Wednesday, April 22, 2009

WEBCOMICS

Pocos saben que los cómics me han acompañado desde mi adolescencia.

En un principio yo leía los cómics que aparecían en el periódico y los que mis padres me compraban. Sin embargo, al llegar a la adolescencia, gracias a la involuntaria ayuda de mi amigo Ch y de un profesor izquierdista, fue que descubrí lo que en aquellos años (principios de los 90) era la subversión con monitos.

Las Histerietas, suplemento dominical de monitos del diario La Jornada.

Y de allí me hice fan. Desde cómics conocidos por todos como Garfield y Mafalda hasta los en aquel entonces indecentes El Santos y la Tetona Mendoza que se complacía en escandalizar al respetable con historias de drogas, sexo y escatología.

Y vinieron muchos más. Sin embargo, con el tiempo, la tira ya no se publicó, pero me quedé prendado del género, pero en formato libro. Lo mismo leyendo los libros de Rius y libros con monitos varios. Sin embargo, admito que el material en este país suele ser escaso y por m uchos años me conformé con algunos libros de Quino y historietas que no llegaban a ninguna parte o que desaparecian demasiado pronto (como El Bulbo, un cómic de culto de Bachán).

Y entonces llegó Internet.

En una etapa ya no muy temprana de mi vida (es decir, hace un año) Internet me hizo volver los ojos hacia los monitos. Esto y un libro titulado Reinventing comics, me hicieron retomar el sendero perdido.

A manera de agradecimiento pongo algunos de mis webcomics favoritos:

- Caballo Negro: Es preciso leerlo desde el primer episodio, pero me atrevería a decir que de lo mejor que se ha hecho en cuanto a cómics en este país en los últimos años. Más allá de los clásicos temas "subversivos" (drogas, sexo) van por cosas más complejas: soledad, deseo, la muerte. Incluso en su primera fase, el autor no decepciona con su narrativa que lo deja a uno pensando si estará escribiendo algo real o una ficción.

- Cindy la Regia: Sí, es clasista. Sí, es fresa. Sí, es mocha. Sí, es de la clase de mujeres que jamás me toparé en el metro. Pero refleja con una dosis excelente de ironía la carga que implica ser una chica adinerada y soltera en el siglo XXI en San Pedro Garza, el municipio más rico del país y quizá de América Latina.

- Dilbert: El webcómic para leerse en la oficina. Honestamente lo leo para sentir lo que sentiría de trabajar en una empresa como lo hice hace muchos años Hicieron una adaptación en televisión definitivamente inferior, pero el cómic me encanta.

- xkcd: Lo leo para mejorar mi inglés. Su humor es el top tier de los geeks. Referencias a códigos de programación, sexo con pelotas de plástico.... ¡the Matrix! Es lo que que hay que leer para estar en la movida tecno.

- El Bulbo: Cuando pensaba que El Bulbo jamás volvería me entero que regresó como tira cómica. Es maravillosa. Quizá el tipo de humor que debí haber leído cuando era un adolescente irónico y sin novia a la vista.

Y esto que no he hablado de manga.

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