- O Buenos Aires era muy pequeña o los escritores vivían en la misma cuadra. Se vistan unos a otros varias veces a la semana, unos van a casa de otros a sacar sus perros a pasear.
- Pienso en mi mejor amigo (quien trabaja en un canal de televisión de día y se impone la casulla de rock star de noche). Pueden pasar meses antes de que nos veamos para comer porque aunque vivimos a unas colonias de distancia, nomás las chambas no empatan con nuestras agendas.
- Los clásicos son quienes nos salvarán al fin y al cabo de la vorágine de nuestro tiempo.
- Es cierto, el mal material se suicida a los pocos versos.
Curiosamente eso de la cercanía que me parece bien en Borges, me parece terrible cuando lo quieren replicar en la Ciudad. Recuerdo una novela de Guillermo Fadanelli, Lodo se llamaba. No me parecía mala narración, pero todo se fue abajo cuando comenzó a hablar de los marginados que vivían en la Condesa. Los únicos marginados que por allí pasan son quizá la gente de la basura. Esa pretensión podría deslumbrar a alguien que no conoce la Condesa pero en este caso simplemente fue una decepción.
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