Friday, December 29, 2006

SADDAM: ASESINAR AL ASESINO

Es oficial: Saddam Hussein será colgado. La noticia no ha sido recibida con gran algarabía: hay quienes piensan que esta ejecución es una violación de las convenciones militares, del derecho iraquí y de la legislación de derechos humanos, entre quienes se encuentran Aministía Internacional, la Iglesia Católica y Human Rights Watch. No se les puede culpar de apoyar al asesino ya que sus posturas son de principios, por lo que su deber es defender la vida, sea la de un acusado inocente o la de un asesino como el tal Saddam.

Sin embargo, los imperativos políticos y militares juegan contra del exdictador, quien ha pasado de ser una pieza prioritaria de captura a toda costa a un pesado fardo del que ahora los gobiernos iraquí y americano se encuentran urgidos en desembarazarse.

En un principio los norteamericanos y el gobierno iraquí se congratularon cuando Saddam fue capturado y sacado de un agujero en diciembre de 2003. Cuando esto sucedió, los norteamericanos se congratularon porque suponían que la captura del tirano representaría el fin o al menos la merma considerable de la resistencia que comenzaba a despuntar en el panorama. Al mismo tiempo, se suponía que Hussein poseía información valiosa sobre los supuestos arsenales de armas de destrucción masiva que constituían el “casus belli” con el que los Estados Unidos habían invadido Iraq.

Todo ello se derrumbó con el paso de las semanas.

No solamente salió a la luz la esquizofrenia de Saddam (quien tenía una idea completamente distorsionada de su poder militar, de sus tropas y de su estrategia), lo que denotaba su incapacidad ya no de liderear un movimiento de resistencia, sino que incluso de organizarlo. Además, se supo que las famosas capacidades de destrucción masiva de Iraq no eran otra cosa que acumuladeros de chatarra desintegrándose a la luz del desierto, que las investigaciones de armas masivas habían cesado tras la primera guerra del Golfo en la década de 1990 y que las indagaciones nucleares se habían detenido a principios de la década de 1980 cuando los israelíes bombardearon el reactor nuclear que empleaban como banco de pruebas.

Por si esto fuera poco, la resistencia armada no sólo no se desanimó sino que arreció sus embates contra las fuerzas de ocupación, iniciando lo que después se convertiría en una sangrienta guerra civil que hoy día no tiene final. Así las cosas, lo único coherente que quedaba por hacer fue juzgarlo por sus crímenes y condenarlo.

El juicio fue el parto de los montes porque si bien al dictador nadie le quería hacer el favor de declararlo inocente, quedó claro que el marco legal con el que fue juzgado había sido creado por las fuerzas de ocupación junto con el nuevo gobierno iraquí, por lo que las leyes que se le estaban aplicando no tenían fundamento jurídico suficientemente sólido e imparcial como para ofrecer un juicio valedero. Además, los testimonios de Saddam, entre la locura de su delirio de grandeza delataron que los Estados Unidos habían jugado con el exdictador, ofreciéndole armas para combatir el integrismo de Irán y apoyo para cubrir sus crímenes cuando su acción le convino a los intereses americanos.

Así las cosas, el juicio fue perdiendo el piso legal y se transformó en una suerte de ópera donde el tirano se jalaba de los cabellos mientras que los jueces intentaban una y otra vez someterlo. Mientras tanto, afuera del juzgado el baño de sangre alcanzaba a los abogados de Saddam y a los miembros del tribunal que lo estaba juzgando, por lo que la ópera tomó tintes de verdadera tragedia cuando juez tras juez fue renunciando ante el temor de ser abatidos por las balas de los seguidores del exdictador o por explosivos colocados en su de baño. En el riesgo de tener que llamar al banquillo de testigos a personajes como Tony Blair, los dos Bush (padre e hijo), así como al Secretario de la Defensa americano, fue que el juicio fue acelerado para decretar la culpabilidad de Saddam y dictar su mortal sentencia.

Tres años después de su captura, Saddam es ahora un problema. Vivo implicaría dejarlo en una prisión iraquí, con el riesgo de que sus partidarios buscaran liberarlo o que sus enemigos intentaran asesinarlo en un baño de sangre penitenciario. Por otro lado, además de Iraq, hoy por hoy no hay nación alguna que quisiera aceptar al preso más famoso de Iraq por miedo a terminar envuelto en la violencia terrorista que barre dicho país. Su valor estratégico ahora es nulo pues a estas alturas, cualquier información que pudiera haber dado, ya ha caducado, amén de que su valor de cambio es cero pues se ha revelado que la resistencia iraquí es mucho más compleja de lo que pensaban los americanos en un principio, por lo que aunque habría algunos interesados en salvarle la cabeza a Saddam, hay quienes esto les tiene sin cuidado y lo que desean es que los americanos salgan a la voz de ya.

