Tuesday, December 29, 2009

SI ME QUIERES, DETENTE

Es un tema que he estado rehuyendo desde hace meses. Oja Mariko y yo lo platicamos luego de presentar flores y lágrimas a la tumba de Alí. ¿Es posible dejar de ser lo que uno es; de hacer lo que uno hace en aras de algo más trascendente?

Nuestros vicios particulares (Oja y su pléyade de sirenos peligrosos, un servidor y su plétora de letrar que danzan sin orden preciso son imperativos que van más allá de lo que aceptamos y buscamos y queremos y deseamos. Son las fuerzas que nos dan ánimos (ánimus y ánima) para seguir adelante, para sobreponernos al dolor de la existencia primordial. La energía con la que nos entregamos a las dispersiones de los momentos son repositorios de vida, de luz enmedio de una vida de sombras por decisiones mal tomadas o simplemente, por la aridez de una existencia entregada a circulares obsesiones.

Y por ello pagamos el precio.

¿En qué consiste el precio? En vivir todo el tiempo al borde de los abismos. Al borde de que el escenario se caiga detrás de nosotros. Pero aún. Encima de nosotros.

La incertidumbre de buscar las coordenadas correctas. El miedo de terminar de mal modo. De dar el mal paso en el peor momento y con ello echar todo por la borda.

Pero es un precio que más o menos con gusto aceptamos y con el que nos conformamos. Es lo que nos hace existir, después de todo. Pero es algo que amenaza con arrasarnos, quizá con destruirnos de maneras poco esperables, como una llamada telefónica, una mirada sorprendida o cualquier menudencia del destino, conocido como coincidencia.

Y es así como me pregunto (y como le quedé de preguntar a Oja Mariko): ¿Cuándo nos detendremos?

Esta es una pregunta nodal. Detener el rumbo, darle un giro al timón. Atender por una vez la luz roja y dejar de correr enmedio del tumulto de la existencia. Cobrar conocimiento de lo que uno hace, de donde uno está y cambiar el rumbo. Estirar la mano y abrir una ventana para que el asfixiante ambiente de paso a otra cosa, de paso a la luz, a la vida.

Eso se escribe muy fácil. Pero hacerlo es mucho más difícil.

Es difícil porque el dulce sopor del camino andado, de lo que nos lleva hacia adelante. De la energía que invertimos en seguir con las decisiones ya tomadas, del rumbo que nos impone el ritmo de la rutina. Porque, pese a lo que se piensa y se dice, somos la rutina de la que estamos construidos. Los tabiques de nuestra existencia están construidos de cosas ya vistas, de sabores ya probados, de emociones ya vividas; de peligros que pensamos domados.

Es lo que nos devora. Cuando pasa una parte de la existencia, uno se percata de que cambiar es más difícil (mucho más difícil) de lo que parece. Cambiar y dejar lo que uno hace es como pedirle a un martillo dejar de pensar en término de clavos y tablas.

Sin embargo, ¿es preciso cambiar cuando uno camina rumbo a la disolución? ¿Es posible cambiar cuando de ello depende la sobrevivencia? ¿Es necesario?

Poseo sentimientos encontrados al respecto. Uno de mis lados (quizá el dominado por mi formación religiosa) dice que la redención es un imperativo, que si uno no pierde timpo para llamar la ambulancia tras un incendio, uno debe cambiar inmediatamente de rumbo, salir del vaso: correr hacia la vida.

Pero conozco el otro lado. Conozco ese otro lado donde los placeres sensibles lo llevan a uno hacia adelante sin pensar en más cosas que repetir la experiencia una y otra vez. Para sentirnos en el mundo. Para sentirnos vivos.

Gran paradoja, ¿verdad?

La respuesta no es sencilla. Vidas se han aniquilado en la resolución de esta pregunta. Y para mi tristeza conozco de una que así se perdió.

Oja, querida. ¿Qué haremos de nuestras vidas?

¿Qué haremos con nuestras vidas?

Friday, December 25, 2009

PARA DESPUÉS DE LA CENA (1)

Para Oja Mariko. Perdida y espero algún día encontrada de nuevo.

Como suele suceder, cuando las amarras del trabajo cotidiano dan paso a la reflexión sobre lo que el año representó.

Y no puedo obviarlo. El primer tema que sale a colación es el de Alí.

Este blog me ha dado la oportunidad de pensar y reflexionar en torno al impacto de la muerte de Alí en mi vida. Cómo un hecho que parece ya tan lejano y devorado por las arenas del tiempo su eco aún resuena en mi cabeza.

Quizá ahora pueda dedicarme a pensar en la influencia que la vida de Alí tiene para mí.

Pero no sin antes mirar, no sin un dejo de tristeza, que el proceso legal se hunde en el marasmo de los legajos y nuestro sistema judicial que todo lo resuelve a punta de plumazos de trazo bien lento. Una declaración sigue a otra; un peritaje sigue a otro. Pasos en círculos que no llegan a lado alguno que valga la pena. Pero así se administra la justicia en esta patria.

Regresando a mi soliloquio. Quizá el tema que más he olvidado, avasallado por las olas sucesivas de dolor ha sido el amor que por ella sentí.

Pero, ¿qué es el amor después de todo? No descubro cosa nueva con poner el sentimiento amoroso como lo han hecho otros: desde el mero plano de aliviar el impulso del deseo hasta quienes, con la complejidad de un Schopenhauer disectan la necesidad de estar con el otro o la otra... algo que se cuece muy aparte de los hervideros del sexo.

El amor que Alí me alimentó nació casi por accidente. Y quizá por ello se convirtió en algo tan potente. No me esperaba que una chica como ella despertara mis deseos más profundos de querer compartir con alguien algo.

Ese algo era mi vida propia.

No era cosa de llevarla a algún hotel de paso y "hacer la consabida cosa" (como diría Salvador Novo). Lo que nunca cesó de sorprenderme era mi deseo de estar con ella: cocinar con ella, barrer la casa a su lado, viajar con ella, mirar las películas que ella veía, caminar a su lado. Observarla simplemente.

Eran cosas diferentes.

La diferencia radicaba en el pasado; en mi tortuosa historia siguiendo mujeres imposibles y reventando cualquier cosa que tuviera un significado que no tuviera el hierro de mi ganadería.

El amor pues, sólo había sido una cosa muy inventada; figurada primero y luego planificada con cuasi paranoica alevosía. Con Alí, por el contrario, la cosa nació de la sorpresa y de cómo se pespuntó la factibilidad de transpasar los límites de la vengaza para construir algo.

¿Qué era ese algo? Sí. La posibilidad de construir una pareja.

Hay quien podría decir que era una mala elección. Una chica de libre pensamiento, de cultura intensa y de vida atribulada. Una combinación que no llegaría a lado alguno. Sólo sufrimiento y dolor porque, sólo sería la prolongación de la vieja obra de teatro: caballero salva a dama.

Más sufrimiento porque yo me haría cargo de la complejidad de una vida para intentarla llevar a un lado que no fuera el abismo de la destrucción. Se aventuran hipótesis: no ibas a poder. Ella te arrastraría consigo. No tienes las tablas para una labor de tal envergadura. Simplemente destruirías dos vidas en el remolino.

Pero aún así quería jugármela.

Eso es quizá lo que realmente es la nuez de la experiencia amorosa: el deseo de sublimarse en la otra, de atravesar el reflejo líquido en la identidad propia. El querer disolverse un poco para vertir el ser propio en las fronteras de alguien que lo mereciera.

Eso es quizá lo más importante y trascendental. Tocar (así haya sido por instantes que se disolvieron en la nada) la sensación mareante de querer estar con alguien más. Esa posibilidad (que se que en otras personas es factible) es quizá lo más importante del amor que nació entre ella y yo y que terminó en las arenas del olvido.

Se que una parte de mí dirá que eso fueron sólo sombras. Que es absurdo aferrarse a la posibilidad como de algo fácticamente real. Que es infantil apreciar lo que el amor pudo dar a partir de lo que no sucedió, de lo que no cristalizó.

Ante eso, sólo puedo decir que la posibilidad siempre será mejor que la nada. Que la sombra es mejor que la oscuridad que todo lo traga. Que fue mejor amarla y tenerla a mi lado por jornadas fugaces en lugar de nada.

Aún después. Cuando nuestros caminos se separaron, con la tristeza a cuestas. Seguí sintiendo que pese a todo, algo bueno salió de todo. Que incluso la posibilidad fue suficiente; aún cuando mi destino estuviese en otro lado, en otro nadir.

No es todo lo que hubiera querido. Pero una de las lecciones de la vida es que, en ocasiones, lo suficiente basta y sobra.

Y hoy me basta y sobra para recordarla con una sonrisa en mis ojos.

Wednesday, December 16, 2009

HAVE SOME COFEE

Cafe con sabor a cerezas. A mi lado parejas se cuartean y en un padre de familia nervioso trata de explicarle algo a sus cuatro hijos.

Las luces navideñas ponen ante mis ojos la sensacion de que el mundo se mueve en muy caprichosos circulos.

Uno de esos circulos me encierra.

Y me libera.


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AL PRINCIPIO Y AL CABO

Diciembre.

Mes de pachangas, de desmadres, de búsquedas incesantes de significado al calor de las copas.

Yo no me pregunto demasiado. He pasado la época cuando las preguntas me asaltaban sin cesar. Ahora sólo deseo que las respuestas no lleguen demasiado rápido o demasiado violento.

Así ha sido el año. Lecciones que me golpean la frente con demasiada energía. Lecciones que se aparecen y desvanecen. Pequeñas gotas que se evaporan con las emociones. Evocaciones que no se pueden ni deben obviar.

Bajo el pretexto de los últimos días del año me entero de los whereabouts de conocidos míos. Pocas novedades en el frente de batalla. Algunos con hijos, otros sin esposa. Unos iniciando cosas, otros terminando cosas. Pero nada que lleve hacia un sentido claro.

