Para Stacy B
Retomo mi blogcito. Tan abandonado en pasadas semanas por acción de una leve depresión y un viaje a la raíz de mi estirpe.
De pronto, mirar las montañas nevadas, la alegría simple de quienes ven en el matrimonio la solución perfecta y definitiva. Los parientes lejanos que saludan con admiración a quienes hace medio siglo decidieron probar una fortuna en la gran ciudad y que ya llevan una generación en ese exilio urbano, con ocasionales suspiros por la claridad del cielo perdida.
Es así como le tomo fotografías entre la sorpresa a ritos que creía sepultados tras siglos de erosión del tiempo y las migraciones.
Pero allí están.
Eso es una carga inesperada de energía cuando en los inicios de este año miro cómo es que la realidad se impone con su acostumbrada pesadez en el trasiego de los días. Pero en ello aparecen momentos que valen mucho la pena. Oja Mariko me cuenta su odisea particular y me muestra una ventana hacia las preguntas que es preciso responder.
Mi querido Pas me cuenta cómo es que dentro de la rutina la felicidad florece. Cómo es que llega la tranquilidad después de las tormentas de la existencia.
Y sí, un poco un acto de contrición también. En retrospectiva.
Pese a que la mayor parte del tiempo mi vida ha transitado por los meandros del infortunio, he sido una mala persona también. En mi pasado, ofuscado por el brillo de lo inalcanzable, eché por la borda la oportunidad para dar un poco de felicidad y de corresponder lo que recibí.
No puedo pedir perdón por esas lágrimas de las que fui causa. No puedo hacer nada para remediar el daño causado (y sería ridículo querer remediar cualquier cosa a estas alturas de la vida), pero cuando uno ha recorrido ciertos caminos en la vida, cuando uno ha sentido el "fuego helado" de la tristeza, es que uno comprende cómo son las cosas cuando uno camina el otro lado de la cinta de Möbius.
Sea pues este reconocimiento (que más bien es cosa extemporánea y en buen sentido inútil), mi regalo de cumpleaños para ti, que habitas apenas por encima de la línea del Ecuador.
Salud y velitas para tu pastel.
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