HUMOR INCOMPRENSIBLE

Bien dicen por allí que uno no puede considerarse ciudadano de un país sino hasta que ha logrado comprender su humor.

Y eso me ha sucedido a mí.

Esta es la primera vez que veo una sesión de “stand up comedy”, un concepto que en México dejó de hacerse hace más de medio siglo (con la muerte de las carpas).

Las cosas es que del 100%, quizá sólo me pude reír del 20% o menos de las bromas. Digamos que cuando comenzaron las bromas de George W Bush y de Donald Rumsfeld y de la Rana René, todo estuvo bien, pero cuando comenzaron las bromas acerca de John Madden, de los narradores del basquetbol y de otras cosas más allá de mi comprensión, la gracia se me acabó.

Curiosamente, el comediante de marras se da vuelo pegándole al presidente. Y digo que curiosamente porque en el país, después de ya más de un sexenio de régimen democrático, la comedia hacia la figura presidencial brilla por su ausencia. Es algo muy extraño, pero bueno, quizá con el propio desprestigio presidencial ya tenemos suficiente para llorar o reir.

Bueno, no debería sentirme mal. Lo que siguió fue una sesión con Collecttive Soul, un grupo de rock que me ha parecido bueno, pero en lo personal no me haría fan.

Y bien, ya estamo al borde de salir de regreso a la Ciudad de México. No pude esquiar, pero si me lo preguntan, ni siquiera se me antojaba, aunque me han sentenciado que para el próximo año, habrá esquí.

Que cosa.

Calderón cruza el Rubicón
A quererlo o no, con las muchas o pocas armas en la mano, el presidente Calderón ha decidido cruzar el Rubicón y lanzarse con la dichosa reforma energética. En lo personal me parece de lo más lamentable que se haya hecho de un equipo de voceros comandado por Facundo, Maribel Guardia y Andrea Legarreta, siendo que en teoría el debate debía ser de argumentos y no de clichés.

La cosa ahora es la cosa ha quedado clara. O vence Calderón o su sexenio tendrá que correr por la carretera del fracaso; más o menos lo que pasó a Fox con lo del aeropuerto. Lo malo es que, una vez más, el presidente ha decidido hacer una apuesta muy fuerte en la que está empeñando todo su capital político. Sin embargo me temo que las cosas será una guerra política sangrienta y por momentos violenta fuera de los recintos.

Me temo que las cosas se llevarán de una forma que ni siquiera podemos imaginar. Pero bueno, como dicen por allí, ya hemos cruzado el Rubicón.