Friday, March 21, 2014

FUERA DEL ABECEDARIO

Cosas extrañas de la vida. En dos días consecutivos, dos letras abandonaron mi abecedario.

Ambas en el ánimo de hallar paraísos personales. Ambas en otros lugares, distintos de esta ciudad de acero y noche.

Podría lamentar lo sucedido, pero no me queda duda que era lo mejor. Desde el principio sólo esperé pequeñas fugas entre el mar del tedio y la tensión. No hubo más.

El primer adiós era esperado. Con un par de copas en la mano brindamos por la nueva vida hacia la que se dirige. No quise entregarme al sentimentalismo, resolví un secreto que siempre me intrigó y me dispuse a mirar sus ojos por última vez en la esquina de Bolívar y 16 de septiembre.

Algo me dice que volveré a verla algún día. Se aferró en la salvación de quien le prometió un cuaderno en blanco, de satinadas hojas y lejos de las trituradoras cotidianas. Quizá sea una apuesta exitosa y terminará del otro lado del Atlántico; que es lo que en el fondo quiere, el príncipe que se la lleve hacia un castillo donde la protegerá de sí misma y de todos los demás.

Mucha suerte y un beso en la frente.

Al día siguiente otra letra se despidió; ésta lo hizo de manera sorpresiva. Tampoco es que fuera demasiado importante: desde el primer encuentro quedó claro que lo que le movía era simple deseo de viajar en la misma canoa mientras las corrientes no definían el curso de su vida.

Sucedió que halló quien pudiera vivir con sus ataques de enojo, con sus prisas. Yo no podría haberlo hecho mejor; así, casual lo dijo, quizá con un dejo de sentimentalismo, habido el hecho de que le dió un poco de pena admitir que por algunos meses había aceptado pasar ratos aquí mientras otros estab a la iglesia rezando por su alma y la de su diptongo.

Con el paso de los años me he tornado un poco cínico. Los dilemas morales quedaron atrás muchos años ha. Sin embargo, al ver cómo se alejan con alegría hacia sus nuevos destinos, es que pienso que incluso hay letras que puedes borrar alegremente de tu cuaderno.

Otro beso en la frente.