Saturday, December 29, 2012

A POSTERIORI

¿Hay venganza?

Hace unas semanas me enteré de lo que había sucedido. Se casó finalmente. No lo digo con especial satisfacción. Fue un poco raro porque la noticia llegó con más de un año de retraso y en realidad fue algo que me sorprendió por el carácter del esposo. Pero eso no es cosa mía.

En realidad me sorprende el desenlace de esta historia que se prologó por más de 20 años. No esperaba que el día señalado llegara a suceder; el día para cobrar la vieja cuenta, para señalar con todas las letras y a voz en cuello que he triunfado, que cuando envió un correo señalando que había cometido un “enorme error”, no era más que un sueño que ella tenía de hacerse con el control de una situación que la rebasaba por entero. El hecho de que mi personalidad ya está más lejos de ella que de mí o que de nadie.

Como una suerte de historia contrafactual, la vida está llena de “what ifs”. ¿Qué hubiera pasado si ella se hubiera decantado por otra persona aquella tarde de nuestra adolescencia incomprensible? Las opciones que la vida nos proporciona son extrañamente ciertas y al mismo tiempo inesperadamente sorpresivas: quizá nuestras vidas estarían unidas de una manera jamás esperada; quizá pudieron haberse creado universos paralelos; a lo mejor podría estar soñando escribir este texto mientras en la recámara de al lado un par de críos y una esposa me estarían esperando.

Pero decidí que no fuera así. Una pequeña diferencia trivial de unos pocos días que poco a poco fue creando una realidad propia y un par de destinos separados que sólo se encontraron fortuitamente entre la casualidad y un ligero deseo de revancha. Pero, cosas de la vida, el destino la colocó en un lugar muy lejano, un poco como a mí, un poco apartados en ambos lados del universo. Ella en su vida, yo en la mía y ambos quizá reconstruyendo la quimera de una existencia que jamás será como en algún momento deseamos que ocurriese.

Así es la vida, después de todo; una serie de caminos que se hallan o se dispersan por en medio de todo. Una existencia que no se entiende si no es por la serie de coincidencias que nos ponen uno frente a otro, pero que no cesan de separarnos cuendo es preciso y necesario. Pero es la ley de la naturaleza y de la existencia; que nadie dude de ello.

La coincidencia le da orden a nuestras vidas.