En resumen, Saddam vivo a nadie le sirve. Muerto al menos será una tabla menos que los americanos tendrán que cargar en la cruz que han decidido llevar a sus espaldas en Iraq, como dicen los británicos, “until the bitter end”.

Thursday, December 28, 2006

FIDEL: MUERTE SIN FIN

Que si Fidel ha muerto, que si más bien sigue una penosa recuperación en algún lugar de la isla, que si agoniza o se encuentra en coma. Las especulaciones flotan por todo el planeta, mientras que en el diario Granma de la isla no aparece ni una sola nota que hable de la salud de su líder. Sin embargo en los feeds internacionales de noticias aparece una información relevante: un médico traído desde España, llamado Jose Luis García Sabrido viajó la semana pasada a la isla para certificar el estado de salud del jerarca y declarar ante la prensa que si bien ha pasado por una intervención quirúrgica su estado general de salud no es tan grave por lo que no debe extrañar que siga al mando de los destinos de su país, si bien en la penumbra detrás de bambalinas.

Sin embargo, al rascarle un poquito al asunto, uno se percata de que estamos ante algo demasiado “organizado” para que pueda considerarse como un asunto real. En primera instancia, el hecho de llamar a un médico español para “certificar” el estado de salud de Fidel no parece lógico, en cuanto denota que la célebre medicina cubana es incapaz de tratar a su líder máximo por lo que se hace necesario llamar refuerzos extranjeros. Por otro lado, parece extraño que a dicho médico no sólo se le requiera auscultar a Castro, sino que se le permita hablar con relativa libertad del estado de salud del enfermo, siendo que el mismo Castro ha declarado que la información relacionada con su salud era asunto de seguridad nacional. Atendiendo a la más elemental noción de discreción entre médico y paciente, es impensable que al doctor se le hubiera “escapado” tal información… en una entrevista organizada para tal efecto con diarios como El País y estaciones de radio como la Cadena Ser.

Finalmente, una nota perdida en el mar de la información contrasta todo ese optimismo. Gabriel García Márquez, amigo personal del dictador declaraba que, luego de un mes en la isla, no había podido visitar al enfermo y que sólo había podido hablar por teléfono con Fidel. Para ser un enfermo en recuperación, se ha vuelto un hombre excéntrico que ni siquiera deja que sus amigos se le acerquen en esta hora tan requerida de afectos. Y además de los hechos, un asunto inquietante: siendo Fidel un hombre amante de la exposición del público y de la atención de los medios ya es demasiado inusual que el hombre siga en recuperación sin siquiera dejarse ver en ya casi medio año… salvo por un par de escenas grabadas con Hugo Chávez donde se ve tan desmejorado que hasta la barba le queda grande.

Y para puntilla, ni los canales de noticias locales ni los diarios de la isla han hecho referencia alguna a la visita del médico. Si fuera cierto todo esto de que Fidel sólo se recupera, me supongo que lo harían noticia de primera plana y tema de la televisión nacional dado que a querer o no, la ausencia del líder no puede ser más que un ominoso signo que abre la puerta a insanas grillas en la perspectiva de un mundo sin Fidel (aunque su hermano ya tenga el puesto más que asegurado).

No sé si Fidel haya muerto de una vez por todas, pero me queda la impresión de que, al igual que en un capítulo de los Simpsons, Fidel (vivo o muerto) ya sólo es una marioneta jalada desde arriba del escenario por quienes se esfuerzan en hacerlo bailar y sonreír frente a una audiencia que carece de fuerzas y humor para aplaudir.

Wednesday, December 27, 2006

REQUIEM POR UN SUPERMERCADO

En teoría, tenía la intención de comenzar una suerte de reflexión sobre el fin del año, pero una noticia me ha separado de dicho fin y me ha entristecido un poco: el Superama de Polanco al que era asiduo terminó preso de las llamas la madrugada de ayer. Se que para muchos es una nota que se puede perder sin problemas en los mares de la nota roja, pero en lo que a mi respecta, guarda un afecto especial.

