La diéresis.
Es como si hubiera abierto una ventana y por ella hubiera entrado una corriente de aire caliente, muy caliente.
Es quizá uno de los momentos más tristes de mi vida, pero no se bien a bien qué sentir al respecto. Quizá con los días y el mar pueda sentirme verdaderamente triste y llorar lo que necesito.
Y quizá requiera tiempo para desarrollar la idea. Pero sin saberlo, desde el 20 de septiembrecomencé a caminar el mundo sin ella. Sin sus rizos, sin su sonrisa, sin su inteligencia y sin sus labios que pasaron fugaces por mi piel.
Ahora sólo me queda iniciar el camino del aprendizaje y la absorción del duelo sin forma ni nombre.
Sólo por no caer en los abismos, por ti recordaré aquellos 10 minutos en la línea azul del Metro, cuando tomados de la mano, sin saber bien a bien qué sentir, me concentré en la calidez de tus dedos y en tu mirada que tampoco sabía bien a bien el lenguaje que hablábamos.
Me prometí que esos momentos no los olvidaría jamás. Y no los olvido, menos ahora que sé que son cristales preciosos de momentos que han quedado, definitiva y absolutamente cancelados.
Malhaya este amor que tuvimos. Y no por ti. Más bien por mi, que ahora se de la amargura del dolor de la ausencia. Ausencia irreparable.
Descansa en paz.
1 comment:
hermano...deja que el tiempo pase...
Te quiero!!!
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