Que a la Suprema Corte de Justicia de la Nación le lloviera en su milpita por la decisión jurídica de exonerar al gobernador del estado de Puebla de haber violado los derechos de la periodista Lydia Cacho.
Y no es de extrañar. Considerando que el gobernador de Puebla quedó exhibido como un tipo vulgar bastante miserable gracias a sus conversaciones con el empresario Kamel Nacif, queda como indefendible la negativa a juzgarlo.
Sin embargo, tras leer la decisión jurídica, me queda claro que el problema con el fallo de la Suprema Corte de Justicia tiene que ver con otros temas:
- La opinión pública tiene que aprender que la Suprema Corte determina lo que es legal o no, no lo que es justo o no, que como se puede ver no siempre son la misma cosa.
- El sistema de justicia mexicano tiene un gran problema de fondo: está hecho para determinar la legalidad a partir de lo documental. El problema es que lo documental en este país es algo farragoso, y por qué no, frágil de sostener.
- La SCJN es un organismo que, como todo lo que sucede en nuestro país, está determinado por las percepciones del momento. La opinión pública sigue oscilando en torno de lo popular o no de sus decisiones.
- Los gobernadores se han convertido en los nuevos sátrapas de la vida política del país. Dominadores de la vida en los estados donde rigen, son señores de horca y cuchillo que tienen el poder de manipular sistemas de justicia enteros para su propio beneficio.
- Mientras la gente esté bien, le vale gorro que su gobernador sea dicho sátrapa. El resultado de las últimas elecciones poblanas demuestra que aunque la capital del país se vomite a un político, este puede seguir tranquilo en su tierra ganando elecciones y beneficiado del aprecio de su electorado. Esta es una triste realidad, pero hay que aprender a vivir con ella.
No comments:
Post a Comment