Saturday, January 05, 2008

ARISTEGUI PA' FUERA

El medio de los medios de comunicación es muy chistoso, ya que por un lado las decisiones que se toman por dentro suelen ser sumamente herméticas y por el otro lado son un hervidero de chismes de toda calaña.

Así, no es de extrañar que lo sucedido el día de hoy con el retiro de Carmen Aristegui de su noticiario en la cadena W de la ciudad de México, se haya convertido en una olla de grillos. Para los fans de la locutora este hecho no deja de parecer un injustificable atropello a la libertad de expresión, así como un acto represivo. A ello no ayuda en nada el blandengue comunicado de prensa emitido por Prisa, que no aclara nada de lo ocurrido.

Sin embargo, aprovechando mis ratos de ocio, me pongo a hacer conjeturas. Al fin y al cabo, pa mentar madres este medio está mejor que mandado a hacer.

- Antes que nada, la plataforma: La cadena W, es propiedad de empresas privadas (Televisa y Prisa) que, hasta el día de hoy y bajo la legislación vigente, tienen todo el derecho de contratar y correr a quien quieran, otorgando las prestaciones y contribuciones que la ley establece tras el despido o cese de contrato.

- Creo que la decisión era, si no inevitable, lógica. Tras la adquisición de una parte de Televisa Radio por Prisa (a través del consorcio Unión Radio), las decisiones editoriales pasaron del control de México a una suerte de incomodato entre españoles y nacionales. De hecho, la revista Etcétera ha cubierto con gran detalle (considerando la secrecía del asunto) la difícil relación entre ambos socios. De hecho hace algunos meses incluso se llegó a hablar de la disolución de la sociedad que ampara las operaciones de W Radio en México, por lo que quizá es probable (paradójicamente) que los españoles quisieran un mayor control sobre los contenidos y el deseo se les haya concedido.

- Abaratando costos. Leyendo con un poco de cuidado el comunicado de prensa, una parte del meollo tiene que ver con el control editorial. Pero no con el control editorial en abstracto sino en las decisiones de producción. Se habla en el chisme que la estructura que Carmen mantenía sobre su programa no permitía compartir recursos con otras áreas de la estación y quería mantener el control absoluto. Producir un noticiario no es barato pues implica movilizar personal todo el tiempo y en muchas ocasiones sacarlo de la ciudad y si el equipo de Carmen no quiso entrar en alguna política restrictiva de gastos, no hay que ser un genio para determinar que simplemente decidieron cortar por lo sano.

- Un pedacito de radio: Es una realidad que los noticieros viven momentos complicados. Se habla de que tenemos más de un 50 noticieros radiales diferentes en la Ciudad de México. No he hecho la cuenta pero tan sólo podemos decir que cualquier estación de radio en la ciudad tiene por lo menos TRES programas informativos con una duración mínima de dos horas, cortes cada hora, así como dos estaciones dedicadas enteramente a las noticias (Formato 21 y Reporte 98.5) y varias dedicadas a la "radio hablada", que en esta ciudad implica un fuerte componente de noticias. Pues bien, de acuerdo con datos que ví el año pasado, todos estos espacios se disputan un territorio no mayor al 5% de la audiencia total en la ciudad. Me queda claro entonces que tanto noticiario ha canibalizado una franja pequeñísima de la audiencia, creando márgenes menores de ganancia para las emisoras.

- El fin de la bonanza: Curiosamente, tras la aprobación de la ley electoral, el financiamiento político para campañas en medios electrónicos ha sido recortado sensiblemente y quizá esta es una de sus primeras consecuencias. Con menos dinero disponible, las empresas radiodifusoras comienzan a recortar espacios noticiosos costosos en favor de formatos que agraden más a los patrocinadores privados, quienes usualmente quieren contenidos populares que les permitan llevar más audiencia hacia sus productos y servicios.

- El fin de las noticias: Como lo decía en un post anterior, el bache noticioso navideño me deja con la impresión de que la enorme coyuntura nutridora de noticias (el farragoso sexenio foxista y la dilatadísima campaña electoral del 2006 que comenzó en el 2003) se ha terminado y la fuente política va dejando poco a poco de tener grandes y continuos temas. Con un gobierno aversivo a cualquier exposición ante los medios, con un proceso electoral (mal que bien) concluido y con elecciones intermedias hasta mediados de 2009, la oferta noticiosa disminuye hasta niveles más razonables comparado con la erupción noticiosa del trienio pasado.

- Los actores políticos: Después de la derogación de la titulada Ley Televisa, ha quedado en suspenso el futuro del marco legal de los medios de comunicación electrónica. Ante este panorama, quizá la nueva política sea crear los menores espacios de fricción con los partidos políticos en un entorno que les aparece incierto.

- Y les cayó gorda Carmen: Es también probable que a la directiva de la estación se haya hartado con la postura de Aristegui, quien no ha cesado de mostrar su apoyo irrestricto a López Obrador, abriéndole tribuna por horas enteras a él y a sus voceros. ¿Un acto de pluralidad? Quizá, pero sus patrones quizá no lo consideraron así sino más bien un elemento de inestabilidad. Sabrá la empresa cuántos puntos de rating se ganaban o perdían cada que se le cedía el micrófono a Obrador.

Me gustaría cerrar con una cita del periodista Fernando Mejía, quien veía en toda esta "notificación" de la radio chilanga un dilema:

La pregunta es si la invasión verbal disminuirá después de las elecciones y la radio musical tendrá un repunte o si estamos ante una nueva tendencoa que se consolidará en la radio mexicana.

No comments: