Sunday, May 28, 2006

PROBLEMAS ESTRUCTURALES

Cada semana que escucho que el PRI se desbarata lentamente, como un búfalo hundido en un pantano, no me alegro, al contrario, me siento mal. La caída del sistema priísta, que se vislubraba hace seis años como un pasaporte a una nación mucho mejor se trocó una muy amarga lección de política y sociología, porque de pronto nos dimos cuenta de que el sistema priísta no sólo estaba incrustado en el nivel formal de la política (cámaras de diputados y senadores, gubernaturas y presidencias municipales). El problema es que el sistema priísta estaba enraizado dentro de la sociedad mexicana.

Esto, que aparentemente es cosa de politólogos y sociólogos clavados, se ha convertido en un problema gravísimo, ni más ni menos porque la caída del sistema priísta ha acarreado el derrumbe de buena parte de la estructura social que mantuvo al país en relativa calma durante más de siete décadas. Y que conste que no estoy abrogando por el regreso de los dinosaurios y otras alimañas que adornaron la estructura política mexicana de los últimos tiempos.

Cada semana que el PRI sigue desbaratándose, aparecen nuevos caciques, libres del control partidista, dispuestos a usar su poder a todo lo que da. Con cada expulsado del PRI, un líder vecinal y de colonos queda libre para actuar mercenariamente, vendiendo a sus agremiados como si fueran cabezas de ganado. Cada escisión del PRI deja líderes sindicales libres para emplear su sindicato como pistola y martillo en la enorme labor de venta de su protección cual si fuera gángster.

Peor aún, hay quienes relacionan el aumento en la criminalidad y el dominio del narcotráfico en ciudades enteras del país (sólo para empezar, ¿qué tal la frontera norte?) tiene que ver con el paulatino abandono de los sistemas simbióticos que permitían la coexistencia pacífica de autoridades y delincuencia. Los delincuentes ya no saben con quién negociar el control de las plazas, lo que ha desembocado en una guerra sin cuartel entre cárteles y en el desdoblamiento del crimen organizado hacia zonas más repugnantes como el secuestro.

Quizá no lo hemos ponderado conscientemente, pero en esta coyuntura electoral (donde hasta el IFE está siendo objeto de denuestos y alarmantes muestras de desconfianza) es de pensar que la siguiente transición debe estar planeada exahustivamentem con el fin de evitar que los restos del sistema político en agonía se desplomen encima de nosotros.

Apunte político: allá del otro lado
Cada que pasa el tiempo, la sociedad mexicana se va dando cuenta del tipo de persona que elegimos como presidente hace un sexenio. Un hombre invadido por la frivolidad y la necedad. Las autoridades electorales e inclusive judiciales han dicho en todos los tonos posibles que no le eche gasolina al fuego electoral, denostando a su fantasma personal del populismo y aprovechando cualquier espacio para echarnos sus choros inconmensurables, sin pensar en que eso que hace es justamente algo que podría revertírsele a su candidato; no porque sus palabras conmuevan al electorado, pero debido a que es un hombre ya tan devaluado, podría terminar perjudicando a Felipe Calderón en lugar de beneficiarlo. Pero el presidente ya parece estar más allá de todo y quizá sólo le importa (como buen padre) que su hija tenga un feliz matrimonio.

2 comments:

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