Thursday, March 23, 2006

AGUAS CON MI AGUA

Pues bien, el IV Foro Mundial del Agua concluyó y como dicen por allí, aquí se rompió una jerga... y cada quién para su casa. Siendo crítico con el evento, debo decir que me decepcionó notablemente la carencia de sustancia. Sí, hubo interesantes ponencias; sí, hubo planteamientos serios y muy detallados sobre la forma de lidiar con diversos problemas relacionados con la extracción, manejo y administración del agua. Sí, hubo protestas valiosas que llamaron la atención sobre la en ocasiones desastroza política hidráulica que produce problemas como la construcción de presas que destruyen ecosistemas completos y a sus habitantes.

Sin embargo, debido a que los documentos firmados al final del evento no tienen más valor que el que cada representante nacional quiera darle, es casi seguro que terminemos con un cerro de hojas de papel (yo tengo uno junto a mi escritorio) con muchas palabras acerca del agua, pero muy pocas acciones directas. No digo que haya tenido que hacerse una cumbre que definiera el futuro del agua (eso es casi imposible al día de hoy), pero con un evento más modesto nos podríamos haber ahorrado algo de los más de 10 millones de euros que según el reporte de hoy en Televisión Española, se gastaron en esta onda. Por cierto, ¿cómo es que el costo del foro primero ha sido difundido en medios internacionales que en México?

Sin embargo, no hubo pérdidas totales. Como periodista freelance, obtuve muy buenas ideas, hice algunos contacto interesantes y me di cuenta de lo crítico del recurso acuífero al punto en que ahora en verdad me fijo a la hora de cerrarle a la llave del agua. Pero además, me quedó en la cabeza una idea muy clara.

El debate sobre la cuestión de privatizar o no el agua es una necedad. El agua puede ser tan gratuita como el aire, pero si no se saca de sus reservorios, se potabiliza y entuba, su utilidad es la misma que la de un lingote de oro en una isla desierta. Dado que cada vez hay más gente que demanda agua y que este es un recurso cada vez más escaso y frágil, la única manera de mantener el suministro constante es invirtiendo (y mucho) en tecnología para mejorar la extracción, disminuir al mínimo las pérdidas y extender las redes de distribución, y señores, eso cuesta dinero. En la expo del agua vi tecnología que permite disminuir casi a cero las fugas de agua y crear ciclos cerrados donde ni una gota de agua se vaya al desagüe sin al menos haber servido un par de veces. Pero crear esa tecnología cuesta, y mucho. La idea de que el agua es un recurso al que todos tenemos derecho suena muy bien y tranquiliza las conciencias pero el hecho es que hay que pagar, y mucho, para que el agua llegue.

Irónicamente, de una manera u otra, todos acabaremos pagando el agua. Si se mantienen las empresas públicas con sus subsidios y uso discresional, los contribuyentes pagamos indirectamente al tapar los hoyos de los déficits y las administraciones ineficientes. Vamos a pagar de todos modos si una empresa privada potabiliza el agua; al menos hasta donde tengo idea, ni los que cavan los pozos, quienes instalan las tuberías o los que llevan la cuenta del agua recibida; nadie lo hace por amor a la humedad. Además, pensar románticamente que el consumo de agua disminuirá sólo con buena voluntar y campañas de "concientización" es simplemente ingenuo. Si mal no recuerdo, hace 20 años se hizo la más célebre campaña por la conservación del agua (la del gordito que decía ¡ciérrale!), ¿consumimos menos agua por ello?

La ecuación es simple, se necesita tecnología, la tecnología cuesta y alguien tiene que pagar por ella. Y ese alguien, creo, tiene nuestro rostro.

Saturday, March 18, 2006

UN ACCIDENTE

No puedo dejar de pensar en lo sucedido hace algunas horas en la carretera México - Pachuca; no sólo por que la docena de muertes ha sido una tragedia que sobrepasa nuestra tétrica ceguera ante accidentes y muertes que suceden día con día en esta urbe (para mayores señas, ver el periódico cada día en la sección de justicia). Lo que me sorprende es que, con tan pocos datos, tenemos una radiografía oscurísima del sistema educativo de nuestro país.

Aunque apenas hay pedazos desperdigados de información sin ensamblar, tenemos casi todos los elementos dispuestos. Una escuela que organiza improvisadamente una visita a una fábrica (al punto que los regresaron sin siquiera abrirles la puerta), un camión contratado de manera irregular y manejado por un chofer que por lo menos, se dio a la fuga y que por lo menos es acusado de haber conducido a altas velocidades y en un estado mental alterado. Un vehículo seguramente en condiciones deplorables, al menos lo suficientemente malas como para que el eje se rompiera (al menos en la versión oficial) y lanzara a un abismo de 8 metros el vehículo con sus ocupantes.

