DEBATE SOBRE LO QUE VALE LA PENA

Oja Mariko lo sugiere. Hacer nuevas inversiones. Yo diría que es hacer nuevas apuestas. No quiero apostar, me niego y no me resigno a perder lo que me ha hecho coherente en los últimos años de mi vida: el aislamiento de mí mismo y la reclusión domiciliaria.

¿Valdría la pena buscar respuestas? No lo sé. Siendo como soy, quizá sería inevitable buscar lo que se desconoce. Sería necesario salir del paso y abrir camino hacia lo desconocido.

Pero no me queda claro lo que podría pasar. No me queda claro lo que podría sacar de todo esto. No me queda claro el beneficio ni el perjuicio. Sólo dudas, muchas dudas. Pero me temo que una vez más me encuentro ante la vieja disyuntiva del miedo al fracaso y a la quiebra.

Las palabras de Oja Mariko son importantes porque me sacan del embotamiento cotidiano y me ponen en la necesidad de resolver, de resolverME, de salir, de intentar existir. Es una semilla aviesa, sin duda, pero resolver si la dejaré germinar es un asunto complicado. No me haría daño un naufragio más, pero no sería recomendable abandonarme a las viejas pasiones y a las miserables compasiones.

Sólo recuerdo mi pasado.

Bucear entre arrecifes es peligroso. Bucear en mis propios arrecifes es peligroso. Uno nunca sabe el tipo de tormentas con las que uno se puede encontrar encerradas tras una imagen fugaz o una fugitiva palabra.

O una letra en proceso de cambio de vocal a consonante.

¿Hacia dónde se debe uno pronunciar?