Segundo. Como quizá lo sepan algunos (aunque es poco probable), debido a mi trabajo, he tenido que hacer una larga reflexión acerca de las bondades y maldiciones de la tecnología en el periodismo. Todo desde que comenzó a sonar el término de "periodismo web" donde un ejército anónimo de periodistas ciudadanos trabajando desde sus casas y potenciados por las maravillas de la web podrían en algún momento de la vida reemplazar mi labor, eliminar los medios donde laboro y obligar a reciclarme como redactor de discursos o vendedor de hamburguesas.
El punto es que me declaro escéptico del llamado periodismo ciudadano. Y no sólo porque en una época me tocó crear y lidiar una iniciativa similar para estudiantes de una de las universidades más rimbombantes del país con resultados terribles que me dejaron una linda gastritis crónica y aversión a los estudiantes adolescentes. Además, el periodismo web (o sus heterónimos como periodismo ciudadano) se apoya en un método muy peculiar de selección de contenidos: que las mayorías decidan por voto popular lo mejor y lo más relevante.
Este paradigma (denominado sabiduría de la masa o wisdom of the crowd) en buena parte fundamenta lo mismo la Wikipedia que la alegría de quienes piensan que la dictadura de los editores dictatoriales está por concluir y ser reemplazada por la democracia de los miles de cibernautas con mejor criterio. Sin embargo, me parece que este tipo de postulados tienen muchos bemoles. Y a las pruebas me remito.
Aprovechando la tormenta de los reality shows, usando las capacidades de la web, la UNAM abrió el certament Caza de Letras, donde los participantes perfeccionaron sus técnicas bajo la tutela de un equipo de escritores como Alberto Chimal y Mónica Lavín.
¿Qué pasó? Lo siguiente:
Irónicamente, la opción más votada NO fue la ganadora. Es más, la opción elegida de acuerdo con los expertos fue la MENOS votada.
¿Qué pasó con la sabiduría de la masa?
1 comment:
La sabiduría de la masa está comprobada desde hace milenios con la crucifixión de Jesús. Sin embargo, me parece importante la intención "democratizadora" hasta en Caza de Letras. Sin embargo, también lo dijo Platón, para que la democracia funcione, el Rey debe ser un filósofo, y los votantes, libres (que en Grecia era sinónimo de cultos). Ese es el gran problema de la democratización del periodismo o la eduación, por poner nuestros ejemplos.
PS: ¿Qué le pareció Caza de Letras?
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