Descubrí este supermercado cuando me encontraba estudiando hace un par de años inglés en el Consejo Británico que se halla a pocas cuadras de allí. Como las clases terminaban a eso de las 9 de la noche, en ocasiones me encontraba con los establecimientos alimenticios del rumbo cerrados y con la necesidad acuciante de llevarme un bocadillo a la boca (y a una hora y media de camino de mi casa). Pues me di cuenta que dicho supermercado me ofrecía un lugar donde no solamente podía saciar mi apetito nocturno con algún bocadillo de la panadería, sino que por azares del destino me encontré con uno de los lugares más diversos de la ciudad.

A la hora de mis incursiones en dicho supermercado me encontraba docenas de personas como yo, saliendo del último turno de la oficina o de la última clase de idiomas rumbo a casa. Trajeados, con la corbata a medio desanudar y con la barba de un día de duración, se entregaban a las compras de alimentos congelados y semiprocesados en conjunción de medicamentos para males de oficina como la gastritis y los dolores de cabeza originados en el estrés de las juntas de la tarde.

Por otro lado estaban los habitantes del rumbo, gente de clase alta que se concentraba en adquirir verduras, frutas frescas y panes llenos de fibra. Generalmente altos y quizá provenientes de las comunidades judaicas del rumbo, también llenaban el carrito de enseres más cotidianos como jabones, champús y hasta escobas y trapeadores. Yo creo que los locales iban llegando a casa y salían con lista de compras en las manos al supermercado del barrio. Esto sin contar a la comunidad de extranjeros (me los imaginaba yo saliendo de las embajadas del rumbo) que llegaban con cara de sorpresa y se le quedaban mirando a un manojo de epazote o a un paquete de tortillas, como si vieran cara a cara al hostil Huitzilopochtli que se les fuera a abalanzar en forma de quesadilla de huitlacoche. Al final terminaban comprando latas de spam (el jamón picado, se entiende, galletas Ritz y botellas de Coca-Cola, en la esperanza de que la venganza de Moctezuma se cebara en ellos.

Finalmente, estaban los clientes asiduos que provenían de las construcciones de la zona, generalmente con todo y sus cachuchas espolvoreadas de cemento y los bultos de tortillas y refrescos gigantes que se llevaban con rumbo a la obra para acompañar la cena o desayuno, antes de comenzar las labores al día siguiente. Quizá uno de los más completos muestrarios de la sociedad chilanga se formaba noche tras noche en santa paz para llevarse algunas bolsas con víveres. No es que yo crea en las utopías o en los paisajes artificialmente bucólicos, pero ciertamente me di cuenta de que en ciertos lugares, a cierta hora, la gente puede olvidarse un poco de la hostilidad social que nos hace vivir en estado de pánico permanente y ponernos hombro a hombro a esperar el turno de pagar una lata de atún.

Ojalá vuelva ese supermercado.

Friday, December 22, 2006

THE MEDIA WARS

Mientras escribo estas palabras, en el canal 13, Televisión Azteca, se muestra un largo testimonio testimonio proveniente de Rodolfo Junco de la Vega, padre de los actuales propietarios del periódico Reforma: Alejandro Junco de la Vega y Rodolfo Junco de la Vega. El video destila amargura y resentimientos pues el hombre acusa a sus hijos de haberle despojado de la propiedad del diario El Norte, que posteriormente sería el germen de lo que hoy es Grupo Reforma.

La historia, como las que suelen permear en las empresas familiares, está llena de mucha mala leche, grandes cantidades de resentimiento y acusaciones muy graves pues el hombre acusa a sus hijos de despojo accionario, robo de varias casas y hasta de intento de asesinato. Sin embargo, el asunto (que data de mediados de la década de 1970) ha sido convenientemente explotada por Televisión Azteca con el fin de dañar la reputación del diario, que es quizá el más valioso capital del que puede disponer un medio informativo.

Pero no es el único escándalo mediático de los últimos tiempos: apenas hace unas semanas, aparecieron en Televisa y Televisión Azteca sendos reportajes donde se denunciaba el monopolio ejercido por Casa Saba como intermediario de la industria de medicamentos. Sin embargo, detrás de la justicia mediática estaba la intención de exponer malos negocios del socio mexicano (Casa Saba) de NBC (y detrás de ellos, General Electric) que ha declarado su intención de entrar en el negocio de la televisión abierta.

