Pienso que en ocasiones hay oportunidades de abandonar el agujero. Que de vez en cuando entran los otros a escena para sacarlo a uno del vaso. Sin embargo, las costumbres viejas son difíciles de olvidar. Es difícil dejar de sacar la espada a la menor provocación.
Una frase de la caricatura Daria no lo podría poner mejor:
The world is my oyster... but I can't seem to get it open.
Por otro lado, la vida es generosa. Mi diplomado va de maravilla, aprendiendo y sacándome de la ignorancia metodológica con la que he llevado mi trabajo. Y sobre todo, sacándome de balance con preguntas que me provocan pensamientos varios y no cesan de mantenerme despierto hasta altas horas de la madrugada. Más o menos como en este momento.
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