¿No les parece que la primavera se adelantó demasiado? A estas horas de la madrugada, el termómetro de mi casa reporta 23.5º C, una temperatura a todas emes, pero tambien un ominoso regalo. En el jardín comienzan a aparecer unos pequeños insectos que aún no he podido identificar, pero que en cuestión de semanas literalmente tapizarán las paredes de la casa (como lo han hecho desde hace como 5 años)... y no, no son cucarachas.
De la importancia del dato citable
En este medio, todos sabemos que uno de los grandes maestros de la letra (Gabriel García Márquez) le tiene una aversión a las grabadoras debido a que las considera como un objeto nocivo para el desarrollo del oficio y atrofiante de la memoria. Yo también lo pensaba así cuando hacía mis pininos como reportero allá por los inicios de la década, sin embargo, con el tiempo me tuve que hacer a la idea de que son un incómodo invitado del que no se puede prescindir.
A la hora de entrevistar burócratas, líderes de opinión o cualquier persona en posición de poder, es imprescindible tener a la mano las palabras textuales de lo que dijeron en determinado momento de la entrevista. Sobre todo porque, aunque a mí no me ha pasado, los reclamos por declaraciones "fuera de contexto" o "malinterpretadas" pueden ser una pérdida de tiempo y prestigio para el periodista involucrado.
Justo por estos días Carlos Tello (escritor que hace algunos años salió a la fama por un libro llamado La rebelión de las cañadas, donde contó vida y milagros del EZLN antes de su aparición en 1994) lanza otro libro denominado 2 de julio, una suerte de crónica de lo ocurrido el 2 de julio del año pasado, desde el punto de vista de los cuarteles de campaña del Peje.
El punto que ha causado revuelo y controversia es sencillo: Tello asegura (por versiones de terceros) que durante la noche del 2 de julio, el Peje dijo una palabra cuando vio que los resultados electorales tomaban un cariz desfavorable a él: perdí.
Y que además se puso a llorar.
Esto ha desatado un debate que ha pasado por la tostadora el nombre del escritor, de quien leí con sumo interés su libro sobre el EZLN, pero con gran tedio su primer libro (que narra las "desgracias" de los exiliados del porfiriato en Europa). Medio a la de a a fuerza, Tello reveló los nombres de algunas de la supuestas fuentes que habrían sido testigos de la escena: Federico Arreola, José María Pérez Gay y César Yáñez, quienes a su vez se han encargado de desmentir en todos los tonos que la escena hubiera ocurrido realmente.
Hecho esto, el escritor se enredó en una maraña de explicaciones: que más bien le dijeron terceras personas, que lo escuchó como comentario en una cena, que en realidad no tiene pruebas de que dijeron lo que dijeron, y un largo etcétera. Todo por una sola palabra: perdí.
Y con esto ha bastado para que todo su libro sea denostado como un material de la más baja propaganda. Yo no estoy en condiciones de evaluar la calidad de la melcocha, pero me queda claro que si Tello hubiera contado con una grabadora, se hubiera ahorrado el mal rato que al parecer le deparará cada que se siente a promover su libro. En la práctica de periodismo hay una regla de oro sobre declaraciones delicadas: si no tienes pruebas fehacientes, no lo pongas.
Al parecer, el pecado de Tello fue confiar en que sus fuentes (si es que dijeron lo que se supone dijeron) iban a sostener sus dichos cuando la mirada fúrica de los pejistas los volteara a ver.
Error. Por ello, sin que uno lo quiera, la grabadora es uno de los mejores seguros contra incidencias en esta profesión del periodismo.
Sandbox: Farewell, Bagdad!
And now the British army is getting out from Iraq. The explaination given by Condoleezza Rice
goes between the naivete and the cynicism: she says that, because the things are going sooo great in southern Iraq (where the British army is deployed), the British army has earned its right to go home with the mission accomplished.
Well, in Mexico we have a word for that kind of explaination: maroma, which means a twist in the air that an acrobat performs to surprise its audience. That's what Ms. Rice is trying to do. But I've got a question: if the things with the british down there are going fine, why Mr. Bush doesn't ask Tony Blair to send his troops to the region of Bagdad?. I'm sure that a few thousands of extra hands will be really useful in the middle of the surge that's burning central Iraq.
You don't have to be a mastermind playing Risk to know what's the truth: Great Britain is tired and exhausted (a british teacher of mine would've used the word shattered) with a war which is going nowhere and whose costs are bleeding the budget so hard that even Hugo Chavez is subsidizing the oil comsumption in London!
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