Nada que lleve hacia un lugar dado. Es caminar sin sentido, o con demasiado sentido pero sin propósito.

La vida después de cierta edad se convierte en una sucesión de tonos grises, de pequeñas desilusiones, de esperanzas enlatadas en momentos de sueño mientras miro la televisión. Las dichas se vuelven pequeñas chispas, como las que adornan una mujer saliendo del probador de una tienda o la textura de la nieve de moras con helado de chocolate.

Uno deja de pedir los triunfos incesantes. Uno se limita a vivir con el cambio que le queda en los bolsillos.

Pero se vive... y se puede mirar el atardecer dorado con un vaso de agua mineral en la mano.

Tuesday, December 08, 2009

RETORNO AL CASO

Mi mejor amigo me trae la historia del hecho funesto. Y mis sentimientos son más que contradictorios: por un lado me complace conocer cómo poco a poco su historia permea los puertos estancos de la indiferencia y se dirige hacia la luz de los hechos.

Pero como periodista que soy, no me cuadra mucho la idea de integrar sin señalar un par de cuestiones, que creo valdría la pena indagar.

- ¿Exnovio?: Salvo un artículo de la prensa panameña, no se explica cómo es que una mujer que acaba de dejar a un novio con antecedentes de violencia acude al departamento de este a una fiesta donde además se quedará a dormir.

- Avisos previos: Aunque la declaración del asesino señala que había advertido que cometería el delito, al parecer nadie lo escuchó, o se lo comentó al viento pues al parecer nadie tomó en serio lo que podría suceder. ¿Alguien escuchó estas amenazas?

- La naturaleza de la relación: ¿Qué tipo de relación sostenían ambos?, ¿hasta que grado la violencia y el abuso eran la tónica de la relación? Puedo decir por lo que conocí de Alí, que ella no hubiera permitido desde el inicio que una relación de ese tipo hubiera durado tanto. Sin embargo, quizá había elementos involucrados que llevaron las cosas hasta un punto laberíntico. Esto lo escribo entre comillas gigantes y con toda la ignorancia de quien hace más de un año la dejó de ver, sin conocer siquiera que tenía pareja.

No quiero decir con esto, bajo circunstancia alguna, que Alí mereciera su destino. Me libre el destino de decir una abominación así. Lo que sí quiero decir es que universos nacen cuando una pareja inicia. Incluso en mi caso, una relación como la que tuvimos, nadie siquiera sospechó de su existencia.


Ya nunca sabremos realmente la genésis de este hecho funesto. Sólo tendremos la verdad legal del caso, que cuando mucho será el promedio de dos versiones encontradas.

Es decir, sólo una representación imperfecta de la historia de una relación que terminó del peor modo posible

Sin embargo: Como lo dije desde un inicio. Ya todos estos son recuentos para sublimar la ausencia que aún me duele, como una cicatriz persistente.

Sunday, December 06, 2009

SUPERPODER

Ja

Lo que hacen las tecnologías. Puedo reconstruir, pieza por pieza, historias canceladas que corren como ríos de afluente caprichoso e independiente.

Es curioso, conocer cómo en las diversas frecuencias siempre ha habido historias moviéndose, como sombras. Que bien pudieron haberse quedado como simples murmullos entre auriculares o en el brillo del monitor.

Pero ya no.

Ahora todo es parte de un larguísimo track que puedo leer cual pergamino con el que las referencias nebulosas cobran nitidez, con la que los estados de ánimo se fijan cual imágenes al papel y con el que puedo, después de todo, reconstruir las historias.

No daré marcha atrás, pero es hermoso saber que la felicidad ajena florece, que la esperanza lucha por aferrarse al terreno de la realidad sujeta a la erosión de los días, de los desencantos y de la realidad que se nos estrella ante los ojos día tras día.

Saturday, December 05, 2009

UNTIL TOMORROW, GOODBYE

All it takes to fall
What a quiet world after all
Of the things that you guessed will come
What a moment it was after all
BEIRUT / La Llorona
Reunión con el pasado.

Veo a mis compañeros de la adolescencia. Todos más o menos tragados por la edad, algunos con hijos, otros con más alegrías y tristezas en el saco. Y de entre ellos, VT; una mujer con la que el destino me ha deparado en otros tiempos tristezas y de cuando en cuando momentos de tibio sopor.

Quizá de las pocas personas que he conocido desde la infancia. Un poco loca, un poco cuerda, un poco distraída, un poco centrada y quizá un mucho persistente.

Fue la segunda mujer de la que me enamoré con intensidad adolescente. La primera que me ha ido a buscar a mis cubiles y la segunda que alteró mi existencia al punto en que, como alguna vez lo mencioné, de no haber sido por ese embrionario rechazo, bien pude haber terminado como un ingeniero casado, con hijos y felizmente alienado.

Pero eso no sucedió.

Y allí estaba, del otro lado de la mesa. No diré que bella porque en realidad nunca lo fue. como todos, con los años a cuestas y un sombrero de paja, razgo de su extravagancia habitual.

Y como siempre que nos vemos, el vals conocido: ella acercándose a mi silla mientras yo educadamente le cedo mi asiento a algún amigo y a su pareja o me pongo a platicar con el compañero que no he visto desde hace una década.

Curiosamente, nuestra relación se ha movido en círculos extraños; pero desde hace años lo decidí. Jamás le daré a comprender el daño - beneficio que le causó a mi existencia. Jamás sabrá las heridas que el tiempo acumuló en su nombre. Serán misterio para ella mis razones y motivos.

Nunca comprenderá las transformaciones de mi vida ni la ordalía que inició tras su rechazo una tarde en un anodino salón escolar hace más de 15 años. Hay quien creerá que soy una mala persona, que le niego por lo menos un par de respuestas que calmen el asombro de su rostro cuando le digo que no me busque, que no indague ni mi nombre ni mi paradero.

Así es esto de crecer, de hacerse viejo y de matar de diversas formas las ilusiones de la adolescencia. Quizá esa será la mejor impronta que le puedo dejar: que la gente puede ser tan ojete como rencorosa y memoriosa. Y que yo siempre recordaré con amargura su persona porque el camino que me mostró fue un moridero simbólico del que jamás nunca me podré recuperar.

Esas cicatrices ahora viven conmigo y para mí.

So for now, dear, au revoir, madame
But I vow dear, not farewell
For in time we may have all love's glory
Our love story, to tell

Wednesday, December 02, 2009

ESPEJO INCÓMODO EN IZTAPALAPA

No le entendía mucho al refrán que dice que la historia es una tragedia que se repite en tono de farsa... o algo así. El asunto es que, este rey chiquito instalado en Iztapalapa llamado Juanito, se ha convertido en un buen ejemplo de lo racistas y estereotipados que somos los mexicanos en el fondo.

Juanito no es alto, no es guapo, no es güero; no se le conocen estudios universitarios ni preparatorianos ni nada por el estilo. Su habla es tartajosa y su elocuencia escasa. Y para colmo su apariencia no responde a los estereotipos de belleza aspiracional de esta nación: es chaparro, panzón, moreno, de cabello negro que decora con una banda tricolor.

Come tacos de chicharrón y tamales en la calle; no se niega a una cascarita callejera y no duda en posar junto a fisicoculturistas o llevar una estatua de sí mismo a comer y al sitio donde se hospeda.

Un naco, pues.

Pues bien, ese naco, con todas las taras que le quieran poner encima logró arrebatarle la delegación más importante de la ciudad más grande del país al político más hábil que la izquierda posee entre sus filas.

Hay una teoría que dice que este hombre es un mono de paja, que por una combinación de malas decisiones políticas y tortuosidades judiciales quedó con la delegación Iztapalapa en sus manos y que se la ha pasado dando tumbos cual bola de voleibol, volando de unas manos a otras.

Sorprende a los especialistas que un hombre que demuestra tan pocas luces haya tenido los huevos para desdecirse de su promesa justo a quien menos se lo hubiera imaginado: a su patrón ideológico y mentor espiritual.

La explicación del fenómeno casi siempre se ubica en su propia maleabilidad: se dice que oscuros conspiradores le hablan al oído, le prometen paraísos o le amenazan cual si fuera un crío con llevarle un policía.

Yo, siguiendo la teoría de la Navaja de Occam, me iría por una explicación más sorprendente: detrás de Juanito está Juanito. Es decir, salió más cabrón que bonito.

Sin respaldo académico que le valga, el ahora delegado aprovechó algo que la gente suele olvidar y más aquellos que ejercen cualquier tipo de poder: en la circunstancia adecuada, el destino está en manos de segundones.

Los recaderos que llevan las instrucciones de batalla, los informantes que ponen el dedo acusador entre las sombras, los asistentes que miran al patrón caer a solas en un ataque cardíaco. Esos son los que tienen la capacidad de liberar al héroe de sus ataduras o de precipitarlo al caldero hirviente.

Me temo que desde la izquierda, en uno de sus usuales arrebatos clasistas, se pensó que un hombre de extracción humilde podría ser un tornillo al servicio de maquinarias que estaban más allá de su comprensión. Que con unas palmadas en la cabeza, como mascota política, el hombre cedería el bien que le había sido conferido sin chistar ni remilgar.

Y no lo hizo.

Si me lo preguntan, diría que Juanito, sin más que su instinto político, ha enseñado una lección a quienes ejercen el poder: a un hombre siempre debes ofrecerle una salida decorosa. Quzá eel supo desde el inicio que esa oportunidad dorada sería única en su vida y que mal haría si no la aprovechaba pues sus manejadores seguro lo hubieran arrojado a la primera alcantarilla para que siguiera debatiéndose en la miseria a la que irremediablemente volvería.

Así las cosas, más bien es de extrañar la pendejez de la izquierda que al buscar su tonto inútil se halló a su Némesis.

