Thursday, March 15, 2012

A LITTLE BRAGGING

Un poco de risa me dio mientras caminábamos por Insurgentes. Con sus tacones, se miraba altísima, destacando sus hombros desnudos y su cintura, que reflejaba el sol de la tarde con su blusa apretada.

Los ojos de los transeúntes se miraban sorprendidos, más por el hecho que a su lado estaba yo, tomándola de la mano y acariciando sus curvas pícaramente.

En el alto de un semáforo me di el lujo de robarle varios besos, para que quedara claro que lo que aquellos admiraban tenía un dueño y que se entregaba a mí con todo su corazón.

Quizá Charles Bukowski estaría orgullos de ver este pequeño desplante; después de todo, él fue quien instigó estas performances para demostrarle al mundo que también hay victorias íntimas, que nadie podrá jamás arrebatar. Que nadie podrá jamás hacer olvidar.

Claro que lo mejor no lo vio nadie mas que yo. Cuando cerró sus ojos y se abrazó a mi, bajo el sol de primavera en invierno.

Eso me hizo recordar que de cuando en cuando, los seres humanos podemos presumir que estamos vivos.