Friday, October 27, 2006

FOX SE CAE

Pues así como van las cosas, el gobierno de Vicente Fox se recordará por su desastroso aterrizaje, con Oaxaca atravesada en el cogote, sin la más mínima posibilidad de solución, a la espera que los maestros sean quienes resuelvan por sí solos (y con el apoyo de la deliciosa maestra Elba Esther). Pero como si esto fuera poco, ahora hay que lidiar con el regreso del Peje, quien ahora vuelve a los tablados para recuperar el tiempo perdido y ahora lanzarse al ejercicio de su presedencia legitima, sea lo que sea que esto signifique.

Pero la pena está concentrada en Vicente Fox. Con su campechano estilo de ser, se arroja ya sin pudor a las declaraciones desafortunadas como esa de decir que los asuntos de Oaxaca se resolverán como lo del EZLN y lo de Atenco. ¿O sea cómo? Sólo en su mente (que parece ya se ve de vacaciones) se concibe algo tan atroz como pensar siquiera que esos problemas ya se han resuelto. No resisten ni el más mínimo análisis pues ambos problemas siguen allí, punzantes y delicados.

Ahora, que si el mensaje es decir que no hará nada relevante y que de aquí a lo que le queda de gobierno, se dedicará a nadar de a muertito, pues creo que se pudo haber ahorrado la saliva en escupir su inacción. E inacción es lo que parece sobrar, ahora que se sabe también que de plano y para no meterse en honduras, Fox decidió retirarse (con balbuceos poco creíbles) de la ceremonia del 20 de noviembre, festejo que, dicho sea de paso, era ya un residuo kafkiano de la exhibición de panzas de burócratas haciendo tablas gimnásticas en nombre de quien sabe qué ideal revolucionario.

Pero el punto está en que, como decían anoche en conocido programa de televisión de medianoche (Tercer Grado), el problema es que todos los espacios que Fox ha abandonado, deberán ser recuperados por el mismo Felipe Calderón, quien tendrá que escalar cuesta arriba en batallas que en el fondo serán estériles, pues se sabe que los espacios simbólicos no suelen ser los más fértiles en los pleitos económicos y políticos que el país tendrá que ver en el futuro.

Apunte viajero: San Francisco - Vancouver
Sin yo quererlo con demasiado afán, me pasé dos semanas continuas viajando por Norteamérica: San Francisco (bellísima ciudad) y Vancouver (hermosísimo paisaje). Por un momento me acordé de que el mundo no es Oaxaca y que en otras partes del mundo están pensando en cosas mucho más útiles que los pleitos por arrancarle un pedazo de carne al cuerpo flaco de la república.

Por otro lado, aquí seguimos haciendo escándalo y medio por el asunto del muro fronterizo. Que si muro de la vergüenza, que si hay que desplegar banderas y gritar a los cuatro vientos la indignidad que se nos ha cometido. Pues bueno, yo diría que si estuviéramos en ese “mood” por la solidaridad con los migrantes, hace tiempo habríamos abolido el Instituto Nacional de Migración y cancelado los operativos que se realizan en la frontera sur.

Me parece hipócrita pedir que se abra de par en par la puerta del vecino mientras que nosotros no somos los mejores anfitriones con los migrantes del mundo. Irónicamente, la izquierda (que tanto le caga todo lo que hace Estados Unidos) es la que más grita por este cierre de puertas, cuando si en verdad fueran coherentes, deberían festejar que ya no habrá forma de que los mexicanos pasen a vivir con tan aborrecido vecino.

Odiamos a los gringos, pero no deseamos de modo alguno que nos cierre la puerta.

Mal asunto porque, señores, y no es porque sea yo un experto en política internacional, ni en Canadá ni en los Estados Unidos le tienen atención alguna a nuestros sombrerazos. Allá las cosas están en diferentes tonalidades y creo, que lo más sano es dejar de lamentarnos por lo que otros hacen y comenzar a tomar las medidas necesarias para acercarnos a nuestros vecinos y ponernos a la altura de ellos.