Sí, no lo niego, soy un rendido admirador de Apple, sus computadoras y del estilo relajado y cool de Steve Jobs. Desde que me topé con mi primera computadora Mac en 1995 y hasta el día de hoy, la casa de la manzana casi nunca me ha decepcionado. Soy un maquero de pies a cabeza, pues.
Sin embargo, debo decir que no es un entusiasmo ciego. Quizá lo que más admiro de Apple (al menos en sus últimas épocas) ha sido la capacidad de comprender lo que el cliente quiere y producir justamente ese producto que de pronto parece encajar de forma natural y espontánea con el usuario, sobre todo en un punto sutil que en el mundo de la tecnología suele quedar obviado: la experiencia del usuario.
Tomemos como ejemplo el iPod. Cuando fue lanzado, realmente ya existía una gran cantidad de dispositivos MP3: desde los muy chiquitos hasta los muy grandes. Sin embargo había dos problemas fundamentales: que estos aparatitos eran difíciles de manejar debido a la interfase compleja y poco práctica que tenían y que la sincronización con la computadora era un desmadre.
Solución Apple: iPod + iTunes.
Con un ingenioso diseño Apple creó el MP3 player ideal: sencillo e intuitivo (esta es la palabra mágica. Con esa combinación, se puso adelante de los cientos de fabricantes de MP3 players y al día de hoy sigue dominando el mercado.
Qué pasa con el iPhone. Creo que el enfoque de Apple fue de tan sencillo increíble: primero, se percataron que uno de los dolores de cabeza de los teléfonos celulares (además de las tendencias a convertirlos en aparatos hacelotodo) radica en que cada marca (e incluso cada modelo) posee un sistema operativo diferente y en la mayor parte de las ocasiones, un sistema operativo complejo y tortuoso. Chistosamente, lo que la gran mayoría de las compañías de teléfonos celulares promocionan en su publicidad suelen ser las características físicas del dispositivo y las prestaciones abstractas del teléfono (duración de batería, conexión con redes de datos)... curiosamente sin explicar que esas bondades yacen sepultadas en las profundidades del sistema operativo y la interfase.
La cosa es que Apple se lanzó a la tarea de analizar esas necesidades del usuario de teléfonos celulares y aprovchando las fortalezas de la empresa (desde su sistema de video Quicktime hasta su navegador Safari) crearon el producto que la gente pide a gritos: un celular divertido y sencillo de usar.
Y ahora estamos todos a la espera de lo que pase este 29 de junio cuando Apple lance el iPhone.
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