Y así.

Monday, November 23, 2009

NUEVOS DIAS

Apunte al vuelo.

Mi mejor amigo se ha casado. La vida fluye sin prisa ni pausa. La felicidad se abre paso ocasionalmente entre las calamidades de la vida cotidiana.

Y en ello las palabras de una canción, entonada al calor del brindis por la felicidad de mi amigo, quien decide alzar el vuelo contra viento y marea para abordar la navegación de la vida de la mano de su ahora esposa.

Suerte para ellos. Bálsamo para mis meses oscurecidos.

Nuevos días corazón
Nos están cambiando

Nuevos días corazón
Nos están esperando

.. y yo agregaría, nuevos días corazón, nos están sanando.

Friday, November 20, 2009

2009, hacia la restauracion (2)?

Un PRI fuerte, sin ataduras con el pasado será quizá la mayor amenaza a la democracia mexicana. Y eso quizá sea el mayor problema que enfrentaremos en los años por venir, sobre todo porque, nadie parece ver el peligro, y peor aún nadie parece estar viendo que una cosa tan ominosa se asoma por el horizonte.

Y es ominosa por la sencilla razón de que un PRI restaurado volverá para reventar los escasos amarres que lo han mantenido a raya. Me imagino perfectamente un gobierno priísta enmendando las leyes de transparencia para devolver las tinieblas al ejercicio público.

Me supongo un gobierno priísta que como prestidigitador saca del sombrero un conejo con alguna suerte de feria o de dádiva populista mientras se enquista más con los intereses monopólicos del país. Un gobierno priísta capaz de tomar las leyes de competencia como garrote y comenzar a cultivar a sus preferidos mientras tunde a quienes no sean de su agrado.

Un PRI, que con gran facilidad pone contra la pared a todos los partidos políticos con sólo mover un dedo: un gesto y los partidos no saben qué hacer con la propuesta de autorizar la eutanasia activa en el Distrito Federal y hasta el PRD se ve a sí mismo como un partido de paja, sin ánimos ni sentido de nada.

Así, no habrá quien los pueda sacar de lado alguno.

Thursday, November 19, 2009

2009, hacia la restauracion (1)?

Pequeña, la vida sigue. Tu lo comprenderas.

Ahora que ha terminado el ciclo politico del pais (tras las elecciones legislativas y el proceso presupuestal), los saldos del año son mas que claros:

- el PRI, vencedor: el partido expulsado del poder ejecutivo hace casi una decada, regresa para resarcirse de las derrotas y con el control de engranes basicos como el presupuesto.

- el PAN en caida: tras sexenio y fraccion en el poder, el partido padece las consecuencias del desgaste y de un sexenio de Vicente Fox entregado a la frivolidad.

La decision de Felipe Calderon de vertebrar su gobierno en terminos de una guerra contra el narcotrafico se ha mostrado desgastante y en no poca medida nocivo para un ejercicio gubernamental que tiene que lidiar con una miriada de problemas adicionales cuya resolucion no parece en el primer orden del gobierno.

- Una oposicion desgastada: tras embarcarse en una cruzada contra el gobierno, dada su ilegitimidad, es que nos hallamos con una oposicion izquierdista encerrada en un mundo monocromatico sin mas destino que una muy improbable parusía democratica.

Asi. No es de extrañar que el PRI,quien ha tenido que recorrer su propio calvario aproveche su mejor activo: su casi ilimitada capacidad para transformarse.

Mientras el PAN trata de hacerse de un discurso coherente que justifique su administracion tibia, mientras el PRD y los demas partidos se enfrascan en una guerra sin cuartel contra molinos de viento y en pos de la arcadia del frente unico, el PRI se reinventa.

Y eso es lo que preocupa. Un PRI con grandes recursos materiales a su disposicion, con un arraigo ganado a punta de comerciales y con la capacidad para decidir lo importante del pais, es claro que desde ya esta en cabeza por regresar al poder en 2012.

Y el problema es que ese PRI no sera el que conocimos por casi un siglo. A medida que pasa el tiempo aparecen evidencias de un PRI berlusconizado, sin brujula ideologica, mediatizado en extremo y capaz de cualquier cosa. Cualquiera.

Un partido que ofrece en los estados meter a las mujeres que abortan a la carcel pero tambien un partido que no duda en proponer la eutanasia en la capital del pais.

Un partido que se muestra como baluarte de estabilidad al costo de mantenerse en los margenes, escurriendose de las decisiones y evadiendo cualquier responsabilidad politica.

Un PRI que no dudaria en arrojar por la borda su bagaje ideologico (que lo posee, aunque pocos lo crean) y que no dudara en volverse el pingüino que salta y seduce a las audiencias con estrellitas de novela y opiniones cocinadas al momento.

Un partido que no dudaria en hacer alianzas con el crimen para comprar la tranquilidad al precio que sea. Un PRI, en resumen, sin mas proposito que llegar al poder y quedarse en el. Un PRI orwelliano que nos traera un retorno del autoritarismo sin rostro, de la mano dura pero sabia; la restauracion del ogro filantropico.

Un ogro que nos encerrara en el castillo de su muy particular pureza, que nos alejara del mundo y como un padre severo pero generoso, solo nos mostrara aquello que estemos capaces de ver, que sera casi nada.

Un pais asi ganara la tranquilidad, pero una vez mas nos regresara al estado pueril.


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Wednesday, November 11, 2009

TOMA 2: ANALISIS DEL DISCURSO

Maté a Alí, ya les había dicho que algo así iba a pasar

Reescribo con la mirada menos perturbada por el horror esta frase (proveniente de las declaraciones de un testigo en la primera sesión del juicio por el asesinato), que dice más cosas de las que contiene.

Maté a Alí: Así, sin más que nada lo declara. No lo oculta; no le pone el velo de las excusas clásico en cualquier hecho delictivo en este país. La declaración del sujeto es palmaria, no tiene doblez alguno. No hay forma de darle la vuelta a este horror.

Ya les había dicho que algo así iba a pasar: Me pasma el significado de este dicho. ¿A quién se lo había dicho?, ¿cómo es que había advertido que iba a cometer este crimen y nadie se lo tomó en serio? Me sorprende aún más porque, hasta donde se ha llegado a saber, Alí y su asesino se movían en círculos comprometidos con causas como la igualdad de género. ¿Por qué nadie hizo algo al oir el anuncio de esta salvajada?

¿Por qué?

Claro, puede ser que estas palabras sólo fueran parte de su soliloquio tras llenarse las manos de sangre, la mente de adrenalina maligna y tratar de matarse. Y la verdad, quiero pensar que fue así.

Quiero pensar que en realidad este hecho se cocinó exclusivamente en la soledad de su cabeza alterada y que nadie supo de esto hasta la mañana funesta del delito.

Pero es entonces cuando recuerdo una entrevista de hace años con una psicóloga. El tema era el suicidio. Y ella me decía que, paradójicamente, los suicidas no suelen dejar el mundo así como un parpadeo.

Como si fueran un auto que se aproxima, nos hacen cambios de luces anunciando sus funestas intenciones. Escriben cartas, se refieren a lo que van a hacer, la muerte se torna tema de sus conversaciones y cual si fuera una espiral parabólica, todo comienza a girar en torno al asunto hasta que... ocurre lo que sucede.

Ojalá todo haya sido un delirio. Ojalá.

Saturday, November 07, 2009

PALABRAS

Ya les había dicho que algo así iba a pasar.

Es un abismo esta frase. Resume tanto y deja tanto a la imaginacion. Es como una sombra difuminada tras una gasa tras los barrotes de la rejilla de practicas.

Es una linea en blanco donde cabe una novela. Cuantos dialogos podran construirse de tan solo llevar el hilo de estas letras de un lado a otro.

Dias y horas encerrados en el significado de estas palabras. Episodios de una epica encerrada en una mente criminal.

La escena es inimaginable. La confusion evidente. La vigilia rota y el impulso liquido de adrenalina. Via sin mas retorno, salvo por el impulso fallido de bajar el telon para retirarse sin la debida reverencia al publico.

Luces de neon blanco de las que se usan en salas de espera de los consultorios. Un silencio que percibo impostado, compromiso acaso de la necesidad.

Y asi, despertamos al horror de la realidad. Un horror, por decir lo menos, inabarcable.

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Thursday, November 05, 2009

ACTOS DE JUSTICIA

MUSICA DE FONDO
Suite punta del este
Coral

Quisiera que esto fuera el epilogo. Pero no lo sera.

Aunque los engranajes torcidos de la justicia apenas comienzan a obrar, Ali cuenta con un privilegio raro en esta epoca: un asesino con nombre y apellido.

Y ahora, a medida que abogados y secretarios y jueces hacen su trabajo, justo en esta hora es que pienso que pese a todo la existencia de Ali se vuelve mas nebulosa (no por olvido deliberado sino por simple supervivencia) y el animus nos empuja hacia el dia de mañana.

Seria macabro hacer quinielas judiciales. Pero por la informacion que se ha conocido, me queda claro que dificilmente su ejecutor certificara su presunta inocencia. La gravedad de los hechos es evidente y palmaria.

Sin embargo, sigo pensando lo mismo que aquellos primeros dias de la cicatriz. Aun cuando el asesino termine el resto de su vida productiva en la carcel, en realidad su delito lo habra trascendido pues habra marcado a otros tantos.

Cuantos y cuantas miraremos desde las penumbras el desenlace de esta tragedia?

Quiero pensar que no soy el unico y que en esta rara hermandad anonima de seres que solo nos conocimos vinculados por la hoy dolorosa referencia habitamos los suficientes para acompañarnos en este trance.

Yo te ame. Eso no lo debatire jamas. Y hoy, pese a los suspiros ajenos entremezclados con la tibieza impostada de mis heteronimos, es que te siento mas viva, coreada entre voces que te volvieron simbolo y que permitiran tu existencia aun entre nosotros.

