio (antiguo locutor de Radioactivo y actual columnista del diario Excélsior) se siente inspirado para denunciar el cerco informativo que los medios le hacen a la campaña del Subcomandante Marcos (ahora rebautizado como Subcomandante Zero, apelativo seguramente sacado de alguna película de Bruce Lee o de perdida de Bruce Willis) y denunció que todo tiene que ver con el dinero. Al menos es lo que intepreto después de leer su columna de hace un par de días (http://www.nuevoexcelsior.com.mx/XStatic/excelsior/template/indexdetalle.aspx?s=1&sl=1&sc=469&d=3837) donde dice: "Ahora entiendo por qué ningún medio masivo cubre el recorrido de uno de los movimientos más importantes del país: a) no hay dinero; b) no promete dinero y, c), no genera dinero".

Pues yo creo que si la Otra Campaña, como se hace llamar, no ha sido cubierta por los medios de comunicación, no ha sido por falta de negocio. De hecho, creo que ya se le olvida a Olallo la enorme cobertura que tuvo la marcha zapatista que culminó en el Zócalo hace algunos años. Yo estuve presente y la cobertura mediática fue abrumadora: dudo que rating se hubiera elevado y el consumo de cervezas o condones se hubiera disparado mientras Marcos se echaba algunas metáforas en favor del color de la tierra; en contra de la globalización maldita que le da Internet para navegar y del mal gobierno que lo escoltó hasta el corazón del país e incluso le dio alojamiento en las instalaciones de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, que si mal no recuerdo es una institución pagada con el presupuesto del genocida gobierno.

Yo pienso que la falta de cobertura de la campaña zapatista tiene que ver con que Marcos (un maestro en el rubro del espectáculo mediático) no supo, no quiso o no pudo crear el ambiente propicio para que los medios quedaran prendados del show. Lo mejor que pudo hacer en esta ocasión fue treparse en una motocicleta con un gallo a bordo y salir a la extensa tierra mexicana en una gira bastante anticlimática. Y aquí la pregunta sería, ¿Olallo se aventaría las maratónicas asambleas de quejas y mentadas de madre si no estuviera el Sup allí? Pues yo sí estuve en el foro organizado por altermundistas durante el Foro Mundial del Agua (sin Sup de por medio) en el local del Sindicato Mexicano de Electricistas y que tenía por temática la cuestión de las presas: fueron horas de sopor donde discursos interminables agotaban la paciencia de los asistentes. La única propuesta que se recibió entre aplausos abrumadores fue la de ir a comer, eso si, gritando consignas en el camino al campamento en el Monumento a la Revolución y de paso entorpeciendo el tráfico.

La verdad es que las reuniones altermundistas son muy tediosas.

Así las cosas, aún con el más profundo ánimo contestatario y con un dueño de medios convencido de las bondades de la revolución de los pueblos, es logísticamente imposible cubrir tantas reuniones que tratan de lo mismo básicamente durante los meses que dura la campaña. Y además, como lo que el Subcomandante pretende (decirle no a la política y a los métodos de la política) de facto rechaza la intervención de los medios de comunicación (vendidos a corporaciones multinacionales) pues, ¿qué caso tiene cubrir algo que es más o menos, de la misma trascendencia que una comida familiar?

Saturday, April 08, 2006

LOS DIAS SIN EL PODER

Y así, el pasado miércoles, saliendo de una entrevista con enl CEO de una trasnacional es que me topo con dos personajes que en su momento fueron beneficiados con la luz del poder. Me refiero en primer término con Jorge Castañeda, a quien me encuentro afuera del restaurante de un hotel, caminando, solo, hacia su casa (que de buena fuente se que se encuentra a un par de cuadras de allí). No parece un hombre preocupado y al menos por lo que vi, no tenía detrás o encima guardaespaldas que le cuidaran los pasos. Más bien caminaba meditabundo en la acera, con un periódico bajo el brazo.

Un rato más tarde, mientras me tomo un te verde en un cafecito de Av. Mazaryk me encuentro a una mesa de distancia con quien fue en su tiempo el secretario de Medio Ambiente, Víctor Lichtinger, conversando con otro compa y bebiendo una botellita de agua. Cero guaruras a su alrededor y una actitud ciertamente despreocupada, al menos si la comparamos con el rictus que ensombrece a los funcionarios que ahora ocupan las delicias del poder en cada acto público.

Sólo se me ocurre pensar que el poder es una cosa que de cerca puede parecer enorme y eterna, pero que a la larga es tan efímera como el aleteo de una mariposa. Me cuesta trabajo identificar a estos ejecutores del poder sin el aura de las grandes decisiones que alteran el balance de la existencia en el planeta, Me parece por momentos que el poder a la larga es sólo una ilusión, como si fuera una especie de aura que se desvanece con el pasar de los días y del sol que de pronto borra las sombras del atardecer.

