Domingo 15 de agosto
Leyendo un texto de Raymundo Rivapalacio me topo con un párrafo que me hace muy feliz:
(El periodista)...
Se regocija con sólo pensar que en menos de un lustro ya acumuló más experiencias que un empresario ordinario, un abogado o un ciudadano común y corriente podrían juntar en toda su vida.
Ha aprendido a pensar y a actuar rápidamente. Es capaz de tener una paciencia inagotable y de permanecer con la mente fría cuando los demás ya perdieron la cabeza. Puede escribir tan rápido como otra persona habla, y conversar sobre temas sobre los que otros ni siquiera se aventuran a abrir la boca.
Y eso es totalmente verdad. Un humilde periodista de la legua se halla de pronto en una lujosa sala de aeropuerto, bebiendo un whisky cortesía de la casa, sentado en un muy comfortable sillón mientras espero que mi vuelo despegue en una hira más o menos.
Y digo lo de humilde porqud en mi vide cotidiana me la paso en microbuses y en el metro, de un lado al otro, a pie a veces bajo el inclemente rayo del sol, a veces en las antesalas imterminables, siempre como un plebeyo.
Y de cuando en cuando, enmedio del lujo que no podré tocar más que en los ocasionales días que puedo acumular estas experiencias, que de cuando en cuando compensan las desazones de vivir cronicando el tiempo que se vive.
-- Desde Mi iPad
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