Saturday, April 22, 2006

ASUNTOS VARIOS

¡Viva Napito!
Este fue el mensaje de guerra de los obreros que se lanzaron a la batalla hace un par de días, esgrimiendo su derecho a ser cabalgados por el líder Napoleón Gómez Urrutia, quien por cierto, dicen los díceres, se encuentra en Canadá, gozando la primavera boreal mientras de este lado del mundo, sus agremiados literalmente están dejando el pellejo por él. Al mismo tiempo, una ciudad está semiparalizada, las fuerzas del orden que pretendieron un rescate de instalaciones al estilo Rambo terminaron literalmente arrolladas por la fuerza de los buldózers de los huelguistas.

Para variar, el gobierno se encuentra sistemáticamente abatido por la situación: después de un manejo desastrozo de la caída del líder sindical (operada de un modo tan tosco que nadie puede dudar de la mano del gobierno metida en este asunto), el descabezamiento terminó generando el efecto contrario del que se buscaba originalmente y ahora buena parte de los miembros del sindicato (por buenas o malas razones) se encuentran defendiendo a su charro líder con huelgas y levantamientos que sólo atizan con más intensidad un fuego ya bastante alentado por las torpezas de un gobierno que sólo acierta a lidiar con la crisis... ¡anunciando que el Palacio Nacional se volverá museo!

Pasamontañas precioso
A estas alturas de la vida me sorprende que haya gente que todavía se sienta deslumbrada por el Subcomandante Marcos. 12 años después de que la capucha hiciera su debut en Chiapas, Olallo Rubio (antiguo locutor de Radioactivo y actual columnista del diario Excélsior) se siente inspirado para denunciar el cerco informativo que los medios le hacen a la campaña del Subcomandante Marcos (ahora rebautizado como Subcomandante Zero, apelativo seguramente sacado de alguna película de Bruce Lee o de perdida de Bruce Willis) y denunció que todo tiene que ver con el dinero. Al menos es lo que intepreto después de leer su columna de hace un par de días (http://www.nuevoexcelsior.com.mx/XStatic/excelsior/template/indexdetalle.aspx?s=1&sl=1&sc=469&d=3837) donde dice: "Ahora entiendo por qué ningún medio masivo cubre el recorrido de uno de los movimientos más importantes del país: a) no hay dinero; b) no promete dinero y, c), no genera dinero".

Pues yo creo que si la Otra Campaña, como se hace llamar, no ha sido cubierta por los medios de comunicación, no ha sido por falta de negocio. De hecho, creo que ya se le olvida a Olallo la enorme cobertura que tuvo la marcha zapatista que culminó en el Zócalo hace algunos años. Yo estuve presente y la cobertura mediática fue abrumadora: dudo que rating se hubiera elevado y el consumo de cervezas o condones se hubiera disparado mientras Marcos se echaba algunas metáforas en favor del color de la tierra; en contra de la globalización maldita que le da Internet para navegar y del mal gobierno que lo escoltó hasta el corazón del país e incluso le dio alojamiento en las instalaciones de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, que si mal no recuerdo es una institución pagada con el presupuesto del genocida gobierno.

Yo pienso que la falta de cobertura de la campaña zapatista tiene que ver con que Marcos (un maestro en el rubro del espectáculo mediático) no supo, no quiso o no pudo crear el ambiente propicio para que los medios quedaran prendados del show. Lo mejor que pudo hacer en esta ocasión fue treparse en una motocicleta con un gallo a bordo y salir a la extensa tierra mexicana en una gira bastante anticlimática. Y aquí la pregunta sería, ¿Olallo se aventaría las maratónicas asambleas de quejas y mentadas de madre si no estuviera el Sup allí? Pues yo sí estuve en el foro organizado por altermundistas durante el Foro Mundial del Agua (sin Sup de por medio) en el local del Sindicato Mexicano de Electricistas y que tenía por temática la cuestión de las presas: fueron horas de sopor donde discursos interminables agotaban la paciencia de los asistentes. La única propuesta que se recibió entre aplausos abrumadores fue la de ir a comer, eso si, gritando consignas en el camino al campamento en el Monumento a la Revolución y de paso entorpeciendo el tráfico.

La verdad es que las reuniones altermundistas son muy tediosas.

Así las cosas, aún con el más profundo ánimo contestatario y con un dueño de medios convencido de las bondades de la revolución de los pueblos, es logísticamente imposible cubrir tantas reuniones que tratan de lo mismo básicamente durante los meses que dura la campaña. Y además, como lo que el Subcomandante pretende (decirle no a la política y a los métodos de la política) de facto rechaza la intervención de los medios de comunicación (vendidos a corporaciones multinacionales) pues, ¿qué caso tiene cubrir algo que es más o menos, de la misma trascendencia que una comida familiar?

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