Aunque la vida cotidiana puede tener sus momentos pinches, a veces uno se puede dar la oportunidad de conocer la forma en la que opera la vida misma. A veces me siento lleno de trabajo, a veces me siento lleno de viajes. Sin embargo, par mi fortuna, siempre puedo regresar a mi casa a vivir la vida cotidiana.
El pequeño triunfo de ver mi nombre en letras ajenas, la dicha breve de estar unos días como protagonista de la investidura de mi trabajo. Esa clase de cosas son las que precio y valúo como nada.
Eso sí, Oja Mariko se queda entre los pendientes. Los consejos tendrán que brincar por lo menos a través de dos países.
POR UN MOMENTO
Algo así como cierta película de Tarantino. Por un instante mi cabecita loca jugó con la idea, con la loca solución de tomar el primer avión disponible y buscar el origen de la disociacion.
Por un instante, quizá por un momento pensé que era posible.
Pero no. Esta es mi existencia, este es mi mundo, este es mi oficio, este es mi lugar en el Universo.
Este es mi ser.
Este mi destino. No puede ser cambiado por fuerza alguna. Sólo por un instante.
Cabello negro
Ojos azules
Una ciudad anónima de Norteamérica
Y como diría el enorme Takeshi Kitano
Aún con los ojos abiertos
No puedo ver nada.
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