Al ver mi ser agripado en el espejo, al pensar en mi siguiente chamba, al sostener el espejo en su reverso me encuentro con lo de siempre:
- Obsesionado con los videojuegos de la temporada.
- Pensando en el menú de navidad (algo ligero para la tarde, lo tradicional en la cena de la noche).
- Descomprimiento mi vida después de intensas semanas de trabajo.
- Pensando en los libros que querría leer.
- Haciendo una lista de las películas que quiero ver.
- Pensando en la conexión HDMI que mi televisor ahora tiene y que en teoría muestra una imagen prístina.
... planeando las siguientes oraciones en las que emplear mis habilidades caligráficas.
Y en los destrozos que hacen mis gatos, que pese a todo, ya se ganaron el corazón de este hogar.
Es curioso que a fin de año comiencen a llegar las llamadas telefónicas inesperadas, pero que abren puertas a nuevas habitaciones vacías pero iluminadas.
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