Acunada entre una de mis tantas e irreales manos.

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Monday, November 02, 2009

LECCION DE VIENTO

Hace muchos años hice un viaje. Se suponía que era hacia algo cierto, pero la rudeza del ambiente y las sorpresas que me regalaron las visicitudes de aquella travesía terminaron por alterarlo todo. Pero lo importante fue el lugar.

Un desierto, en invierno. El viento no cesó de soplar en ninguna hora de todas las que pasé por allí. El sitio era terrible. Lejos de todo, en un ambiente que rozaba lo marciano. Pasé horas que a los pobladores les han de haber parecido insólitas al ver un hombre enmedio de la plaza principal del pueblo leyendo la vida de García Márquez en una banca azotada por la primera nieve del año.

Fue un tiempo de revelación.

Me reveló que mi destino estaría entre las letras que me dan de comer y me dan la razón de ser. Me mostró el camino. Y me mostró, enmedio de la nada, que mi corazón estaría como lo estaba en ese momento: sujeto a los vientos inclementes de la soledad. Y que el invierno que allí me envolvía en realidad sería el hábitat de mi existencia.

Ha pasado casi una década. Pasaron inviernos en otras partes del mundo: Brasil, Canadá. Pasaron días y semanas. Me convertí en una persona un poco más vieja, más perspicaz. Me convertí en la sombra que acompaña los sueños que he fructificado entre las malezas de un tiempo que me rebasa.

Y esa es la primera lección. He llegado al punto de admitirlo. Me rindo. Soy del invierno. Soy para el invierno sin remedio. La evidencia es abrumadora. Lo que puedo hacer es encender fogatas que durarán el tiempo necesario. Tendré junto a mi cenizas tibias, quizá rescoldos ocasionales. Pero ahora lo veo claro.

El invierno soy yo. La primavera no existió jamás aquí. Por ello he recorrido tantos lugares a la búsqueda de lo inexistente. Lo quise ocultar con hojas de otoño y brotes de primavera, pero la situación es clara y contundente.

No lo combatiré más. Es así como el siguiente amancer será monocromático.

Saturday, October 31, 2009

TU CALAVERITA

Ay amor, ay dolor,
como un sueño se me fue,
como nube se esfumo,
con el viento se envolvio,
dejo, de ser ese querer,
que mi pasion robo,
con su traición tan cruel,
que mi alma destrozo,
sin compasión.

Como fue, yo no se,
yo la amaba con locura fiebre,
sangre y la ternura,
de este cuerpo mio,
que hoy muere de frio,
soledad y astio,
y el presentimiento,
de no verla ya,
nunca jamas, nunca jamas,
nunca jamas, nunca jamas,
ay ay ay ay ay, amor,
ay dolor.

Como nube se me fue,
como viento se esfumo,
con el sueño se envolvio,
dejo de ser ese querer,
que mi pasión robo,
con su traición tan cruel,
que conmigo acabo,
sin compasión.

Oscae Chavez

Sunday, October 25, 2009

ANAGNORISIS

A medida que los días se convierten en semanas y meses; a medida que retazos de información se filtran por entre las vallas de la información; a medida que las cosas adquieren su dimensión verdadera, es que, como en las penubras; brillos y destellos indirectos arrojan luz sobre los aspectos de mi vida con la ola paciana que fue Alí .

Y el hecho es claro. Ella, cuando acudió a mí, no era porque mi corazón la buscara: ella, cuando acudió a mi, esperaba la reedición del viejo rol. Ella no quería una pareja porque ya la tenía. Si aceptó mi propuesta y luego se retiró no fue por otra cosa sino porque ella pensaba que en mi persona hallaría los trazos de la estabilidad que le permitieran curarse los males de su alma.

Adrede o de forma accidental, me convertí en parte de un plan que ella tenía para cambiar lo que había sido el rumbo de su vida. Pero yo no era la única estrategia. En otros frentes ella trataba de sanar su mente y su cuerpo. Trabajaba frenéticamente en su tesis, buscaba el apoyo profesional para expulsar de su mente las tormentas y se hizo de una pareja.

Lamentablemente yo ya no estaba en el departamento de las salvaciones desinteresadas. Yo quería que ella fuera mi chica. Quizá por ello me sorprendió cuando aceptó las condiciones que le plantee cuando regresé de un viaje a Brasil, que me reportó el único episodio en mi vida de migraña y ulcera estomacal en un avion. Algo que no podré olvidar.

Pero ahora, según la información que gotea por entre los ladrillos de la confusión, ahora comprendo que ella me aceptó por razones incorrectas. Me aceptó porque no estaba en condiciones de contraproponer nada; ella era lquien en primer lugar me había buscado, ¿no?

Eso con el paso de los meses habría de reventar las cosas, terminaría por dinamitar la relación y terminar la cosa frente a una taza de café.

Claro, de haber sabido lo que pasaba tras bambalinas me lo hubiera pensado mejor. O quizá, lo hubiera aceptado de todos modos. Ella era una persona tan preciada que quizá no me hubiera importado estar cerca de ella, aunque fuese en el modo de plato de segunda mesa.

Pero ella aceptó las condiciones que, claro, duraron lo que me imagino duró el tiempo para que pensara en su contradicción.

Y por supuesto que viene la lista de quizás:

- Quizá debia haber ido a su fiesta de cumpleaños de 2008, cuando me invitó y me dijo que le habría encantado sentirse acompañada por mi.
- Quizá debí haber comprendido más sus impuntualidades y ausencias: tenía dos corazones que atender.

Pero las cosas operaron en un modo distinto y ahora sólo queda pensar en torno a lo que pasó.

Como el ser mítico que Borges describió, siempre funcioné para ella como el elusivo hidebehind.

Pero entretanto lo nuestro se desbarató, pude decir lo que ahora es parte de mis mottos personales:

God's in his Heaven
And all's right.

Thursday, October 22, 2009

ELECCIONES

Tomare un poco de tiempo para decir algo mundano.

Ya me lo habian advertido. El hombre no es quien elige, vive con esa ilusion falsa.

Y es curioso, cuando a uno le plantan en la cara ese hecho. Uno puede ser objeto y no solo el sujeto observante de toda la vida.

Uno puede ser elegido. Y uno es elegido.

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Tuesday, October 20, 2009

SALVAR POR DEFECTO

Aun me falta tiempo para aquilatar la ultima etapa de mi relacion con Ali. Pero no quiero que esto impida pensar en otros temas que me parecen relevantes.

¿Podia haber salvado a Ali? No en el sentido de una mano que desde el cielo detiene el sacrificio como le paso a Abraham.

Nada de eso.

Pienso mas bien en un sentido mucho mas profundo. Su vida habia sido azaroza. Era hija de dos paises, vivia un dia en una dimension y otro dia en otra.

Erraba por la ciudad, se escapaba hacia los callejones de la ciudad y en una ocasion me confio que habia huido a una casa semiabandonada para aislarse por una buena temporada.

Era una mujer en busca de sentido.

Es claro que yo no pude darle ese sentido que buscaba. Mi relacion con ella naufrago en buena parte por eso.

Aunque me lo conto, aunque me lo dijo muchas veces, nunca pondere en toda su dimension su caracter de sobreviviente.

Habia sobrevivido al cataclismo de su nacimiento. Habia sobrevivido a una adolescencia marcada por el derrumbe de su entorno.
Habia sobrevivido a las derivas de la soledad.

Demasiadas cargas le obligaron a vivir en permanente construccion. En una desesperada busqueda me atreveria a decir.

Su huida a Panama, supongo sin mas herramientas que mi deduccion, fue un recurso extremo; buscar en un la geografia del espacio los mapas de su identidad.

Pero tuvo que volver. La visita se torno agria y creo que se hallo en una situacion no muy diferente de la que busco huir.

Con ese expediente regreso a este pais. Años habrian de pasar antes que volviera a mi vida. Pero por lo que me entero ella, tampoco habia sido un retorno terso.

En su busqueda incesante haboa topado con las soluciones faciles. Las personas y escencias que aparecen en este tipo de casos. Las felicidades enlatadas, los especialistas de lo inmediato.

Por poco y vuelve a perder la vida en esos trances. Solo asi quiza se acordo del tipo que le hqbia dejado en una caja sus poemas y un deseo para que fuera feliz.

Pero no era que me quisiera. Quiza penso que yo podria ser aquello que le diera eje, que le permitiera caminar en linea recta y que le ayudara a despejar de una vez por todas sus incognitas.

Pero yo tenia otras cosas en la cabeza.



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Friday, October 16, 2009

LA VIDA SIN TI 7: ME PRENDI DE TU CINTURA

Nota al calce:
Ante la muerte, el único remedio que se me ocurre es vivir la vida. Y eso lo que hago, vivir la vida con toda la intensidad de la que soy capaz, aunque por ello tenga que mimetizarme con el caos que busco y que me rodea.

Y por cierto, putos poetas. Nadie la recuerda. Se que no era la estrella más rutilante del espacio literario del país pero, ¡coño!, era una colega. Algo de solidaridad gremial se hubiera agradecido, de menos por compromiso. Pero me imagino que sus compromisos de verdad están con las becas que esperan a cambio de rumiar sus versitos de porquería travestidos de marginalidad "tres chic".

He pasado algunos días pensando cómo podría narrar lo que sucedió a partir del 2 de julio de 2008, cuando Alí marcó a mi teléfono celular. Me es difícil porque es, en los hechos, crónica de un asunto complicado que aún no he terminado de comprender en toda su extensión, más que nada porque, a la luz de los hechos, creo que esto terminará causando efectos en la más larga extensión de tiempo y en la profundidad de efectos que aún no puedo menos que vislumbrar.