Extrañas cosas estas de las delicias del poder.

Monday, April 03, 2006

EL PRIVILEGIO DE CHAMBEAR 2

Siguiendo con el tema de la vez pasada, quedamos con que me la pasaba como chapulín, aprovechando las horas de la escuela para hacer una y mil cosas, además de mi trabajo como becario. Pues debo decirles que después de tanto desmadre, había tiempos en los que ni siquiera me daba tiempo para comer (allí adquirí la mala costumbre de almorzar a la velocidad de una trituradora de basura) y que numerosos sábados después del desmadre del viernes social me la pasaba con el periódico en una mano, un dolor de cabeza por otro lado y la cara ojerosa mientras planeábamos la siguiente aventura estudiantil.

No voy a pintar un cuadro idealista. En la asociación de estudiantes me di cuenta de lo difícil que es lidiar con el mundo real. Un sueño de juventud como una revista se convirtió en una tarea titánica que por poco y desfalca las finanzas de la asociación de estudiantes. Allí nos dimos cuenta de lo desagradable que era enfrentar puertas que se cierran ante uno y lo complicado que es hacer que algo (lo que sea) funcione. No por nada dicen por allí que al que le gusten las salchichas y los medios de comunicación, mejor no pregunte como se hacen.

Pasados lo semestres, cuando estaba ya en la recta final de mi carrera, me encontré con que sin querer me había hecho de un pequeño acervo de experiencias en habilidades tan disímbolas como redactar un artículo, hacer una página web, escribir un encendido discurso y tratar con entes tan extravagantes como diputados (y esto no es broma, al tercer día de mi trabajo como armador de páginas web me mandaron junto con otros compas a tratar con unos diputados lo que sería una de las primeras versiones de la página web de la Cámara de Diputados).

En fin, para cuando salí de la carrera ya tenía un breve camino recorrido y con la experiencia que me había allegado en mis años de becario, las cosas se facilitaron mucho cuando entré al mundo laboral. Comenzando conque cuando me gradué, el primer lugar donde me ofrecieron trabajo fue dentro de la misma universidad, al tiempo que ya publicaba algunas cosas en journals especializados... el resto es historia.

Pues bien, aquí viene mi reflexión. Con el paso de los años he pensado lo que habría pasado si, como muchos de mis compañeros, en lugar de meterme en tantas cosas para adquirir experiencia, me hubiera quedado dormido en la biblioteca y al recibir el título me hubiera puesto en la fila de solicitantes de empleo, demandando mi garantía de empleo amparada por el papelito llamado título profesional. Sin tener la bola de cristal, estoy casi seguro de que las cosas hubieran estado mucho más difíciles de lo que estuvieron cuando, cansado del trabajo en la universidad, decidí iniciar el camino hacia esto que hago ahora.

Y lo sé porque a lo largo de mi vida he visto compañeros con los que inicié el camino y que ahora hacen cosas radicalmente diferentes de aquello para lo que habían estudiado (y debo decir, sus padres gastado una buena suma de dinero). Ahora que veo en Francia tanto alboroto porque los estudiantes se sienten vulnerables ante el entorno laboral, yo preguntaría: ¿qué han hecho como individuos para paliar la vulnerabilidad laboral, para sentirse más seguros, para no perderse entre las masas anónimas de egresados?

Es fácil reclamar aquello que no se nos ha dado pero, ¿cómo reclamarlo cuando sólo tenemos las manos llenas de sueños sin realizar y esperanzas sin fundamento en la realidad?

Apunte personal: robots asesinos
No puedo dejar de comentarlo, el asunto del asesinato de Monterrey que tiene al país en una especie de reality show es tenebroso y escabroso por una razón ajena a los dimes y diretes de este chisme, que le ha restado valiosas horas pantalla a las inanes campañas políticas. La falta de emociones en las narraciones de los involucrados, la vaguedad de los móviles del crimen y la aparente docilidad con la que todos participaron de la matazón, me deja con muchas dudas y la sensación de que, como en las buenas historias de misterio, una verdad ominosa, oscura y extraña se asoma por las rendijas de los balbuceos de los participantes en el doble homicidio.

Y en esto incluyo a la madre de los niños asesinados, a las hermanas sobrevivientes del ataque, al atacante mismo, a la sirvienta, y como no, a la secretaria. Todos cuentan su versión como si la casa tuviera varias hectáreas de extensión, como si las paredes fueran de concreto de medio metro de espesor y como si el asesino fuera un maestro en el arte del sicariato sin ruido ni testigos, todo un ninja. Y como si faltara un elemento extraño, los padres se dedican, de todos los oficios del mundo, a la astrología, de donde se supone pueden preveer este tipo de calamidades.

