SIN QUE PENSAR

Como a veces me pasa, tengo la mente en blanco. Si tuviera menos de 8 años a lo mejor estaría pensando en los regalos que me traerían los reyes magos. Sin embargo me encuentro escribiendo. Escribiendo y escribiendo.

Pienso en un delicioso desayuno de tamales y rosca.

Pienso en que la literatura mexicana es una cosa terrible, llena de pretenciosos y pretensiones. 

Pienso que Borges realmente era un tipo de humor filoso. Quizá nunca me hubiera atrevido a presentarle un texto.

Pienso que cuando mueran Monsváis y Carlos Fuentes, las letras del país quedarán áridas por mucho tiempo. Aún no aparece algún contendiente, Sin embargo lo encuentro difícil.

Pienso en que me emociona saber cómo será la muy llevada y traída ultraportátil de Apple. Quizá me compre una este mismo año.

Pienso que dos micheladas son la medida de la felicidad para una tarde de sábado.

Pienso que me quedan tantos libros por leer. Me faltan japoneses, me faltan argentinos. Pero que tendrán que hacer espacio para los libros que mi trabajo me ha solicitado leer.

Pienso que finalmente, mi obsesión con Robotech comienza a remitir. Sin embargo.

Qué hermosa es la comandante Lisa Hayes.

Qué chida es Lyn Minmai.

Pienso que Ghost in the Shell no deja de sorprenderme y de fascinarme.

Pienso que deberían poner caricaturas japonesas en la noche.

Pienso que uno de mis mejores ensayos aún está por escribirse.

Que pretencioso se oyó eso.