Aprovechando algunas horas libres que tengo en San Francisco, me di a la tarea de hojear el libro de Vicente Fox que al menos en las dos librerías que visité por aquí estaba ubicado en un más que modesto rincón de la librería, en la sección de biografías latinoamericanas.
En fin, algunos pensamientos sobre lo que contiene el libro:
- Fox es un lengualarga de nacimiento, de formación y por decisión, es un hombre que dice lo que piensa, sin pensarlo mucho paradójicamente. Es un hombre formado en la idea de que no debe quedarse con nada... y con nada se queda el canijo.
- Su visión de la Presidencia de la república era sinceramente simplona. La cosa era derrotar los malos, airear la presidencia y llenarla de buena fe. Desafortunadamente la realidad descarriló sus buenas intenciones.
- El desprecio a López Obrador es sincero y sin doblez. Me queda claro que me molesta López Obrador y en general las visiones no liberales porque no duda en acusar a López Obrador con todas sus letras de ser un aliado de Hugo Chávez, sin poner pruebas de por medio. O el Cisen le proveyó de información reveladora o sólo está virtiendo el cáliz de su desprecio más profundo.
- Finalmente, su amor hacia Martita es indeclinable, rendido, total absoluto y todos los adjetivos que se gusten agregar a la lista. Su amor es como el sujeto: sencillo e indeclinable en las buenas y en las malas.
Yo no sé si eso signifique algo más concreto, pero me queda claro que Fox no está dispuesto bajo ninguna circunstancia a ser decorado en la historia. El quiere incidir y participar en ella. Lamentablemente su candor ranchero no es más que como en la novela de Nazarín (y película de Buñuel), donde un sacerdote bueno sólo va creando calamidades a su alrededor.
Así es el.
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