Ahora el mundo se mueve con la tranquilidad de una ola enmedio de un mar calmo.
El sol se mueve lentamente, caminando en su estela de fuego que nos deja mirando al suelo, humillados por su poder.
El mundo gira, sigue su camino y su paso. Entre el calor y la vida, seguimos andando, mirando el camino que surcamos a diario en una variación continua. Un camino que parece el mismo pero que nos engaña en cada vez que salimos a la calle.
Esta es mi vida. La vida de un andar y caminar. De ver desde las ventanas el mundo crecer y salir de sí mismo.
El movimiento que no termina, el movimiento que nos consume. Mirando los reflejos es como puedo mirar si deslumbrarme. No quiero otra cosa más que que eso, seguir tras los cristales. Obsevrando, tomando nota, ahorrándome la tarea de hablar.
Es lo que tengo y lo que poseo.
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