Sunday, February 18, 2007

KILOMETRO TEDIOSO

Por uno de esos juegos de letras con los que suelo ocupar mis horas ociosas, es que fui a ver Km. 31, la primera película mexicana de terror que el país produce en décadas y que además lo hace con la real intención de asustar al respetable.

Y había guardado un pudoroso silencio sobre el asunto hasta que el columnista de cine en la revista Proceso escribió un texto referente a la película. Así que, meto mi cuchara y me pongo a opinar.

La primera cosa que dice el columnista es que

Si hubiera que elegir entre El aro o Silent Hill (súper producción de grandes efectos) y ésta, la de manufactura nacional sería una opción sumamente digna.
Y estoy totalmente de acuerdo con esa frase, si no fuera porque primero llegaron El aro y Silent Hill, por lo que las ideas visionarias terminan siento plagios abiertos y descarados. Sí, ya sé que dicen que lo que en los mediocres es plagio, en los grandes es inspiración, pero siendo esta la película de un director que no es consagrado (de hecho creo que es su primer largometraje), siento que más bien aplicó la técnica que en mi pueblo llaman copypaste.

El columnista prosigue:
Resulta interesante que una historia que tiene mucha influencia de las cintas de terror japonés que nos han llegado por medio de Hollywood, haya sido aderezada con el saborcito de las historia de aparecidos y con la famosa leyenda de La Llorona.
Lo que al crítico de cine se le hace interesante, a mi se me hizo un recurso que de tan forzado resulta ridículo. Sacar del baúl de las leyendas a la Llorona y ponerle un contexto visual hi-tech (y una justificación poco clara), resultó en una trama que al menos en la sala de cine a la que fui, hizo que los chavos se rieran y los pocos adultos se quedaran confundidos.

Desafortunadamente para Km. 31, la generación a la que se dirige la película está más que empapada en los recursos de películas como El Aro y el Proyecto de la Bruja de Blair, así que lo que a ojos del crítico de Proceso es algo interesante, para la audiencia es algo más que visto y sabido.

Y finalmente, no se si sería porque me habían cambiado de gafas pocos días atrás, pero los últimos 10 minutos del filme los pasé mareado por el uso de los famosos recursos novedosos como la cámara temblorosa, los cortes violentos, las transiciones color - blanco y negro, las borrosidades digitales.

Sí, fue una película de horror, pero del gacho.

No comments: