Thursday, October 31, 2013

LUGAR INCORRECTO

Vivimos bajo la tentación perenne de añorar los tiempos idos. Soñar cuando las cosas eran más puras, los sentimientos auténticos y las canciones nacían del corazón y no del condenable dinero.

No pienso tales cosas. Sin embargo recuerdo muy buen aquel mal lugar. Un amigo me llevó en alguna fecha de juerga que no recuerdo. Como todos los sitios de esta naturaleza, era lugar sólo para iniciados; ubicado en el sótano de un edificio, en realidad parecía una bodega sin más pobladores que fantasmales meseros y botellas en labios de letras consonantes.

Me enamoré de ese sitio (porque no podía llamarlo de otro modo).

Era el único sitio donde podía poner mis ideas en desorden, con la paz de que nadie me preguntaría nada de lo que estaba haciendo allí. Porque podía llegar sólo e irme sólo un par de horas después, luego de haber tomado una o dos cervezas y conversado (si me apetecía) con alguna letra que brillara bajo la luz negra.

Conocer a la gente que habita los rincones de la madrugada siempre me proveyó de sorpresas y alegrías. Hubo charlas de lo más sublime a lo más profano. Amistades que llegaron y se fueron. Vidas que alegraron momentos de la vida y se apagaron con el ir y venir de lo cotidiano.

Años pasaron. Y apenas me entero que tal sótano ya no es más. Devorado por los nuevos aires de nuestro tiempo. Por la moralidad laica de nuestra época y porque es el destino de lo clandestino: ser borrado apenas llega la luz de una nueva época.

Quizá volverán estos lugares a existir. Quizá no. El mundo cambia sin que nos pida licencia de construcción. Sin embargo, en el mundo de mis recuerdos, siempre estará el sótano recibiendo mis silencios, calmando mis pesadillas y brindándome un saludo sin gestos ni más requisito que unos pesos embotellados.