De todos los países del mundo, sorprende que Francia sea el epicentro de la última ola de violencia que el mundo vive. Siendo uno de los países que con mayor tesón atienden las preocupaciones sociales de sus ciudadanos, un lugar donde el Estado procura garantizar la existencia digna de sus habitantes con iniciativas que nos parecen utópicas como el seguro del desempleo y amplios sistemas de vivienda social no parecería el mejor lugar para hacer estallar la violencia sin control en diversas ciudades de Francia.
Hasta donde se sabe, todo comenzó hace más de una semana cuando en una redada policial, un par de jóvenes que escapaban cometieron el fatal error de meterse a una subestación eléctrica donde murieron electrocutados. Después la cosa ha ido de quemar automóviles y confrontar a la policía antidisturbios cada noche, causando enormes daños materiales y provocando en la población un estado de temor que ya algunos categorizan como "guerra civil".
Cientos de automóviles incendiados y docenas de locales comerciales y educativos dañados han develado una situación incómoda dentro de Francia: los responsables de estos desaguisados son en general jóvenes que van de los increíbles 10 años de edad hasta los 25 años. Algunos ya poseen expedientes criminales, mientras que otros son jóvenes que han vivido en una marginalidad que los ha dejado de lado de la educación, del empleo y del desarrollo cultural.
Hijos de migrantes, a medio absorber entre la nación a la que pertenecen y las raíces de las que provienen, han terminado desterrados de la sociedad y confrontados a una realidad extremadamente incómoda en una nación que se presume cuna de la modernidad: el racismo. Los testimonios que han aparecido en virtud de la violencia muestran el cuadro de una sociedad que no los quiere y los aísla de cualquier cosa que represente integración a la sociedad francesa blanca y posmoderna. Lejos de la educación y los empleos estables, miles de ellos se quedan viviendo en el limbo de una existencia donde si bien el hambre ha sido ahuyentada definitivamente, viven una vida sin esperanzas de llegar a algún lado y sobre todo alejados de la nación a la que se supone pertenecen.
Los orígenes magrebíes de estos chicos (casi todos hijos o nietos de inmigrantes provenientes de las excolonias francesas en Africa) agregan un tema incómodo a la ya de por sí complicada ensalada: el temor que el Islam causa en Europa. En un continente donde las oleadas migratorias provenientes de Africa y Asia no cesan, desata toda una serie de temores acerca de la sobrevivencia de una Europa cristiana que poco a poco se ve invadida por millones de personas que no sólo profesan otra fe sino que (como ocurre con los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos), su integración a la nueva nación es demasiado lenta o de plano nula.
Hasta el momento la violencia no sólo no parece detenerse, sino que más bien augura su recudecimiento. Los políticos franceses (como los de aquí y de otras partes del mundo) sólo han sabido salir ante la emergencia con fórmulas acartonadas o de plano anticuadas. El Ministro del Interior ha llamado a resolver esto con mano dura y los sindicatos policiales (así como una parte de la opinión pública) ya piden la intervención de las fuerzas armadas. La lucha de dos ministros que ya se perciben como candidatos presidenciales para las elecciones del año 2007 (el Minstro del Interior Nicolas Sarkozy y el Primer Ministro Dominique de Villepin) le agregan un inquietante elemento al conflicto ya que este conflicto se ha vuelto una llave que podría darle una ventaja decisiva a uno u a otro en su camino a la silla presidencial.
Mientras tanto, la violencia ha llegado a las puertas mismas de París, sin que se sepa cómo va a terminar esta suerte de guerra entre la policía y quienes se toman la venganza quemando coches a manasalva, como una suerte de revancha contra una sociedad que en su huída hacia adelante los ha dejado sentados al borde de la carretera.
Quizá convendría escuchar una canción de un proyecto Asian Dub Foundation titulada Fortress Europe, de la que les comparto algunas frases.
We're the children of globalisation
No borders only true connection
Light the fuse of the insurrection
This generation has no nation
Grass roots pressure the only solution
People get ready it's time to wake up
Tear down the walls of Fortress Europe
No comments:
Post a Comment