Por si esto fuera poco, en algunos programas televisivos de chismes se relaciona al propietario del diario El Universal en una relación “amistosa” con una actriz llamada Niurka. De pronto, justo al borde de las fiestas navideñas, una guerra de baja intensidad se esparce entre los medios de comunicación, sacando expedientes negros, arrojando luces sobre la vida personal de dueños y accionistas, mostrando facetas poco agradables de los negocios que participan (o desean participar) en el juego de la televisión.

En realidad no tengo el ánimo de proteger la honra de los propietarios de los negocios impugnados (tienen recursos suficientes como para defenderse por sus propios medios). Sin embargo, el panorama general es más que inquietante: lo que debería ser un asunto meramente mercantil (es decir, la concesión de nuevas frecuencias para nuevos canales de televisión) se está convirtiendo en un zafarrancho entre gángsters que defienden el derecho a surtir un barrio con estupefacientes a punta de navajazos a traición y golpizas en despoblado.

Sin embargo, ¿vale la pena este pleito? ¿Por qué luchar una guerra tan feroz por un medio de comunicación que según las tendencias tecnológicas será reemplazado por las señales digitales de alta definición en el transcurso de la próxima década? Sin ser un analista financiero, creo intuir un poco lo que hay detrás de tan temerarios ánimos comerciales y belicistas.

El argumento fácil es señalar que tanta rebatinga tiene que ver con el pastel publicitario que podría traer enormes ganancias a los empresarios que decidan incursionar en el ramo. Sin embargo, las tendencia indican que estamos viviendo las horas extra del sistema de publicidad basado en grandes canales de televisión que le hablan a todo mundo. La llegada de Internet y la expansión de los sistemas de televisión por cable han hecho que lenta pero inexorablemente, los grandes canales nacionales vayan perdiendo la audiencia masiva que lograron amasar durante varias décadas y que los obligó al inicio de la década a emplear recursos de bajo costo y alto impacto como los reality shows que que permearon las grandes cadenas nacionales a principios de la presente década y que las han obligado a incursionar en otros negocios como las teleapuestas.

Pero si no es la viabilidad financiera del negocio por la publicidad, ¿qué cosa hace que empresas se lancen a esta guerra sin cuartel? Probablemente la respuesta se encuentra justamente en la decadencia de la señal analógica y el surgimiento de la contraparte digital. Tecnológicamente hablando, la gran ventaja de la señal digital (que en México deberá establecerse a finales de la próxima década) es que ocupa un ancho de señal mucho menor que la señal analógica. Esto significa que cuando el proceso de transición a señales digitales haya concluido, las concesionarias se encontrarán con bandas de frecuencia liberadas de la necesidad de emitir señales digitales.

Debido al marco legal que hoy día existe en el país, el ancho de banda sobrante seguirá siendo usufructo de las empresas que las emplean hoy día para televisión analógica. Y señores, no hay un recurso tan caro (y tan escaso) como las frencuencias del espacio radioeléctrico. Apenas a mediados de la década pasada, cuando en Europa se construyeron las primeras redes nacionales de telefonía celular, los gobiernos subastaron las frecuencias necesarias al mejor postor y dichas subastas significaron desembolsos del orden de miles de millones de dólares. En México la situación no es muy diferente y a medida que las aplicaciones de tráfico de datos crecen (por medio de tecnologías como WiMax), las frecuencias disponibles van adquiriendo un valor paulatinamente mayor.

Sea por medio de la subasta del ancho de banda disponible a empresas como las telefónicas o el aprovechamiento propio para el lanzamiento de servicios de telecomunicación propios (a nadie extrañe ver en el futuro a una Televisa que de servicios telefónicos), el negocio se presenta lo suficientemente jugoso como para que valga la pena el gangsterismo rampante.

Así sea.

Wednesday, December 13, 2006

DE LA NECE(SI)DAD DE HABLAR

En la sociedad mediática que vivimos, los políticos emplean buena parte del tiempo haciéndose visibles ante la opinión pública. En casi todas las democracias, un político de ciertos tamaños debe hacerse notar, cual pavorreal en el corral, haciendo todo tipo de declaraciones a los medios, en los que toma postura respecto de cualquier tema que se le presente: puede ser lo mismo el aumento de un bien o servicio, alguna iniciativa de ley, algún evento deportivo o la coyuntura artística del momento (entendido artístico como aquello convocado por la exhibición de la artista de moda).