A ver que pasa.

Sunday, April 02, 2006

EL PRIVILEGIO DE CHAMBEAR

Con motivo de los disturbios y la polémica desatada por la reforma laboral francesa de las últimas semanas (sobre todo, ante la promulgación de una reforma denominada Contrato de Primer Empleo, CPE en pocas palabras), he tenido unas ganas muy cañonas de tocar el tema. Sin embargo, aún no encuentro el tono adecuado, pues así como no quiero escucharme como un paladín neoliberal, tampoco quiero que lo que digo se interprete como una grosera loa al igualitarismo zapatista que todos conocemos.

Sin embargo, después de leer foros de discusión y noticias acerca de esta cuestión, creo que es preciso dar algunas opiniones, aunque suenen políticamente incorrectas.

Según lo que comprendo, las manifestaciones son respuesta a una iniciativa gubernamental para hacer que los jóvenes (en el estándar francés, todo aquel menor de 26 años) puedan entrar al mundo laboral rápidamente, permitiendo a cambio que sus empleadores puedan despedir al personal más rápidamente y sin tantos trámites ni compensaciones. Los estudiantes, por el contrario (y desde su lado del ruedo), miran esta iniciativa como una amenaza directa a la promesa del sistema social francés de darle a todo ciudadano un empleo bien remunerado, estable y acompañado por un sistema de seguridad social generoso que incluya la salud y un seguro para el desempleo.

Así las cosas, me parece que uno de los problemas por los que este asunto se ha convertido en una papa caliente para el gobierno francés (y que amenaza con deteriorar el futuro de algunos políticos prometedores que ya se hacían con las riendas del país) es que los estudiantes sienten que se amenazan garantías fundamentales para su sobrevivencia personal. El problema con dicja garantía es que establece cumplimientos que trascienden los logros y el mérito personal, creando un círculo vicioso donde la creatividad y el tesón no son premiados y la hueva no es penada.

Aquí es donde entro con mi experiencia personal, que remarco, es personalísima de mi yo solito.

Cuando entré a estudiar la carrera en 1994, no tenía ni la más mínima idea de que terminaría dedicándome al periodismo, ni siquiera me interesaba particularmente. Sin embargo, debido a la curiosidad y a las ganas de hacer algo útil con las horas muertas que tenía entre clases, fue que me metí a la asociación de estudiantes de mi plantel, donde además de amistades entrañables, participé en la realización de proyectos como una revista estudiantil (demasiado clavada para la fresez del plantel donde estudiaba), amén de la organización de todo tipo de eventos estudiantiles; desde congresos de comunicación hasta fiestas para promover reinas del campus.

Aunado a esto, la crisis económica dejó a mi familia sin los recursos necesarios para poder pagar mi colegiatura por lo que me convertí en parte de la población becaria del campus, entre cuyas tareas implicaba el que tuviera que cubrir cierta cantidad de horas al servicio de un área administrativa del campus. Curiosamente me tocó caer en el área de comunicación social, donde mis habilidades escriturales tuvieron su debut redactando discursos para el director del campus y revisando correos electrónicos. Aquí cabe decir que estas tareas las llevá a cabo mientras seguía como parte de la asociación de estudiantes.

Finalmente, debido a mi interés por las tecnologías de información (me declaro orgulloso cibernauta en servicio desde 1994) me enteré de que un área del departamento de Comunicación se estaba dedicando al estudio de esa cosa llamada Internet, pero no desde el punto de vista de los cables, sino desde la perspectiva de las ciencias sociales. Pues allí me fui a meter de curiosito, y donde me dieron chance de comenzar en el departamento de armado de páginas web, que para quienes nacieron en la época de los blogs, era algo que se hacía a mano, casi línea a línea de código.

Quiero aclarar algo. No era (ni soy) un super hombre excepcional que tuviera capacidades extraordinarias. Simplemente decidí aprovechar las oportunidades que me brindaba la escuela donde yo estaba y sumergirme en ellas, y no precisamente por heroica vocación; simplemente sucedió que tenía muchas horas libres y al carecer yo de coche, pues tuve que arreglármelas para pasar mucho tiempo en la universidad.

¡Uf! Se me acaba el tiempo, pero seguiremos en el tema.

Saturday, April 01, 2006

LEY DE MEDIOS, ¿Y EL TELEVIDENTE?

