Sin embargo, algunos dirían que me hago bolas yo solo debido a que bien podría comprar la serie en DVD, verla a la hora que se me pegara la gana y dejarme de problemas. Sin embargo, ¿qué sería de la magia de esperar la hora de ver la caricatura en la televisión? He pensado que eso es quizá lo mejor de mi reencuentro con la serie, la capacidad de volver a mis viejos hábitos. De reconocerme como habitante de un espacio de mi infancia que por muchas razones pensé que no volvería jamás y sobre todo, la posibilidad de tener entre mis manos un pedazo de tiempo.
Detente instante, eres tan bello, escribió Goethe. Mucha razón en sus palabras hay.
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