Su llamada aquella tarde me sorprendió. Me sorprendió porque, como a veces pasa, me había fugado de mi rutina, por lo que en cierto sentido me sentí un poco mal por haber invocado el sentimiento de culpa. Aquella nomás se me quedó mirando con un poco de impaciencia mientras los ecos de la voz en buena parte olvidada reverdecían ante mi oreja.

Era una sorpresa, pero también un dejo de intrigas. Yo, una persona que suele esconderse en el subsuelo de su refugio montañés ahora me enteraba que me había buscado con afán por esas esquinas del mundo. Que no me había olvidado, a mí, una persona que buscaba perderse luego de los naufragios y que suele cubrirse con su capa de invisibilidad.

En serio que no pensé que le importara tanto.

Tan sorprendido quedé que sin duda acepté que habláramos días después para platicar (además, mi fuga estaba siendo observada con ojos severos) y ponernos de acuerdo para una posible cita prescencial.

En realidad, no pensaba que me llamara una vez más. Llenándome de negros presagios y con la desilusión por adelantado y con la espera de que no me marcara una vez más.

¿Por qué?

Porque no quería volver al papel del caballero galante, no quería volver a ceñir la espada y lanzarme a la batalla sin más que vanas esperanzas para combatir la incertidumbre.

Pero por otro lado, ¿qué engranes le moví a esta hermosa mujer para que me buscara? Yo, un tipo más o menos indigno de ciertas confianzas, destinado desde siempre al encierro. Destinado a la contemplación a través de las ventanas y los espejos. Destinado al olvido, a ser olvidado y reemplazado con sombras más útiles.

¿Para qué me quería?

No tardé en enterarme. Una semana después apareció, puntual, delgada y vestida con la elegancia que sólo podría existir en la Suzanne de Leonard Cohen.

Era un ángel.

Saturday, October 10, 2009

A MANERA DE PAUSA


Estoy orgulloso por tus compañeras. Su valor para gritar enmedio del Zócalo tu nombre. Por su ánimo para desafiar el sol de este anómalo otoño. Por su labor de amor para decirle a quien pudiera escucharlo, que esto que te pasó no debe suceder de nuevo.

Quisiera creer que con eso basta. Quisiera pensar que con que el responsable de tu muerte reciba el castigo correspondiente la violencia cesará. Pero en el fondo se que eso no pasará. No soy un pesimista, pero lo mismo lo decía aquella vez que fuimos a ver el documental Bajo Juárez.

Recuerdo que ante un plato de ensalada (y tu clásico berrinche por la pasta ala arabiata) platicábamos de la película. Recuerdo cómo te conmovió hasta las lágrimas la hora y media de cine que vimos.

A mi no me gustó mucho el documental. Entremeter en la trama que los oligarcas de la ciudad eran los responsables de los asesinatos, recurriendo a elementos emocionales de la escuela de Michael Moore y Morgan Spurlock me pareció injusto. No porque pensara que que son inocentes palomitas, sino porque, como la realidad me lo habría de enseñar tiempo después, los asesinos de mujeres no son las bestias negras salidas de las alcantarillas o de las salas sadomasoquistas de exóticos y acaudalados criminales.

No.

La realidad, en una dolorosísima lección, mostró lo que todo tipo de científicos sociales abocados al tema saben de sobra. Los agresores vivien en el cuarto de al lado, son el padre, el tío, el primo, la pareja.

No son seres anónimos que aparecen de la nada en esquinas oscuras (aunque no faltan los de esa calaña), son gente que conoce a sua víctimas, desayuna y cena con ellas. Conoce sus debilidades y sus momentos oscuros. Son casi el enemigo perfecto porque, por amor o por destino son los guardianes de sus corazones, de sus secretos y de su felicidad.

Y por eso el daño que les causan es casi infinito.

No me tocará preguntar los porqués del caso criminal de Alí (como una de las personas que la amó), no me gustaría averiguar muchos cómos y por qués que no le pregunté... fueron umbrales que jamás quise atravesar. Supuse que el tiempo y la distancia me los aclararían, pero ahora resulta que esos secretos delicadamente envueltos terminarán expuestos en un vulgar legajo judicial.

Pero si así es como la justicia debe hacerse....

Sólo podría agregar que, a medida que te conviertes en un símbolo, mi alma descansa. Porque veo que poco a poco podrás sostenerte en la mente de personas que te conocieron o no, pero que ahora saben que tu vida se perdió por un acto reprobable, deleznable y que un hombre, que tenga los testículos para admitir que lo es, nunca, pero nunca debe poner la violencia sobre la mesa.

Y ojalá que ese sea el legado trascendente de esta tragedia en la que sin querer he terminado de narrador sin lugar en el libro.

Ojalá.

LA VIDA SIN TI 6: OTRAS VOCES, OTROS AMBITOS

Nota al calce: Veo con ojos contentos cómo es que tu muerte no parece caer en el vacío. Compañeras tuyas toman la estafeta y lucharán para mantenerte viva como un acto de justicia contra una reedición más del viejo cuento de la impunidad, ejecutada en la cocina de un departamento ignominioso del centro de la Ciudad de México.

Quizá no congeniaría demasiado con tus coequiperas (tu sabes que los ismos me dan comezón), pero admiro de verdad su valor y su capacidad para embarcarse en la lucha por tu nombre y tu honra. Por ello, y a quien le interese, siempre podrá ver lo que se hace por ella en esta liga.

Regresamos a la relatoría.

Cuando se fue. Cuando supe que había tomado el vuelo hacia Panamá, pude finalmente respirar tranquilo. ¿Por qué? Porque sabía que estaba dejando una existencia complicada, problemática y se daba la oportunidad de comenzar de nuevo.

Que si la quería. No tenía duda de ello. Ahora que reviso mis archivos encuentro copias digitales de las cartas que le escribí, de los textos que le dediqué, de los pensamientos que en ella me inspiré, fuese en la Av. Juscelino Kubitschek de Sao Paulo que en la Union Square de San Francisco o en el barrio El Cartucho de Bogotá o el más local portal de la iglesia de la Santa Veracruz una tarde de chubasco.

Alí era parte de mi equipaje. Viajaba conmigo. Sin embargo, no podía ofrecerle mucho más que las palomitas y las caminatas por la ciudad. No tenía dinero. Como dice el maestro Kapuscinski, en un principio el oficio del periodismo es muy ingrato, paga poco y jode muchísimo.

No podía comprarme nada de demasiado valor. Mi computadora se deshacía de vieja y ni siquiera podía comprarme una ropa decente. Sí, se que a ella nada de esto le importaba. Pero a decir verdad, con ella tenía planes grandes.

Sí, pensaba en irme a vivir con ella, en proponerle rentar un departamento donde pudiera exorcizar sus demonios y pudiera estar conmigo. Por el rumbo de San Pedro de los Pinos. De cuando en cuando las fantasías llegaban a mi sueño nocturno. Sueños de fuga dirían algunos. Anhelos de cotidianeidad dirían otros. Simplemente era mi deseo de que ella pudiera compartir cosas conmigo.

Más aún. Una ocasión que fuimos a un concierto de Goran Bregovic, mientras ella brincaba el tema de Underground es que me me la imaginé perfecta. Vestida de blanco, con una tiara de flores bailando el wedding cocek.

Estaba dispuesto a brincar las barreras de mi cultura y la familia en la que fui criado. No me casaría con ella. Dejaría que libre viniera a mi y libre se fuera cuando lo deseara. No me importaría que mi familia católica y conservadora se interpusiera. Sólo dejen que juntara la lana.

Pero no junté nada. Primero porque ella se fue. En un acto atrabilario me quedé sin sus imágenes ni sus recuerdos. La saqué de esa casa imaginaria a empujones. Si ella no estaba conmigo, no quería lidiar con su ausencia.

Pero mientras ella hacía su vida lejos, los engranes de la vida movían sus mecanismos sin prisa ni pausa.

La disociación de la que he hablado en ocasiones volvió una vez más a mi persona. Comencé a actuar en conjunto con mis heterónimos. Para sostenerme en esta ausencia fue que apareció la estructura que sigue vigente hasta el día de hoy. Unas horas para mi, otras para aquella, otras para la vecina de la ciudad de enfrente. Todo en paralelo y en simultáneo. Súmale los minutos fugaces entre estaciones del metro, escapadas hacia pozos luminosos y en los desdoblamientos cruzando espejos una y otra vez, como Lewis Carroll no lo pudo escribir jamás.

En pocas palabras. Llené su ausencia con máscaras.

Pero eso estaba bien. Como siempre lo he dicho, no le hago daño a nadie, todo es por consenso y en ocasiones hasta uno que otro aplauso por la dicha provista. Nada que no se haga.

Al mismo tiempo, luego de meses de rumiar los hechos es que me convencía más y más de mi error. Del error fundamental de haberle ofrecido la espada del caballero cuando en realidad lo que debía haber sido fue plantearle la relación común de todos los mortales que se enamoran unos de otros.

Viví un mundo de fantasía con ella. Pero la fantasía, sólo se sostiene con la ilusión; y amigos míos, la fantasía es un mundo irreal.

Pero era lo que tenía.

Por otro lado, con el paso de los años el oficio que me sostenía comenzó a hacerse más interesante, mejor pagado. La vida sonreía.

Pero yo no demasiado.

Ahora lo veo con la luz del pasado. Con la edad dejé las ingenuidades atrás. Finalmente podía presentarme como lo que soy. Y eso funcionaba... algunas veces.

Liberado de las obligaciones de la moral y de las timideces, los romanticismos se quedaron atrás, sepultados con los recuerdos de una chica que pasó por tres años de mi vida y que como en un acto de magia, se desapareció una mañana de domingo.

Claro que la recordaba. Era la extraña fundamental de Douglas Coupland. Cada día de su cumpleaños le escribía un pensamiento. Deseándole en el fondo que estuviera bien, y secretamente, que se quedara en Panamá. Que no volviera y que me permitiera pensarla como un recuerdo, un lindo recuerdo de lo que no pudo ser.