El entendido de esta declaracionitis se encuentra en la relación simbólica entre el habla y la acción. Es decir, si un político habla, se entiende que está trabajando, o que al menos está pensando en el mundo que le rodea. Esto, que puede ser una obviedad, se convierte en un acto de necesidad, considerando que la única forma en la que un votante mexicano puede percatarse de la actividad del cuerpo político, es a través de su exposición a los medios de comunicación.

Esta fue la necesidad la que llevó al diputado panista Raúl Padilla Orozco a decir hace un par de día algunas barbaridades relacionadas con la calidad académica de la UNAM al calor de una conferencia de prensa de esas llamadas “banqueteras” y que ocurren cuando a un personaje político involucrado en alguna coyuntura (en este caso un posible recorte presupuestal a las universidades públicas) se le avientan los reporteros y lanzan preguntas como quien echa arroz en una boda, en las esperanza oculta de que el interpelado de la “nota” por buenas razones (alguna respuesta que revele información inédita) o por malas (que desbarre y diga una pendejada).

El segundo fue el caso del diputado Padilla.

Y así, en la extensión de algunas palabras, los panistas se echaron encima no sólo a la UNAM, sino a todas las universidades púbicas, con todos los intelectuales que las habitan (material o simbólicamente), lo cual representa un enemigo formidable porque la izquierda tiene hábitat grato, refugio en malos tiempos e invernadero de futuros cuadros en las aulas universitarias. Y como un solo hombre, intelectuales, científicos y burócratas universitarios se alzaron en diversos tonos de colorado contra el panista (por decir la jumentez de que en la UNAM los alumnos pasaban con 5 de calificación) y al gobierno que les recorta el presupuesto por oscurantista y retrógrado. ¿Resultado? El jumento de marras, la secretaria de Educación y hasta el mismo Presidente han tenido que pedir disculpas a los cuatro vientos, echar atrás los recortes y jurar que no tienen la malvada intención de cortar el oxígeno a las universidades públicas.

Sin embargo, no por requemado, el tema no deja de tener un filo relevante. Ya desde la conformación del gabinete aparecieron voces escandalizadas de que los egresados de la UNAM no hubieran tenido cabida en el gabinete, privilegiando a los exalumnos de escuelas como el ITAM y la Universidad Iberoamericana. Esto me parece una tontería ya que, además de que el presidente en turno tiene el derecho de colocar en las secretarías a la gente que mejor le llene la pupila, es inverosímil señalar que un gabinete salpimentado de unamitas es mejor o más patriótico. Cabe señalar, a guisa de ejemplo, que algunos de los demonios más acreditados entre la izquierda como Raúl y Carlos Salinas de Gortari, egresaron de la UNAM, sin que esto represente desdoro de la institución que les otorgó educación. Lo mismo se puede decir de alimañas como Luis Echevería o José López Portillo.

Además, este escándalo ha dejado al descubierto un asunto inquietante: la UNAM se ha vuelto un ente intocable e inatacable. Las críticas a la institución universitaria se ven con muy malos ojos y es fuerza que comiencen las pedradas que señalan a los criticones como hijos de Slim (otro egresado de la UNAM) que buscan la destrucción de la universidad, su chatarrización y venta al mejor postor, que en las mentes de estos paladines de la justicia educativa, es algún instituto patrulla a lo bestia. Yo pondero y aprecio a la UNAM como cuna de preclaros talentos y de grandes cerebros, pero como obligado solidario e involuntario de la universidad (a través de los impuestos que pago a la de a fuerza) también exijo que el dinero esté bien pagado y no me parece que las aulas que albergaron a grandes académicos y premios Nobel, le den cobijo a tropas de burócratas universitarios que devengan sueldos sin que sepamos si lo que hacen es eficiente. Y que conste que esta queja la hizo Jorge Ibargüengoitia (egresado de la UNAM) hace ya tres décadas y Guillermo Sheridan en la década pasada.

Y una de arena para mi alma mater: Dr. Rafael Rangel, ¿por qué el Tec de Monterrey no aparece en el ranking de las 200 mejores universidades del The Times Higher Education Supplement?, ¿qué se va a hacer para que el Tec aparezca allí?, ¿en qué plazo podremos ver su debut en esta lista?

