Quizá con los años veremos las consecuencias económicas de lo sucedido, si esto realmente será un remedio para una situación complicada y que amenazaba con derribar buena parte del sistema financiero norteamericano. Sin embargo, de lado ha quedado el debate ético de haber sacado dinero de los contribuyentes para salvar a empresas privadas.
Puede decirse, sin ambagaje alguno, que han sido días tristes para el liberalismo económico. La entrada masiva del Estado para salvar empresas privadas es un mensaje claro: no hay dogmas cuando se trata de salvar la cartera. Y suena bien, de no ser porque justo los Estados Unidos fueron los evangelistas del mercado como gran regulador de la economía. Lo que ha sucedido en los mercados mundiales marcará por muchos años la definición de lo que es el liberalismo y quizá influirán en muchas decisiones que tomen las naciones en los años por venir.
Quizá, para los proponentes del liberalismo económico a ultranza, esta fue la estacada en el corazón. Curiosamente, creo que Hank Paulson, Ben Bernake y los demás en la Casa Blanca y en el Tesoro de los Estados Unidos le ha hecho un gran trabajo a los globalifóbicos del mundo.
Y por ello, deberían agradecerle.
Greetings
Happy birthday, even tough you don't read this blog, let me congratulate you. I hope you get much more days like this. And of course, I want to be next to you, blowing the candles in top of the cake.
Don't forget it... I love you.
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