Thursday, March 31, 2005

RUEDAS DE LA VIDA

Dedicado al Bob por sus comentarios

Estamos a unas horas de que el desmadre del desafuero se resuelva de una vez por todas. Luego de incontables horas-hombre gastadas en entender el complejo muégano del desafuero y exahusto por las tomas de postura que TODO mundo tiene al respecto, decidí darle carpetazo al asunto con una cuba libre de Bacardí Limón. Error, mi interlocutor volvió al tema de inmediato apenas había pasado el primer trago por el gañote. Ni modo, habremos de ver lo que pasará, aunque de inicio me dió mucha risa que, pese a que la decisión sobre el particular se ha pospuesto para el día viernes, los perredistas decidieron de todos modos organizar una manifestación de protesta ayer miércoles, quizá no quisieron perder en vano la lana gastada en tablados y lonas.

No me había dado cuenta, pero ya nomás falta un año para el Mundial de futbol en Alemania. Por tal motivo la efervescencia crece y personas usualmente cuerdas y circunspectas se vuelven verdaderas bestias gritantes que gustan de ceñirse la camiseta tricolor, mentar madres frente al televisor (si es en compañía de otros energúmenos, mejor) chela en mano y salir corriendo a arrojar piedras a los granaderos en el Angel de la Independencia cual si fuera maní a los macacos del zoológico. De niño me enfurecían estos eventos deportivos porque las caricaturas cesaban sus transmisiones para convertire en escaparate de corredores de la pelota de cuero y narraciones estrepitosas e incomprensibles. Ahora que soy viejo tengo más vías de escape a mi disposición (entre ellas la computadora desde donde escribo esto), pero no deja de encabronarme la proximidad de las hordas pamboleras que vienen marchando al son de "mañana llega el rey".

Y siguiendo con mis debrayes socceriles, me encuentro viendo en este momento el noticiario vespertino de un canal ecuatoriano. No hay duda, a medida que un país es más pequeño, su honor lo defiende con mayor pudibundez. Todo el noticiario se lo dedicaron a un partido eliminatorio entre Ecuador y Perú desde todos los ángulos: desde sesudos análisis de expertos hasta las reacciones del pueblo azuzado por la cotidiana chica guapa que de seguro, el resto de los días se encarga de anunciar el clima. Cambiamos al canal gringo CBS y en las noticias no aparece nada que hable de la derrota de la selección de futbol americana ante las bravas águilas mexicanas. Pero no crean que no hay tema de conversación: las presiones sobre Irán, sus esfuerzos por obligar a Corea del Norte a que deje de amenazar con producir armas nucleares y el debate incómodo que les produce la muerte solicitado por el esposo de Terri Schiavo para su consorte, pese a la oposición tajante y legal de sus padres. Por lo visto el deshonor de su derrota pambolera no les hizo mucha mella.

Y por cierto, el tema de Terri Schiavo trae a la mesa un asunto incómodo: qué hacer cuando la vida biológica se preserva por encima de la vida humana. Los avances tecnológicos nos permiten mantener un cuerpo biológicamente activo por tiempo indefinido, aunque las funciones cerebrales que le hacen humano se hayan desvanecido o que por encima de ellas el sufrimiento prevalezca. De la gente que modestamente he encuestado a lo largo de estos últimos días, la respuesta es unánime: es preferible morir rápida e indoloramente a vivir una lenta agonía o a que el cuerpo quede cual cáscara vacía, consumiéndose a la deriva de los días y los meses. Esto saca a colación otro enorme tema: cuál es el propósito de nuestra existencia.

Si tal cosa reside dentro las funciones superiores del cerebro (pensar, soñar, comunicar, actuar, etc), es obvio que su desaparición termina de inmediato con el propósito de la vida. Sin embargo, estamos apenas a medio siglo de distancia de terribles cataclismos humanos como los holocaustos judío, armenio y gitano, como para pensar de manera ecuánime sobre el significado de la vida consciente y la vida biológica. Muchos inocentes murieron como para reabrir el tema sin tocar fibras sensibles e incluso trágicas.

Lo importante es que el tema ya está sobre la mesa.

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