Por casualidades del destino, las relaciones entre nuestro país y los Estados Unidos se han convertido en punto de controversia en los últimos días.
UNO
Empecemos por las hamburguesas.
Hace algunos días apareció en España un anuncio de hamburguesas Burger King donde para hacer alarde de que su producto tiene un poco de exótico, los publicistas colocaron un cartel donde se mostraba un mexicano chaparro, con máscara de luchador y portando una capa tricolor.
Como suele suceder con estas cosas, se armó y enorme lío que hasta el Embajador en España tuvo que pedir que retiraran el anuncio en cuestión.
En lo personal, me parece que no era para tanto la cosa. Incluso, ahora que he visto el video de la campaña original en Estados Unidos en realidad hasta me parece que tiene un mensaje positivo: dos personas muy diferentes compartiendo el mismo espacio sin problema alguno, ayudándose de sus diferencias.
Quizá el tema en este país causó tanta controversia debido a uno de nuestros oscuros y vergozosos secretos: nuestro racismo soterrado. Es el día que ninguna campaña comercial mexicana se atreve a poner en pantalla un indígena como consumidor; a duras penas algún mestizo por allí perdido haciéndola de mecánico, mesero, policía, etc.
Pero esas son quejas de los años 70. Ojalá podamos algún día podamos sentirnos lo suficientemente orgullosos de nuestro país para no ponernos en el mexicanísimo papel de jarritos de Tlaquepaque.
DOS
Anoche me la pasé viendo una película espantosa llamada Vera Cruz donde ser arma un western a las costillas del México invadido por los franceses en el xiglo XIX. Los clichés son apabullantes: carretas pasando junto a las ruinas de Teotihuacán, indios de huarache, sombrero de palma y sarape. Mexicanas bailando al son de las castañuelas (cosa que jamás he visto que suceda), aunque al final los buenos ganan, se quedan con el dinero y se van con los juaristas.
Es claro, una película hecha en los tiempos en que México se veía desde la óptica de la película de Los tres caballeros y lo interesante del país eran los paisajes idílicos, las muchachas bonitas y la violencia empistolada. Qué bueno que ahora tenemos cosas mejores para darle al mundo... ¿o no?
TRES
En busca de buenas recomendaciones para comer me topo con los blogs de dos norteamericanos que viven en la Ciudad de México y se expresan de esta ciudad y de sus habitantes con un sincero amor y respeto que incluso les hace defender desde aquí nuestro país y mostrarlo cual es, con sus claros y sus oscuros. Alivia saber que pese a lo que se piensa de nuestro país en el extranjero, hay quienes tienen el deseo de conocerlo y de amarlo.
Un aplauso para Jim Johnston
Otro aplauso para Nicholas Gilman
Estas personas realmente merecen las llaves de la ciudad.
Pero que no se piense que somos pobres víctimas. Si nos preguntan qué sabemos de Guatemala o Belice... ¿Qué respuesta podemos dar?, ¿Cuántos mexicanos escriben blogs sinceros desde esos países?
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