Pues bien, después de una de las más fieras batallas políticas de la historia, finalmente se aprobó una serie de reformas al régimen de propiedad de medios de comunicación, una reforma titulada como Ley Televisa para sus detractores, por sus impulsores como INICIATIVA QUE REFORMA, ADICIONA Y DEROGA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY FEDERAL DE TELECOMUNICACIONES Y DE LA LEY FEDERAL DE RADIO Y TELEVISIÓN (perdón por las mayúsculas, pero me dio flojera reescribir el título completo).

La aprobación de esta iniciativa ha causado un enorme jaleo en los medios de comunicación; y como no, siendo que esta iniciativa de reforma (que no es, como algunos lo plantean una ley totalmente nueva, sino una serie de parches a la Ley Federal de Radio y Televisión y a la Ley Federal de Telecomunicaciones) modifica de manera radical la forma en que los concesionarios hacen uso del espacio radioeléctrico nacional. Dos bandos se configuraron alrededor de esta ley: unos diciendo que era una modificación hecha al gusto de grandes televisoras, mientras que otros (a mi juicio, con más tibieza que convicción) diciendo que era una reforma a medio gas pero que era preferible a la anarquía precedente.

¿Hay anarquía en la radio y la televisión mexicana? Pues quizá la cosa no esté al nivel de Somalia (donde los operadores de medios se ponen de acuerdo con los señores de la guerra para instalar antenas), pero como muestra basta un botón: de entre las señales de la televisión abierta de la Ciudad de México (ojo: la Ciudad de México, no San Pedro de los Saguaros) existe la misteriosa señal en la frecuencia del canal 28 en la banda UHF que se anuncia como XHRAE, que hasta hace poco sólo emitía videos sin comerciales más que de una línea aérea. ¿Quién es el dueño del canal? Nadie lo sabe y los pocos intentos de averiguarlo han terminado con las puertas cerradas de... la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que se ha negado sistemáticamente a decir quién es el dueño de este canal.

Si esa clase de irregularidades van a ser paliadas con la reforma de medios de comunicación, creo que la cosa no estará nada mal.

Pero también quiero decir que este asunto ha sido muy peleado entre políticos y dueños de medios de comunicación, que se disputan el control de un potencial negocio multimillonario derivado de la introducción de tecnologías digitales en la transmisión de señales televisivas. Alta definición, digitalización de señales y conceptos semejantes hacen que muchos se relaman los bigotes de ambición pues el proceso de la introducción de señales digitales potencialmente dejará libres frecuencias en el espectro en las bandas AM, FM, VHF y UHF que pueden ser empleadas para transmisión de Internet inalámbrico, nuevos sistemas de telefonía y mucho más. Es una tajada que vale su inasible peso en oro.

Por ello empresas públicas y privadas se han trabado en un clinch de box que dejaría atarantado al mismísimo Mohammed Alí. Unos quieren que se les de chance de aumentar su participació sin meter un centavo extra mientras que otros no quieren ser sacados de allí a la fuerza. Un coctel molotov.

Sin embargo, más allá de esta rebatinga y después de haber leído el texto abstruso de la reforma, creo que hay un asunto de fondo que ninguno de los medios reclamantes tomó por los cuernos: esta reforma no le sirve al telespectador o al radioescucha. Así es, y perdonen los partidarios de cada uno de los bandos por decirlo así. Esta serie de reformas no benefician al auditorio por la sencilla razón que lo que menos les importa es su bienestar.

Me explico: nada de esta reforma tiene como objetivo mejorar la calidad de la programación televisiva. Encontramos cuestiones referentes a la propiedad de los medios pero nada acerca de salvaguardas para telespectadores. Más allá de una tímida bonificación en tiempo de comercialización a cambio de promover (nebulosamente) la producción independiente nacional, no hay nada que realmente pueda hacer una tele o una radio mejor.

Algunos podrán decirme que la apertura a nuevas frecuencias será el mejor garante de la diversidad y la calidad en los medios de comunicación, a lo que yo les respondería, ¿les cae? Pensar que más empresas de comunicación son garantía de calidad me parece esperar que del cielo caigan generosos empresarios desinteresados que estén dispuestos a gastar enormes cantidades de dinero para financiar proyectos mediáticos atrevidos, experimentales, innovadores pero de audiencia limitada y escasa publicidad. En otros foros lo he dicho y aquí lo sostengo: el que haya más competidores no significa que la oferta sea de mejor calidad; quienes tienen los recursos para hacer la inversión en nuevos canales podrán ser progresistas y librepensadores, pero como nos enseñó Javier Moreno Valle con su experimento del Canal 40, los sueños sin dinero sólo son fuente de amarguras y finales descorazonadores.

Así pues, creo que esta reforma no fue ni ave ni pescado, pero como suele pasar, todos mentaron madres, fueron felices y comieron hartas perdices.

Seguiremos en el tema.