Bueno, el regreso de mi viaje me regaló con un inesperado (y afortunadamente breve) ataque de migraña. Es un poco desagradable tener el aura y sobre todo el ataque de visión parcial que suele preceder el episodio. Dicen que con la edad esta clase de cosas se van atenuando. Espero que así sea. Por lo pronto me he llenado de de cafeína a través de coca cola y café espresso.
VENGANZAS
Creo que fue Truman Capote quien salió con la frase de que la venganza es un plato que se come frío. Yo no se si eso sea verdad (en realidad no tengo una idea de si eso es verdad o una mentira piadosa), pero me queda claro que existen ciertas satisfacciones de la vida que compensan algunos episodios del pasado.
(Mucha atención hermana del otro lado del espejeo).
Pues bien, en una de mis investigaciones periodísticas, descubrí por accidente (juro que fue por accidente) que un viejo interés amoroso de épocas pasadas había caído por obra de la necesidad en un bache económico que la había orillado a meterse en un empleo de esos que bordean la legalidad por involucrar prácticas fraudulentas y que incluyen sesiones de indoctrinación y lavado de cerebro.
Pues bien, la niña había caído en tan profundo bache.
No puedo dejar de regodearme en dicha iniquidad en la que cayó mi exinterés amoroso. Creo que he llegado a la edad en la que no puedo gozar estas pequeñas satisfacciones sin sentir remordimientos ni nada por el estilo. Quien lo dijera, una chica con quien llegué a considerar la posbilidad de dejar mi vida atrás y ahora estamos en lados tan distintos del mundo. Ni modo, que se le va a hacer.
¿De quién es la maldición ahora?
¿Quién es el desenchufado?
¿Quién está tres metros bajo tierra?
... Me queda claro que no soy yo.
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