Una historia que seguramente se perderá en el mar de las calamidades chilangas y cotidianas, una tragedia para familias que aún ahora se dedican a la búsqueda de sus familiares. Sin embargo, los detalles siniestros no dejan de hacerme pensar en la forma en que el sistema educativo nacional se encuentra, ¿organizado? Pero antes de que quienes tienen a sus hijos en escuelas privadas comiencen a suspirar de alivio, yo dejaría la malora pregunta: de siete de la mañana a dos de la tarde, de lunes a viernes... ¿sabe con quién están sus hijos?

Apunte personal: viernes pasado por agua
En mi calidad de asistente al Foro Mundial del Agua, sólo se me ocurre decir que el evento de tan grande ya se convirtió en kafkiano. Incomprensibles las extremas medidas de seguridad (digo, qué necesidad de pasar por revisiones de metales una y otra vez), incomprensible el sistema de registro (docenas de periodistas nos encontramos con que la mesa de registro estaba en un rincón de la sala de prensa, atendida por algunos voluntarios que haciendo gala de voluntad trataban de mantener el orden en el caos mientras al lado una sala con al menos un centenar de relucientes computadoras nos ofrecía Internet de alta velocidad).

¿Alimentación? Un sandwich, un hot dog, una bolsa de papas fritas, un agua de jamaica y un vaso de té helado (aunque puedo aducir que eso fue culpa mía). Las conferencias creo que valieron muy bien la pena ya que, para mi sorpresa, los catalogados como demonios privatizadores (sí, los encargados de administrar los sistemas privados de potabilización y distribución de agua en el mundo) más bien se declaran preocupados (y lo mejor de todo, ocupados) en hacer que los proyectos hidráulicos dejen esa aura siniestra de destrucción ecológica y soberbia frente a los afectados que les ha acarreado las furias (reales e imaginarias) de globalifóbicos y otros mientamadres progresistas.

Sunday, March 05, 2006

Y RETIEMBLE EN SUS CENTROS EL MONO

Pues vaya, ahora resulta que soy el último de enterarme de muchas cosas del periódico al que estoy suscrito. Resulta que el 5 de febrero no apareció en la edición del diario Reforma un editorial gráfico que mostraría por primera vez en un medio impreso mexicano las famosas imágenes de Mahoma que desataron un conflicto frontal entre el Islam y Occidente. Por si alguien no sabe qué caricaturas son, este es el link del cartón "editado" que explica a situación.

http://pacocalderon.net/xoops/modules/myalbum/photo.php?lid=1565

Pues resulta que el diario Reforma en efecto, decidió mantenerse al margen de la polémica y evitó inmuscuirse en un problema que, aunque ocurre el otro lado del mundo, no se puede garantizar que no hubiera tenido repercusiones funestas. He aquí la explicación del monero Calderón sobre el asunto.

http://pacocalderon.net/xoops/modules/myalbum/photo.php?lid=1570

Hace mucho tiempo se pensaba que estos debates sobre lo que debe ser publicado y sobre las formas de hacerlo habían quedado rebasados por la realidad de una mayor apertura en la libertad que Occidente garantizaba pero... después del 11 de septiembre y con ejércitos de Occidente metidos en el corazón del mundo islámico las cosas ya no se pueden hacer sin pensar en las posibles consecuencias. Más allá del debate famoso quisiera decir que me parece terrible el punto al que han llegado las cosas para que un país que virtualmente no tiene relaciones (buenas o malas) con el Medio Oriente se vea en la necesidad de medir milímetro a milímetro las palabras y las imágenes.... no sea la de malas.

Apunte político: rostros que quiero ver ocultos
De las cosas que más me afligen en esta temporada de jaleo político es la necesidad (y la necedad) de que en la propaganda de todos estos personajes (nomás para documentar el terror, tan sólo en el PRI hay 4 mil aspirantes a diputado en la sala de espera del dedazo) aparezcan sus caras en lugar de sus ideas. Y eso me pone los pelos de punta porque, hay que decirlo, un buen político (o política) no es necesariamente una belleza. En los anuncios que han invadido los postes del rumbo por donde vivo (como bien saben, vivo en el Estado de México) me tengo que ver con sus caras todos los días cuando salgo de mi casa. Uno que otro rostro pasadero pero por lo demás, sonrisas con demasiados dientes para pasar com honestos, papadas disimuladas con holgadas corbatas, expresiones petrificadas por la demanda del asesor de imagen política y en general, caras que más valdría no ver para no sentirse uno en el desamparo.

Del mundo político, puedo contar con los dedos de una mano los rostros agradables: la subprocuradora para delitos electorales Ma. de los Angeles Fromow (quizá la cara más linda del servicio público mexicano), la aguerrida asambleísta chilanga Gabriela Cuevas (panista con la juventud en su descargo de las tonterías que le han hecho hacer como pagarle la multa al Peje durante los días del desafuero) y pare usted de contar. Desafortunadamente este imperio de las imágenes ha hecho que rostros usualmente impublicables nos tengan que atormentar.