Empezamos.
Cuando vi por primera vez el programa de la Chica FX en el canal FX, por primera vez en mi vida a mediados del año pasado me di cuenta de que al fin habían hecho algo de utilidad con los reality shows con un concepto que de tan sencillo parecía improbable: poner a un montón de chavas super guapas (y por qué no, hiper buenas) para que convivieran en una casa y por medio de un sistema de concursos y votaciones se fueran descalificando y una se coronara como la tal chica FX.
Obviamente que a mi me valieron gorro las mecánicas del concurso y apenas comenzaba el programa le quitaba el sonido: era algo delicioso ver chicas dándose de almohadazos o luchando en lodo o mostrando lo mejor de su anatomía lavando coches o haciendo cualquier estupidez, siempre con ropa corta o apretada; al menos que estar viendo los aburridos noticieros de la medianoche cuando me enfrasco en mis períodos de chamba intensa.
En fin, ganó una chava y se acabó el asunto.
Seguramente, espoleados por las ganancias que el programa debió haber generado, supongo que los productores se decidieron a sacar una segunda temporada del espectáculo.
Y me temo que la regaron muy gacho.
Por principio de cuentas, cambiaron la mecánica del concurso; en lugar de ver a las modelos dormidas o retozando en soleados jardines, lo convirtieron en una especie de concurso estilo Atínale al precio o cosa parecida.
Así que la materia prima del programa (las chavas con todo brincándoles) se convirtió en una desabrida pasarela de concurso donde el "tiempo - piel" fue severamente recortado... para mostrarnos la pseudochacota de un presentador anónimo... y de un sujeto apodado el Burro Van Rankin, bastante feo y cuya gracia la encuentro extremadamente debatible.
Las pobres chicas, arracimadas en un estudio de televisión se la pasaban dizque respondiendo preguntas y contoneándose como truchas fuera del agua bajo el escrutinio de dos tipos y una señora que nunca entendí los méritos que tenían para estar allí... ¡y nada de acción!, ¡nada de nalgas!, ¡nada de nada!, salvo unas cápsulas donde aparecían en acciones como embarrándose materiales comestibles (un punto por ello) o siendo masajeadas por un tipo que seguramente pasó allí las mejores horas de su vida... ¿cómo se puede prender un televidente así?
Horror, horror.
Me supongo que se les acabó el presupuesto de la primera temporada en la renta de la casa (al fin y al cabo me imagino que tantas extensiones de terreno no se rentan gratis) y decidieron hacer algo más austero, tan austero que quedó sin gracia y sin nada.
Con todo respeto a los productores, ojalá piensen bien el tipo de programa que van a hacer para la próxima. Van ideas: una casa en la playa, más mujeres en poca ropa, más concursos de lavar coches o escalar lo que sea en minifalda.
Y que pongan otra vez a Yuliana.
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