JAPONAZTECA

Como no es secreto para nadie, me encanta la animción japonesa y el submundo que a su alrededor ha nacido. Desde que las convenciones de cómics comenzaron, más o menos, en la medida de mis posibilidades, he seguido el tema con gran interés para ver cómo emerge esta subcultura japonesa desde que era asunto de unos cuantos entendidos y ya. Y una de las convenciones de cómics que con más atención he seguido es La Mole, este año realizada en un centro de convenciones de la ciudad.

A mí me encantan estas reuniones debido a que le permiten a uno conocer el estado de la animación japonesa actual, así como comprar a precios más o menos razonables todo tipo de memorabilia, amén de convivir con las subculturas que viven en estos mundos alternos, que pueden ser en ocasiones más vívidos que los mundos existentes.

De lo que me he dado cuenta es que poco a poco la prescencia de la cultura pop japonesa se hace más y más visible. Comenzando por el hecho de que el cosplay ha florecido en los últimos años al punto que los disfraces son cada vez más elaborados, son más numerosos y que incluso ha aparecido una revista dedicada exclusivamente a este tipo de afición. Por otro lado, aunque la oferta de material audiovisual se ha hecho más discreta (debido en buena forma a que es material pirata), el hecho es que estas reuniones ayudan a difundir más y más anime, auxiliados por Internet, la otra gran herramienta del otaku del tercer mundo.

Pero ya no sólo estamos hablando del anime, también es una prescencia de la música japonesa popular, al punto que he descubierto que existe toda una escena de música japonesa cantada por mexicanos: desde quienes hacen sus pininos a través del karaoke, hasta grupos de rock japonés e incluso de idol japonés. Me agrada pensar que la prescencia de Japón en México se cuela poco a poco pero de manera inexorable.

Y también la nota diversa. Gracias al yaoi, de manera muy discreta ha comenzado a aparecer una escena gay en estos eventos, lo cual celebro como parte de la diversidad y la tolerancia que permite poner bajo el mismo techo al geek, al otaku, al cosplayer y al niño que le encantan los cómics y que quieren conocer más de este maravilloso mundo.

Y por cierto, felices fiestas.