Tuesday, November 04, 2008

VER LA HISTORIA PASAR

Finalmentem Obama ha llegado a la presidencia de los Estados Unidos. Esto se dice fácil, pero recuerdo que una vez que pasé por el aeropuerto internacional de Atlanta tenían fotografías de las grandes manifestaciones por los derechos civiles. Impresionante no sólo la energía de la gente, sino la brutalidad de la policía, quien cargaba contra ellos no sólo con macanas, sino con gases lacrimógenos, perros y hasta balazos.

Y hétenos ahora que... Barack Obama es Presidente de los Estados Unidos de América.

Tom Toles del Washington Post lo pone de manera clara, elocuente y conmovedora.

Y por una vez, sentado frente al televisor, cuando salió Obama frente a la multitud a saludarla y darle las gracias, aplaudí.

En ocasiones, el bien puede prevalecer... cuando es más numeroso que el mal.

Y la otra historia...
En uno de esos giros extraños del destino, un accidente acaba de cambiar, sutil y sangrientamente la historia de México. Juan Camilo Mouriño muerto no sólo es un golpe administrativo. Con su muerte, quizá lo que hubiera podido ser la posibilidad más fuerte del PAN para mantenerse en la Presidencia en 2012 se ha perdido. En términos políticos, quizá en este momento, el PAN ha quedado sin posibilidades de un tercer período en la presidencia.

En cuanto al Presidente, no sólo pierde a un cercanísimo amigo por quien estuvo dispuesto a pagar el precio de mentenerlo tras un escándalo político y colocarlo como gran coordinador de la reforma petrolera. Sin esa pieza fundamental, se queda sin Secretario de Gobernación, pieza importante durante las elecciones de 2009, sin eje para coordinar las acciones políticas del gobierno y ahora, forzado el presidente a hacer movimientos en su equipo, que de por sí ya recibe el impacto de la crisis económica.

Y además, no olvidemos el accidente en sí mismo. ¿Accidente?, ¿atentado? En la medida que se sepa la verdad de lo ocurrido, no podremos saber con certeza si la guerra contra la delinciuencia organizada (como le dicen las autoridades) se ha cobrado su primera pieza de alto calibre lo cual, sería realmente pasar a una etapa ominosísima para la seguridad del país.

Y finalmente, el ánimo de Calderón. Sin su amigo más cercano; sin su aliado de todas las confianzas, un presidente que valúa la lealtad como un valor supremo, quién sabe cómo cambie tras este incidente. Quizá nada, pero quizá algo.

Pero eso incluso, podría ser demasiado

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