Friday, December 08, 2006

LOS TOROS DESDE LA BARRERA

Pues bien, debo decir con toda desfachatez de que me enteré de la asunción de Felipe Calderón como presidente de México, cómodamente sentado en el lobby del hotel W Times Square de Nueva York. Enviado a una asignación de una de las revistas para las que gustosamente laboro, sólo fue hasta que me conecté a la red que me enteré de que por medio de las artes mágicas de la televisión y del Estado Mayor presidencial fue que el presidente saliente y el entrante lograron hacerse del control del espacio necesario para que sucediera la ceremonia legal de la transmisión de poderes.

Aunque se ha discutido la temeridad (y del riesgo implícito) en el que incurrió Felipe Calderón al asumir en modo tan repentino su presidencia, a toro pasado puede afirmarse que era el único camino que le quedaba: de haber asumido su presidencia en otro lugar y de otro modo, cada decisión hubiera sido cuestionada severamente por la oposición, que le hubiera debilitado el ejercicio del poder y hubiera sido causal inclusive de controversias jurídicas interminables.

Y de todo el desmadre me vine a enterar a miles de kilómetros de distancia. Y debo agregar, como se lo he dicho a mis amigos, que esta clase de teatros allende las fronteras sólo sirve para nutrir la sección de notas curiosas y los espacios previos a los comerciales. En los Estados Unidos han perdido el contacto con su vecino sureño y han renunciado a él de la manera más cruel que existe: borrándonos del mapa.

Pero en cierta medida no los culpo. La única cosa por la que destacamos es por la cantidad de migrantes que el país les arroja diariamente en sus fronteras, las escaramuzas entre narcotraficantes y policías (amén de otros crímenes que allá consideran totalmente barbáricos como las decapitaciones que aquí ya son parte de la existencia cotidiana) y las interminables escenas de nuestra transición a puñetazos y sillazos. ¿Cómo tomar a nuestro país en serio?

Pero regresando a Nueva York, para uno que apenas comienza la vida viajera, es impresionante lo hermoso que puede ser el caos cuando es debidamente ordenado. Tomemos el ejemplo de Times Square (zona donde me hospedé varios días): bulliciosa, ruidosa y atormentadoramente BRILLANTE (por allí leí que es la única zona del mundo que requiere a sus inquilinos colocar anuncios luminosos). Sin embargo, el orden es impresionante: la prescencia policíaca es discreta pero muy presente, y aunque como buen forastero, me sentí muy inseguro, todo fue cosa de algunas horas para que me aventara a salir del hotel en busca de una tienda de Apple a eso de las 10 de la noche.

A esa hora todo mundo saca la basura a las aceras y se forman verdaderos muros de bolsas negras que generan una atmósfera poco acogedora (si tomamos en cuenta que además por las coladeras sale un vapor entre siniestro y malolinete. Sin embargo, para las 7 de la mañana toda la basura ya había sido recogida y las calles mostraban una soledad helada que paradójicamente tranquilizaba el espíritu cual si fuera el preámbulo silencioso de una sinfonía caótica… un poco como la Rapsodia en azul de George Gershwin.

Me encantó la ciudad, su frío, su ambiente incomprensible y a la vez acogedor; la monumentalidad que lo rodea todo, el enredado vericueto de todos los idiomas que allí se hablan, las combinaciones infinitas de la gente que allí reside y sobre todo, sentir el espíritu de una urbe que mantiene un equilibrio delicado entre la diversidad y el propósito común. Una cosa que puede atemorizar a unos, pero en lo personal me sedujo.

Además, se pueden conseguir computadoras maravillosas en la tienda Apple de la quinta avenida. Je.

APUNTE POLITICO: SE ACABO EL PAN DE A PIQUITO
Y llegó Calderón y mandó parar. De un día para otro hemos visto cómo el desorden foxista es reemplazado por una aplicación de la ley y el orden que para algunos ha sido excesivo, pero que definitivamente muestra una diferencia respecto del caos que dominó la caída anímica de Vicente Fox, quien después de su fallido desafuero perdió todo el aire y terminó hundiéndose en la depresión y por poco y el desmayo.

Las detenciones realizadas en Oaxaca han hecho que los appistas (es decir, los seguidores de la APPO) se tengan que poner a resguardo de la acción de las autoridades. Es muy temprano para decir si la cosa terminará aquí o si seguirá con las baterías apuntando al gobernador de Oaxaca, quien cree que con esto la cosa ya terminó y su cabeza se ha salvado.