Este es el mantra que el gobernador de Puebla recita incesantemente cadad día, al menos desde que en la semana se reveló la asquerosidad de las conversaciones entre el gobernador y un empresario textil de ese estado, que al parecer ha empleado sus influencias en el ataque de una periodista que lo involucra en un muy oscuro escándalo de pederastia y que no dudó en usar la mexicanísima palanca para hacerle pagar a la periodista su indiscreción. El cinismo con el que dicho gobernador ha manejado el asunto y sobre todo, su soberbia para ponerse por encima de la situación, recurriendo a expedientes ya oxidados como el organizarse nefastas y ridículas "manifestaciones de desagravio" como la realizada hace un par de días.
Irrealmente, la balanza se inclina más y más por el gobernador de marras ya que a medida que pasa el tiempo, se vuelve más posible que pueda sortear el escándalo, siendo que en el terreno de lo legal no hay un camino sencillo que permita la remoción del gobernador. Desafortunadamente algunos de quienes ahora lo condenan y demandan su cabeza, inadvertidamente le han ayudado a salvarla. Este es el caso del candidato presidencial Peje, quien puso ejemplo que con los adecuados goznes y mecanismos políticos, es posible que la ley pase por el arco del triunfo y que por la aguja de los justos pasen Bejaranos, Ahumadas, Ponces y demás alimañas que se nutren de las sombras del poder. Hoy el gobernador de Puebla lo sabe (e incluso lo ha expresado): que tranquilamente puede pasar por este pantano sin arriesgarse más que a rechiflas aisladas, ahora que el poder presidencial ha muerto, ni siquiera el Presidente puede hacerle algo.
No se puede decir lo mismo de su compadre textilero, el afamado Rey de la Mezclilla, quien ahora está padeciendo, además de las oleadas de basura sacadas de sus propias acciones, una serie de revelaciones de que, como empresario ejemplar, evadía a las autoridades fiscales, al Seguro Social y a sus propios trabajadores, sometidos al régimen conocido del trato maquilador, una combinación espantosa de explotación económica y abusos personales sin fin. Sin embargo, a este hombre ya no lo dejarán en paz puesto que a medida que salen a la luz los turbios negocios de él y sus allegados (sorprendente la declaración de las autoridades de derechos humanos del estado que no conocían la existencia de una maquila al interior de un penal local regenteado por uno de sus amigos) las autoridades no tendrán más remedio que irse contra este empresario cuyo poder fue suficiente como para hacer que gobernadores le prestaran favores inmediatos (uno manipulando el aparato de justicia local y otro, el de Chiapas, acercándole solícitamente el contacto con los editores del diario La Jornada, como si el empresario no hubiera podido tomar el teléfono y marcar a la redacción).
Lo cierto es que el PRI pierde más de lo que gana con este asunto ya que si bien la población puede soportar (e incluso aprobar) la corrupción en el gobierno, estos asuntos que involucran abuso sexual a menores son de los menos tolerados, condenando severamente a quien los defienda. Si en el equipo de Roberto Madrazo piensan que este es un asunto que no les compete, quizá sería conveniente que lo reflexionaran detenidamente: el desprestigio de un gobernador cuyo partido no lo repudia por las barbaridades cometidas está condenado a padecer su suerte en los tiempos por venir.
Apunte personal: Regreso de Seattle
Los viajes ilustran, eso no tiene duda alguna. Por ello el viaje que realicé la semana pasada a Seattle fue sumamente ilustrador. Elimina algunas ideas falsas que uno mantiene por dentro (como la idea de que un día soleado es por fuerza un día caluroso) y que le permite a uno explorar nuevas experiencias hedonistas (una maravilla eso de pasearse en bata después de un relajante baño de tina en el piso 45 de un hotel de la ciudad mientras el paisaje iluminado de la ciudad enreda la imaginación del viajero).
Cierto, el viaje no fue de placer (hay que escribir un buen artículo acerca de las novedades aviónicas de Boeing), pero ciertamente es maravilloso conocer nuevas tierras, escuchar nuevas músicas y mirar nuevos paisajes. ¿Alguien desea una pata de cangrejo de Alaska bañada en mantequilla derretida?
1 comment:
Yo si le acepto no solo la pata del cangrejo si tiene eso y unas anchoas se lo agradecere Lic.
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