Y así pudimos vivir hasta julio del año pasado...

Wednesday, October 07, 2009

LA VIDA SIN TI 5: DON'T TELL, DON'T ASK

Nota al calce: Pongo unas palabras de Norman Mailer, quien he estado leyendo por años y esta mañana tuve la chance de leer mientras el sol me devoraba:

Si uno tiene el coraje de pensar en cada aspecto del acto - no me refiero a pensar mecánicamente en él-, si uno es capaz de rumiar sore el acto, demorarse en él entonces uno es cambiado por el acto. Porque en el acto de restaurar la armonía de uno, uno tiene que encontrar todos los motivos por los que fue sacudido.


Lástima que el acto del que habla Mailer no tiene nada que ver con el acto doloroso de hallar sus rastros desperdigados por la mar virtualia, pero así es esto de hallarle sentido al sinsentido.

De vuelta a la relatoría:

Verla sentadita en una banca de madera junto al cine. Ese era el placer de mi vida. Demorar un par de minutos para verla leyendo, absorta en lo que aprendía. Lo que me molestaba más al principio: su insistencia para saludarme como si me vendiera una enciclopedia.

Pero nada de eso me importaba. A medida que compartíamos películas y más películas. A medida que me mostraba los libros que leía en la minúscula bolsa que llebaba consigo. A medida que pasaron los años en los que se me volvió constumbre ponerla en mi agenda como parte de las actividades de la semana es que crecí con ella.

Quizá nunca se lo dije con sinceridad, pero mientras íbamos y veníamos por la ciudad, en otros lados de mi vida comenzaban a operar procesos distintos: de pronto la apuesta que había hecho por el periodismo comenzaba a fructificar, de pronto comenzaba a adquirir un camino.

Y ello junto a ella.

Pero yo no sabía nada de ella. Ecos de cómo terminó su preparatoria, cómo decidió irse por las Letras Clásicas, cómo es que vivía en casa de su mamá, de cómo es que su mundo parecía desdoblarse por dolores que sospechaba pero no me atrevía siquiera a indagar.

Cobardía mía.

Eso es lo que describe eso. Tenía miedo de que me dijera las palabras fatídicas: Fíjate que tengo a alguien. Y era un miedo estúpido ya que de todos modos sabía lo que se movía tras bambalinas. Lo sabía por pequeñas declinaciones en el tono de su voz al hablar de alguien, de horas mistriosamente perdidas.

Pero de mi lado tampoco era mejor. Le oculté mi disociación, le oculté las estrategias que tenía para vivir, le oculté mi nombre y le oculté hasta el sitio donde vivía.

Y por un tiempo, eso estuvo bien.

Hasta que, una buena tarde de verano, cuando supe que ella se iría a vivir un tiempo a Panamá, con la familia de su padre.

Ella se había convertido en la compañera de demasiadas aventuras y era la depositaria de demasiados sentimientos. Y era sólo para mi. Nadie sabía de su existencia. Nadie la conocía. Nadie de mis amigos, de mi familia. Era el tesoro secreto perfecto. No se si ella hizo lo mismo, pero sospecho que así fue ya que, a semanas de su fallecimiento, nadie se ha molestado en preguntar por mí en el plano de la realidad.

Eramos secreto mutuo.

Era oculta a todos y a todo. Nunca me inmiscuí en sus asuntos, jamás la fui a buscar a su salón de clases (aunque me moría de las ganas de irrumpir con un ramo de flores) y en la medida de lo posible, trataba de mantenerme al margen. Sólo haciéndome presente para saber en lo que andaba y robarle horas de contemplación.

A estas alturas alguien preguntará. ¿Nunca intentaste seducirla?

Honestamente, no. Sabía que con ella la cosa era diferente. De cualquier modo, ya para entonces tenía quien apurara esos cálices de mi existencia, por lo que ella podía existir en el mundo irreal de las ideas sin que pensara más cosas traviesas que besarla en la boca.

Sólo Oja Mariko la conoció y la vió y supo cómo se escuchaba su voz en persona. Sólo Oja Mariko conservó imágenes de ella, que ahora reemplazan los agujeros de la memoria que me taladré cuando partió hacia Panamá.

Porque se terminó por ir, pero justo antes le dije y le presenté un largo pliego con lo que sentía. Pobrecilla. Se quedó con una sorpresa enorme en la mirada y más porque cuando cerró los ojos le robé el primer beso que nos dimos. Sus labios sabían a la sal de las papas que estaba comiendo en ese momento.

Pero fue una experiencia agria. Ella no podía responder a mis lamentos. Estaba yéndose y en el fondo, lo hice en aquel momento para que quedara claro que nos dejaríamos de ver. Que allí terminaría la cosa, que no quería que se fuera conmigo pegado a sus jeans. No quería tener que cargar con el dolor de su ausencia en mi vida y menos aún, quería correr por Centroamérica para ver dónde andaba.

Con todo el dolor de mi corazón llevé la nave a un primer naufragio. Y vaya que a ella le dolió. Recuerdo cómo es que vi sus lágrimas en la calle y cómo fue a buscarme con mi hermana Oja. Y cómo fue peor porque le regresé las cosas que me había regalado: sus fotografías, sus textos, todas las cosas suyas que me había compartido y regalado.

Fue un acto desesperado en la mitad de la madrugada de domigo. Pero tenía que hacerlo. No podía vivir con su recuerdo torturándome en la ausencia. Era necesario que se desvaneciera a la de ya. Así es como hacía las cosas. Así debían hacerse.

Y así se hicieron.

Y así es como se preparó el primer abismo.

Porque se fue.

Y quise pensar que jamás volvería a saber de ella.

Y quise pensar que en la tierra de sus ancestros hallaría el destino y el amor y la fijación a una tierra.

Y quise pensar que sin ella la cosa sería mejor.

Y lo fue, pero no del todo.

LA VIDA SIN TI 4: ANÁLISIS TRANSACCIONAL

Nota al calce: ayer acudí a la Facultad a ver si encontraba algo tuyo. Hice lo que jamás mientras estuve junto a ti: interferir tu espacio, en los pasillos y salones donde tomaste clases. Busqué en papeleras y periódicos murales si hallaba los rastros de tu paso por el mundo académico que tanto te interesaba.

Nada. Sólo risas de alumnos recién desempacados enmedio del calor de la tarde. Una clase donde se debatían cosas de letras sin importancia para mí. La erosión del tiempo es irremediable. Ganas me dieron de preguntar sobre tu paradero, pero como en otras ocasiones, me quedé mirando a medida que los pasillos se vaciaban y los profesores corrían a impartir las cátedras que ya no te tocará escuchar...

Regresamos a la relatoría.

SALON DE CLASES. DÉCADA DE 1990, ALREDEDOR DEL MEDIODÍA. UN GRUPO DE ESTUDIANTES ESCUCHAN HABLAR A UN PROFESOR ALTO, DE CABELLO LARGO Y FUERTE ACENTO CUBANO. UNOS TOMAN NOTAS, OTROS MIRAN AL ESPACIO VACÍO EN LA ESPERA DE QUE LA CLASE TERMINE.

EL PROFESOR DIBUJA UN TRIÁNGULO EN EL PIZARRÓN BLANCO

Profesor
- Y así es como se desarrolla el modelo de análisis transaccional. En un punto de la vértice tenemos a la víctima, en otra al salvador y en la otra al perseguidor. El rol que jugamos dentro de las relaciones humanas se define en estos tres papeles. El análisis transaccional justamente se basa en este principio.

- Algunas veces jugamos como el perseguidor; el malo de la película, el causante de los sufrimientos ajenos. Otras somos las víctimas, quienes padecen en silencio o entre gritos las torturas e iniquidades de la otra persona. Pero el rol que más me fascina es el del salvador. Ese caballero de armadura reluciente, quien siempre, lanza en ristre, se arroja al salvamento de la princesa o el príncipe, dependiendo de la situación.

- Habrá quien diga que este es un mero asunto de obsesiones. Hay algunos psicólogos que piensan que esta es la imagen más disfuncional de todas. Al fin y al cabo en el reino animal siempre han existido presas y devoradores. Lo anómalo en la cadena alimenticia es quien levante su mano para detener la matanza.

- El salvador es una figura extraña, pero que justamente es la bisagra entre ambas partes. Sin el salvador, la historia de la víctima y su victimario sería de rápida conclusión. Simplemente las cosas llegarían a su fin evolutivo sin más gracia ni historia de por medio. Por extraño que parezca, el salvador, con su papel a caballo entre la redención y la condena es quizá la parte importante porque le da significado a la disfunción en la relación.

LOS ALUMNOS COMIENZAN A LEVANTARSE DEL SALÓN

Profesor:
- Y no lo olviden. El salvador es la víctima propiciatoria de todo. Al menos es lo que nos dice la literatura y la práctica en la clínica.

UN ESTUDIANTE, VESTIDO CON PANTALONES REMENDADOS POR SÍ MISMO, TOMA NOTAS APRESURADAS ANTES DE SALIR AL PASILLO, DONDE UNA MUCHACHA, RUBIA DE OJOS VERDES LE ESPERA PARA IR A ALMORZAR.

CORTE A NEGROS

Esa fue la lección que definió mi papel en la vida. Desde aquel otoño, cuando sin éxito me dejé el cabello largo y caminaba con mi amiga Sahasrara hacia los prados donde nos acostábamos a ver pasar el tiempo antes de la siguiente clase.

Conque sería salvador de princesas en peligro... así fuera.

Pero no se lo dije a Sahas. Estaba demasiado atareado pensando en mis primeros textos para la revista de la escuela y en cómo organizar un viaje a Guanajuato con una chica que había conocido incidentalmente y que fue la primera con quien pasé una noche completa... en una cama individual.

