A pesar de los años transcurridos y a que las agendas casi nunca coinciden, cada que lo veo es una lección de periodismo y una lección de amistad. Me da un enorme gusto contarme entre sus amigos y saber que sigue allí, mejorando el oficio y enseñando a nuevas generaciones los secretos de esta forma de ganarse la vida.
Y un adiós. Hoy me informan que otro editor de la casa para la que trabajo parte hacia nuevos horizontes, a aguas internacionales, por decirlo así. Es curioso porque recuerdo cuando era editor de la primera revista donde colaboré y el era soltero y yo tenía más cabello. Es curioso las vueltas que da la vida. Ahora el tiene un baby, yo le sigo dando a la tecla. Quizá extrañaré nuestras charlas de cine, cuando teníamos tiempo de peinar los festivales y platicar de las últimas excentricidades de nuestros directores favoritos.
De cualquier modo, muchas felicidades y suerte en el revistonón que ahora vas a abrir.
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