Si esto sucediera en cualquier otro partido, no crearía ni ámpula ni escándalo. Al fin y al cabo, dicen que todos tenemos el derecho a elegir nuestro amo. Sin embargo, enmedio de una lucha donde el mismo PRD se dice gran denostador del autoritarismo, se entrega gustoso a los mandatos y mandados que le manda hacer AMLO. ¿Dónde está la deliberación?, ¿dónde está el famoso consenso que demanda el FAP y el PRD?, ¿dónde está el debate dentro del PRD?, ¿dónde la democracia que se supone es la marca distintiva de la casa (no por nada el partido se llama de la Revolución Democrática?
Quizá la pregunta que más me perturba es, ¿por qué los líderes de un partido entregan de esta manera su voluntad? Yo no me creo eso del Síndrome de Estocolmo (políticos de nuestro tiempo al fin y al cabo, viven de lo real, no de la víscera), pero pienso que los cálculos rondan en que el PRD es hoy día la estructura que le da forma a la sombra que AMLO proyecta en el PRD y en otros dos partidos de la izquierda mexicana.
Sin su prescencia, estos gerifaltes consideran que el partido perdería buena parte de lo ganado porque saben que esta tajada la obtuvieron, en buena medida, por el arrastre de AMLO en las elecciones. Quizá el agua se aclare en las elecciones de 2009 pero, hoy por hoy, saben que su prescencia es necesarísima y por ende están dispuestos a ceder lo que haya menester para mantener a su hombre más necesario de su lado.
¿Cambiará la cosa después de las elecciones de 2009?
Misterio.
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