Salvar, esa sería mi misión. Así lo había hecho desde el primer amor en la preparatoria. Salvar a Iyali de sí misma, incluso en la ocasión en que me pidió dinero para que se pagara una prueba de embarazo. Salvar para ganar el amor. Esa era la receta. Ahora estaba claro.

Y fue claro por muchos años, incluso cuando Alí entró en escena...

Tuesday, October 06, 2009

LA VIDA SIN TI 3: EFECTOS SIN CAUSA

Dicen que, ante la muerte, hay poco que decir. Pero quizá, en la ventana que ha abierto el sordo dolor de lo sucedido, es que a medida que el duelo se convierta en meditación, podré hallar el camino que me lleve a la luz de la serenidad, y si tal cosa existe, a liberar de mi peso su alma, para que pueda volar como siempre lo quiso.

Quizá sera una relatoría comentada lo mejor...

Cuando comencé a salir con Alí, hace más de media década, no me imaginaba el resultado que tendría mi relación con ella. Siendo honestos, sólo me interesaba llenarme el ego al salir con una chica mucho menor que yo (le llevaba 9 años), una chica particularmente hermosa, una chica que tenía ideas interesantes en la cabeza, y quizá como no lo pude ver, con una vida muy atribulada.

Sin embargo, eso no me llamaba la atención. En ese momento tenía atravesada una relación que derivaba entre el romance y la simple amistad con una chica que había conocido en mis años de preparatoriano. Por increíble que parezca, ya había pasado más de una década y no podía sacarla de mi vida y me hallaba, como persona, oscilando entre la desilusión y el ánimo de conocer, de una vez por todas, lo que era el amor verdadero.

Y digo que no lo conocía el amor verdadero ni el de cualquier tipo porque, desde mi adolescencia había pasado por una vida amorosa muy desafortunada. A lo largo de los años se sucedieron los fracasos y los rechazos. Pasados los 25 años con estos precedentes, claro que estuve dispuesto a pasar por encima de los problemas para caer en la contemplación de una chica esbelta que aún tenía bracketts en los dientes y a quien le podía enseñar a usar los palitos para comer sushi.

Admito que me la pasé muy bien con ella. Mirando películas, caminando por la ciudad, admirando su plática madura para su edad y aprendiendo lo que le gustaba y disgustaba. Entretanto, el viejo amor de la adolescencia terminó por caerse de la rama (y no de mi gana sino porque la mujer en cuestión terminó casándose) y me dí cuenta de que ella existía y estaba cómoda a mi lado.

Sin embargo, un error me llevó a otro. Nunca indagué su vida personal. Recién escaldado por la experiencia recién vivida, decidí poner un velo de silencio sobre las personas que albergaba su corazón, sobre sus años antes de conocernos y sobre todo, sobre cómo había sido criada. Sólo me interesaba lo que pasaba con ella en las horas deleitosas que me regalaba.

Y así, claro que me enamoré de Alí. Aún pasa por mi mente la imagen aquella: una tarde invernal cuando, caminando por un vacío Bosque de Chapultepec me atrasé para tomarle una foto. La cálida luz que se filtraba en el atardecer y su sonrisa me cautivaron. Fue una llamada de atención, había encontrado la mujer que buscaba.

Pero, en esa falla iba otro error. La Alí con la que me pasaba las mañanas de cine y las tardes de fin de semana no era la Alí real, era la Alí que imaginaba que era. No era una mujer real, era la imagen que yo quería que ella fuera.

Eso determinaría el futuro de la situación....

Sunday, October 04, 2009

MURAKAMI, EL DOLOR Y LA CULPA

Mientras pasa el tiempo, haciendo que el rumor de las olas se vuelva murmullo y luego silencio; mientras el calor de este otoño asfixia mi gripe; mientras trato de dar brazadas lo suficientemente prolongadas para que me saquen de esta corriente oscura es que pienso en Haruki Murakami.

La primera vez que leí sus libros, lo hice en un sumplemento de periódico. Me impactó el poder de un hombre para retratar dos sentimientos difíciles por su complejidad y vecindad: la nostalgia y la culpa.

Tokio Blues destila esos dos componentes: la nostalgia de un pasado de sensaciones apenas en gestación y la culpa por la muerte ajena. La muerte como trasfondo que une vidas y las va hilando en un tejido cálido que se forma por agujeros y espacios. Una suerte de tejido que no existe, pero cuyo peso es medido en cada una de las horas en las que los personajes giran tratando de hallar un lugar, cuando las cosas viven fuera de control.

¿Y saben qué? Alí se llevó el ejemplar que yo tenía. Se lo dí, sin jamás imaginarme que la narrativa traumática de sus hojas se trasplantaría a mis días y el plano real de mi vida, porque, como lo escribí hace unos días; como en la novela, todo comenzó en un aeropuerto anodino, entre puestos de café y la luz blanca, intensa, colándose por los pasillos.

Y allí está la nostalgia, joven aún. Nostalgia por el último amor de mi adolescencia y el primero de mi adultez. El amor que te hace dejar de pensar en paisajes tierno y te interna en las difíciles labores de construcción, destrucción y reconstrucción, una dialéctica del alma. Nostalgia por un tiempo en el que podía ser a la vez un joven estudiante y un inexperto empresario y un periodista en ciernes.

Nostagia por el sur, por Plaza Loreto, por las canciones de Jaime López y las caminatas por el centro de la ciudad. Nostalgias que son, en última instancia, las herencias que nos dejan quienes han fallecido.

Y lo otro, la culpa. Culpa dolorosa y punzante. Culpa por haber hecho no haber hecho lo suficiente. Culpa por no haber podido darle lo que necesitaba, por no tener las agallas de cruzar la ciudad las veces que fuera necesario en pos de su bienestar mental. Culpa por no haber podido modular mis sentimientos y no dejar que la cosa creciera, sino anegándola hasta el punto en que ella ya no quiso estar conmigo.

Culpa por esto y por lo otro. Culpa por lo que se hizo y culpa por lo que se dejó de hacer.

Pero Oja Mariko lo dice bien. No debo albergar culpa. En su momento hice lo que mejor pude, le di lo que mejor estuvo en mi mano. Ella misma tomó la decisión, una tarde de octubre, de decirme que ya no contara con ella. Y yo, respeté su decisión hasta el doloroso nivel de cortar toda comunicación con ella, dejarle de hablar, para que ella no sintiera mi sombra ominosa en su vida, para que ella encontrara el sentido de su vida y eso que llamamos amor y que no pudo acabar de nacer entre nosotros dos.

Sí, siempre podremos hacer las cosas de mejor modo, pero a veces las opciones son mucho menores: sólo podemos optar entre lo malo y lo peor. Pero ahora que tengo algunas imágenes frente a mi, es que pienso que es verdad, al menos le pude ofrecer los pedazos de felicidad que pude, todos los que fueron posibles.

Y eso debe quedar tatuado en mi mente. Murakami lo deja bien pespuntado. En la elección entre la vida y la muerte, la vida es lo que nos arrastra. A empujones y quejidos, la vida es lo que nos mueve. Quizá no con la energía que uno espera y desea, pero por supuesto que nos mueve. Eso debe quedar bien en claro.

Pero como siempre, en la noche, los sueños se encargarán de ponerme los imaginarios en la cabeza. No me preocupo por ello, de cualquier modo, los escenarios imaginarios se han convertido en la especialidad de la casa.

Saturday, October 03, 2009

UNAS PALABRAS PARA OTRA PERSONA

Oja Mariko:

Ya hablaremos de todo esto en detalle, pero quiero agradecerte aquí la ayuda que me has brindado. Tu hombro y tu mano durante esta ordalía me han sido invaluables.

Sólo (como tu sabes que lo estoy), no podría haber sobrevivido esta ola de dolor. Sin más que nuestra relación, me has acompañado en estas terribles horas sin más retribución que un plato de bulgoyi coreano y mis lágrimas empapando tu blusa.

Ya vendrán días mejores y soles menos devastadores que éste, y será en esos momentos cuando te retribuya al menos en lo posible la sanación que mi alma opera segundo a segundo, a medida que el rumor de las piedras se aleje, y que comience a mirar esto que hoy me atraviesa como una de tantas cicatrices que la vida nos tatúa como certificados de existencia para que no se nos olvide de lo que estamos hechos: alma y un poco de carne.

Un besote queridísima Oja.
Le quiere intensamente
Ch.

PD.
Somos unos nacos ante ojos coreanos. Ya sé para qué sirve la lechuga.

UNAS PALABRAS PARA UNA PERSONA

Conrado:

Gracias por tu mensaje. La vida que le insuflaste a Alí se convirtió en fuerza vital para mi persona e hizo cosas que creí imposibles. Su recuerdo me impregna porque su influencia camina en mí, en cada una de las cosas que hago y en la forma en que vivo mis días.

Sólo puedo expresarte que la vida que insuflaste en tu hija floreció y da frutos, en el mundo y mucho más humildemente en un servidor, quien al haberla hallado y al haberla querido y al haber estado con ella, descubrió lo que significaba ser humano en toda su palabra.

Quiero compartir contigo esto, que a lo mejor ya conoces, a lo mejor no. Es un espacio que ella mantenía con algunos de sus textos, quiza no tantos porque en una ocasión me decía que ella en lugar de navegar, naufragaba en Internet y a que, en un acto osado con su computadora, borró buena parte de su obra poética.


Esto es un pequeño atolón de luz enmedio del mar de penumbras que vivimos estos días. Deseo te de fuerza para seguir adelante, y aunque nunca podré equipararme al dolor que sientes, quiero pensar que hay muchos más que, con el paso del tiempo, harán que los hilos invisibles que nos unieron a ella comiencen a aparecer y así, al menos, reconstruir en el imaginario lo que la realidad ya no nos podrá brindar.

Te mando un abrazo en la distancia

Friday, October 02, 2009

COORDENADAS




Panteón Jilotepec
Xochimilco

Lote 4
Línea 29
Fosa 9

Allí te encontraré.

