Lo mejor del asunto es que, como niño de primaria, me premiaron con un 10 de calificación, cosa que no había vivido desde hace años.
Pues felicidades para mi, felicidades para mis compañeros y lo mejor de todo, aún tenemos dos viajes pendientes para seguir con mi rol de periodista de la televisión.
¡Y son viajes a la playa!
MÁS DEL PROBLEMA DE LOS EMOS
El debate que he estado leyendo acerca de la animadversión contra los emos me parece algo extraño porque siempre se ha pensado que en cierto sentido, todas las subculturas urbanas en cierto sentido son aliadas para sobrevivir contra el mainstream.
Pues resulta que no precisamente.
Las diferencias entre tribus urbanas son más que diferencias. Es un poco extraño pensar que los punks ahora se consideran el mainstream con el deber de mantener la línea ideológica del movimiento y con la capacidad moral de señalar a otros como no auténticos.
Sin embargo, estos incidentes hablan más de lo que uno piensa. Muestran una sociedad donde el otro (aún el otro del otro) puede ser objeto de la violencia y la marginalización. Sin embargo, nuestra bien pensante izquierda siempre consideró que tal fenómeno era inconcebible y menos entre jóvenes,
Pues bien, aquí lo tenemos. Jóvenes ejerciendo la discriminación activa contra otros jóvenes. Desafortunadamente este problema no se resolverá con ridículas mesas de negociación que no representan a nadie contra nadie y no ofrecen en el fondo una solución de problemas que se están debatiendo en el espacio de Internet y aunque los golpes ocurran en el mundo muy real.
Y finalmente, un post de uno de mis blogs favoritos, que me conmovió profundamente, escrito por un periodista a la muerte de un colega.
Descalzo, sin botas ni uniforme, en humilde y pobre hábito civil, con la mano desnuda y sola, y un lápiz, tal como empieza y termina ese oficio de contador de lo que sucede que no todos saben hacer grande y hermoso. Por eso podemos sacar brillo al tópico: con las botas puestas.
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