LECCION DE TANGO

Saber mover los pies no es lo mismo que saber bailar. De hecho, bailar es tan impredecible como caminar con los ojos cerrados en hora pico en una acera llena de gente. Pienso que bailar es una expresión elevada del cuerpo y que, como me he disociado un poco del mío, la accion me sale como si estuviera batiendo masa con los pies.

Supongo que algún día mejoraré.

Pero más allá del tango está el movimiento. Las leyes de la física son invariables: el movimiento sigue hasta que algo lo detiene. ¿Qué detiene la energía de las olas?, ¿qué detiene el poder del viento?, ¿cómo se refrena el movimiento de un terremoto?

El movimiento es inherente a la vida del Universo. El movimiento es la fuerza primigenia. Movimiento para salir de uno mismo. Movimiento para buscar el mundo exterior. Movimiento para vivir, movimiento para morir.

Movimiento para ser feliz, movimiento para no hundirse. Movimiento que lo es todo, pero que si se mira detenidamente no es más que el reflejo de nuestro miedo, nuestros miedos al vacío. El miedo es el motor del movimiento. Quien lo pensaría.

Pero no hay que dejar que el miedo nos mueva hacia el precipicio. Eso me sucedió una vez. Hay que apreciar el poder de la quietud, de la suspensió de la acción mientras lentamente el mundo se vuelca hacia sí mismo.

While the world goes on running and turning,

turning and falling.