Gracias por todo mi niña.

Mi Alí.

Mi Alí Cuevas

Mi Alí Dessiré

Mi Alí Dessiré Cuevas

Mi Alí Dessiré Cuevas Castrejón.

Te amo

Wednesday, September 30, 2009

LA VIDA SIN TI 2

Pero amor, por que quieres ir a ese pueblp de Sayulita?

Si ya estaba reservando en el st regis.

Con eso nos vamos a volar unas rentas pero neta, el hotel esta biem chido, te atienden a cuerpo de rey y tiene una terrazas para leer mirando el atardecer que estan de bolas.

Y Sayulita... Estee, como que el pueblo esta medio rustico. No hay wifi y lo mas que sirven son chelas.

No niña, ya se que te gustan los lugares asi. Si, ya te conocia con esos gustos pero mira, lo que podemos hacer es quedarnos en el st regis y el dia nos lo pasamoa en Sayulita, pa que te enseñen a surfear y te hagan las trencitas, aunque si me lo preguntas, no hay necesidad.

Me gustas con tu cabello suelto.

DETALLES

No me imagino cómo es que le hayan hecho, pero 14 puñaladas fueron las que contaron los medios.

No podría dudarlo ni afirmarlo. Al fin y al cabo el resultado ha sido el mismo de ominoso.

Y como me lo temía. Drogas.

¿Metamfetaminas?, ¿MDMA?, ¿cocaína? Qué sustancia pudo haber despertado la furia de tu asesino. No imagino que exista algo que tenga la capacidad de volver un animal salvaje a un hombre.

Por eso no me creo eso de que agrediste a alguien. ¡Eras vegetariana chingao!

Marihuana, era lo único que te conocía. Pero estos inventarios ya son superfluos. En mi oficio dicen que no existen los inocentes. Pero si algún error cometiste, allí lo pagaste, en un juicio sumarísimo, sin derecho a apelación.

Ojalá haya sido cierto lo que dicen, que al final de la vida uno ve un túnel de luz. Ojala lo hayas visto y aunque no creías en Dios, que tus ojos hubieran abandonado el mundo sintiendo otra cosa que no fuera el pánico de saberte moribunda.

Pero eso también, ya es superfluo.

Tuesday, September 29, 2009

UNA ROLA PARA EMPEZAR A DECIRTE ADIOS

Solares Baldios
Rockdrigo González

Ella estaba sentada
en un jardín de sopor
sentada sobre la nada
viendo fantasmas de amor
con los dedos amarillos
por los cigarrillos
y excesos de ron.

Cruzan mi mente solares
solares baldíos de amor.

Ella se mece en su hamaca
enredada en el tiempo
con la mirada ya flaca
por quien nunca regresó.

Dicen los niños que juegan
"A ver quién atina
a los vasos de ron".

Cruzan mi mente solares
solares baldíos de amor.

Cruzan mi mente solares
solares baldíos de amor.

Es un cometa la imagen

es un mapa de vapor;
"voy por cigarros" le dijo;
se puso el sombrero
y jamas regresó.

"Ya no arañe las nubes",
le recetó algún doctor,
pero ella estruja lugares
que dan a solares
baldíos de amor.

Fue a sacudir al tendero
al policía y al dolor
pero de aquel paradero
sólo silencio encontró.

Los días eran sospechas
de algún enemigo
con el odio a flor.

Era en su vida solares
solares baldíos de amor.

Supo de alguien que sabía
adivinar el color
y en un teléfono viejo
ella escupió su dolor.

"Miles de gentes perdidas"
le dijo un lejano
interlocutor.

Era en su vida solares
solares baldíos de amor.

Perdona mano, pero no tengo
mucho de que asirme en esta
situación tan terrible.

Luego regreso la rola.

ROJAS FLORES

Así que esta es la última imagen de tu persona. Una flor ensangrentada contra un piso de cuadros.

Asimetría de la muerte, diría algún artista.

Los detalles se suceden con velocidad asombrosa. Sólo era cosa de rascar un poco al cerro de información que corre por mis ojos. Los tabloides de ese día lo consignaron como un hecho menor, debajo del ecoasesino del Metro Balderas, quien se llevó los reflectores y la ración diaria de horror que nos toca como habitantes de esta megaciudad.

Un puñado de párrafos, en el estilo policial de costumbre. Dos novios, peleando, se sacan los cuchillos y me imagino que entre gritos, se suceden las tajadas. Los gritos de los vecinos y llega la policía a recoger herido y cadáver.

Y así termina la cosa.

Es esa la flor que muestra el periódico.

Otra flor, roja por coincidencia, es la que quiero recordar.

Antes del amanecer, caminé hacia la playa. El fulgor del alba aún no se hacía presente. Caminé sin ver donde pisaba (y por ello tengo una rodilla dolorida). Pero al llegar al océano, me sentí confortado. El sonido de las rocas era una voz que me hablaba desde una zona que no conocía y que mis padres imaginan como la vida ultraterrena.

Tomé mi flor entre las manos. Cerré los ojos y la lancé con todas mis fuerzas al mar. Una ola se la llevó, con suavidad.

Y así, junté mis manos, y en un acto que nunca había hecho desde que era infante, comencé a orar.

Padre nuestro
Que estás en el cielo...

Oré, mirando al mar, hasta que amaneció y la claridad me mostró que la flor roja se había ido. Pero el sol del amanecer me hizo pensar en los días buenos que vivimos juntos, en las flores que le llevé en vida.

En la ocasión cuando me pidió que le compusiera un poema.

Cuando bailamos danzón una tarde de domingo, rodeados por viejitos amables.

Cuando le robé un beso, antes de que se fuera a su primer exilio a Panamá.

Cuando regresó y tomamos café en el Palacio de Bellas Artes por horas deleitosas de saber que estaba viva.

Cuando me dijo, una noche lluviosa, que se sentía segura conmigo.

Cuando me preguntó que quería para mi cumpleaños.

Cuando, tomados del brazo, caminamos por Altavista, una tarde de verano.

Cuando se quitaba la cinta del cabello para ver una película.

Cuando estuviste viva, conmigo.

Tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre Señor. Amen

CARTA AL ASESINO

Hoy te conocí.

Nunca tuve el gusto de mirarte. Jamás trabé palabras contigo. El jazz, el teatro y las motos. Esas pasiones tu las inoculaste en ella. Y al final tu te quedaste con mi niña, hoy muerta. No es que lo supiera de antemano, pero yo sólo podría haberle comprado un modelo a escala de una moto y eso era lo que pensaba hacer una vez que me lo dijo.

No podía hacer más nada. Tu tenías mano ganadora. La conocías, estabas cerca de ella. Era natural que su amor se dirigiera a ti, fuerte y con mirada segura. Era una cosa de tiempo nada más. Supongo que ganaste en buena lid su afecto.

Mientras tanto yo me hundía en mi trabajo, en rumiar mi frustración, en sacar adelante mi rutina diaria, en tratar de olvidar y mantener el equilibrio delicado de la fuerza que me hacía tratar de sacarla de mi casa de una vez por todas y recordarla en todas las demás ocasiones.

Era un trabajo duro, pero quería pensar que ella, en manos de sí misma o de alguien más, podría hallar eso que buscaba, eso que no pude darle y eso que con fiereza intentaba descifrar, el secreto que la podría mantener en el mundo y hacerla olvidar las lúgrubres sombras del abandono de sí misma.

Supongo que en ti lo halló. Eso estuvo bien. Y con eso pudo haber sido el final de todo el asunto. Como muchos romances que terminan así, podría haber seguido mi vida, suspirando por los buenos momentos y colocando una cortina sobre lo demás. Tratando de no mirar y dar por sentado que ella habría encontrado una vida coherente consigo misma, concordante con su anhelo de rondar por el mundo, de darle vida a sus cuentos y poemas, a sus fundamentales.

Pero ahora que está muerta y que tu la mataste. ¿Valdría la pena maldecirte?, ¿significará algo insultarte por haberme destruido las migas de felicidad que quedaron luego de todo?, ¿tendrá algún significado buscar en tu mirada las razones que te llevaron a herirla de muerte?

¿Será útil indagar los últimos momentos de tu vida en pareja con ella? Yo sólo soy un convidado de piedra a tu festín de fuga. No me tocará conocer quién eres, sólo lo que los periódicos vayan desgranando a medida que pase el tiempo y quizá unos segundos de fama que involuntariamente te ganarás al aparecer tu nombre en hojas y menciones al aire.

Pero sábete que tu homicidio fue múltiple. Mataste a personas desconocidas que caminan a tu lado, que no se fijan en tu nombre ni en tu estatura ni en tu voz ni en lo que haces ahora que cargas con el crimen a cuestas. Pero lo hiciste. Tu crimen se ha multiplicado, por una, dos o más veces, las de aquellos que mi niña tocó y quienes ya no la mirarán en los pasillos de la facultad o en las aceras de Avenida Insurgentes.

Y ahora tengo un exquisito pedazo de brillante tristeza, cortesía de tu acto infame. No se lo compartiré a nadie y me lo tragaré como me tragué los seis años de amor que sentí por ella sin que nadie lo imaginara ni lo supiera. Beberé pacientemente de esta hiel, hoy y todos los días del resto de mi vida, al menos hasta que me entere que has topado con pared.

No se si en tu furia querías deshacerte de ella. Pero ahora uniste más que nunca su vida a la tuya. Uniste mi propia vida a la tuya. Uniste más vidas a la tuya. Ahora somos muchos los que te acompañaremos, sea en tus islas de libertad o en el pozo de la reclusión, consecuencia del acto realizado.

Y no lo digo con satisfacción. Lo hecho ha sido concluido y ahora, no hay forma de volver los pasos.

Mataste a la persona que más quise en esta vida.

Nada más.